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Mientras algunos proclaman que Internet ha puesto al alcance de todos el conocimiento, otros creen que la tecnología ha amplificados las distancias entre ricos y pobres, entre alfabetizados digitales y los ciudadanos sin acceso al conocimiento que Internet pone a disposición. Sea como fuere, el autor cree que las redes sociales como Facebook, permiten la interacción, la expansión del conocimiento y el acceso a mayor información, y constituyen una valiosa oportunidad de acortar las brechas digitales.

(Desde Santiago) MÁS ALLÁ DE LO NETAMENTE TECNOLÓGICO, el fenómeno de las redes sociales y de Facebook en especial puede servirnos para inspirar un debate acerca de la concentración de la riqueza de los países iberoamericanos y de la democratización de las redes.

Hoy más que nunca, cuando los países deben preocuparse de reducir las brechas sociales a través de la educación, este fenómeno puede ser justamente lo contrario, un amplificador de las distancias entre ricos y pobres, entre alfabetizados digitales y los ciudadanos sin acceso al conocimiento que las redes e Internet ponen a disposición.

Mientras algunos proclaman que Internet ha puesto al alcance de todos el conocimiento, y que ha abierto el mundo a aquéllos que estaban marginados, un breve análisis de cifras actualizadas recientemente puede darnos otra mirada.

LA ASIMILACIÓN DE FACEBOOK, POR PAÍSES

Al comparar la cifra de personas dadas de alta en la red social de Facebook de algunos países iberoamericanos (Argentina, Brasil, Chile, México, Perú y España), podemos ver que México es, por lejos, el que más usuarios registrados tiene, llegando a más de 336.000 usuarios, casi un 50 por ciento más de personas que en España.

Lógicamente, esta cifra no puede ser considerada sin el parámetro de la población de cada país, lo que hace ver los indicadores desde una perspectiva completamente diferente. “Si bien vemos que España tiene más del doble de PIB per cápita que Chile, en el ratio de penetración de Facebook ambos países están casi igualados”

Se aprecia que de los países analizados, España es el que presenta la tasa de penetración más alta con un 0,58 por ciento de la población inscrita en esta popular red social. Sorprende observar a Chile, un país pequeño, y con una geografía difícil para la instalación de redes, que tiene un ratio muy similar al de España, con un 0,56 por ciento de usuarios en Facebook con respecto a la población total.

Muy lejos de estos dos países, aparece México, luego Argentina, Perú y, por último, Brasil (como referencia, señalamos que en Finlandia este ratio alcanza el 6,7 por ciento, y que, asimismo, en Suecia el 8,7 por ciento de la población tiene una cuenta en Facebook).

Sin embargo, al comparar estas penetraciones con las de los teléfonos móviles por país, se puede apreciar que Argentina y Brasil suben mucho en comparación al resto, lo que tiende a demostrar que estos países no han tenido la misma intensidad para promover las redes y tecnologías asociadas a Internet, como lo han hecho para las redes de telefonía móvil o celular.

EL CASO DE CHILE

Puede discutirse si es un problema de los Estados o un problema de los incentivos a las empresas privadas para instalar la infraestructura necesaria, pero un hecho es claro: las redes sociales permiten la interacción, la expansión del conocimiento y el acceso a mayor información, y aquellos países que se queden atrás, van a perder una valiosa oportunidad de acortar las brechas históricas entre clases sociales y niveles socioeconómicos que la tecnología puede mitigar de cierta forma (ver Tabla).

 

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Fuentes: CIA World Fact Book 2007 y Facebook al 28-Enero-2008.

“el acceso a la tecnología y la modernidad de las redes chilenas está permitiendo que el fenómeno de las redes sociales vaya alcanzando tasas de crecimiento similares a la de países desarrollados” Estas inequidades y falta de empuje por el desarrollo tecnológico se hacen más evidentes al comparar el ratio de usuarios de Facebook sobre la población total con el PIB (Producto Interior Bruto, en la gráfica figura como GDP) per cápita, el que por simple lógica debería estar correlacionado con el desarrollo de cada país.

Si bien vemos que España tiene más del doble de PIB per cápita que Chile, en el ratio de penetración de Facebook ambos países están casi igualados, por lo que podríamos inferir que el momentum de Chile como país y como dinámica de desarrollo está presentando una oportunidad de seguir creciendo y acercándose al mundo desarrollado.

Un fenómeno opuesto se puede observar en Argentina con respecto a Chile, ya que Argentina teniendo un PIB per cápita levemente inferior al chileno, presenta un ratio de penetración de Facebook muy inferior a la mitad del chileno, lo que puede estar mostrando la lentitud tecnológica de Argentina y el coste de sus problemas políticos y sociales de los últimos años.

La fuerza del fenómeno de Facebook en Chile, que ha venido creciendo a tasas sin descanso desde el segundo semestre del 2007 permite al menos decir que la actividad de Internet está muy viva, tal como se refleja en el gráfico siguiente.

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Por lo tanto, el acceso a la tecnología y la modernidad de las redes chilenas está permitiendo que el fenómeno de las redes sociales vaya alcanzando tasas de crecimiento similares a la de países desarrollados.

DE LO VIRTUAL A LO REAL

Más allá de las estadísticas y de los ratios que se puedan calcular, es indudable que el fenómeno social que ha provocado Facebook es una fuerza que los líderes deberán entender para poder seguir adaptándose al mundo actual. “nuestros líderes deben preguntarse si están preparados para esta integración entre mundos reales virtuales”

El mundo offline no sólo es un reflejo del mundo online, sino que se han ido entrelanzando más rápido de lo que las sociedades tradicionales y especialmente algunos de sus líderes pueden manejar.

Es así como grandes convocatorias virtuales terminan manifestándose en el mundo real, así como las aplicaciones un millón de voces contras las FARC – Colombia. En Chile, ha habido convocatorias de adolescentes a fiestas que han necesitado de la fuerza pública para poder dispersar a la gran cantidad de jóvenes que han hecho presión por entrar a una fiesta en una casa y que no eran un gran evento.

El precandidato presidencial Sebastián Piñera ha aprovechado las redes sociales y ha creado un grupo de personas que le dan vida a su cuenta en Facebook. Hoy en día ya tiene más de 5.000 amigos en la red. En contraste, Soledad Alvear, otra líder que está entre las personas destacadas de la política chilena, tiene apenas 39 personas que la apoyan.

Si vemos a los políticos españoles, nos encontramos con que Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy también se han intentado subir a esta plataforma, pero ambos tienen muchos menos amigos que Piñera en Chile, un país tres veces más pequeño que España.

Es por esto que nuestros líderes deben preguntarse si están preparados para esta integración entre mundos reales virtuales, diferenciación que a mi juicio no son más que una falacia. A esta altura es sólo un mundo, más complejo y con más desafíos, pero estos mundos que en un momento fueron paralelos ya han dejado de serlo.