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La ironía del caso argentino reside en que, a pesar del favorable contexto internacional, no logra sacar provecho de los actuales términos de intercambio que favorecen a los países productores de alimentos. Teniendo todas las de ganar, ¿por qué Argentina pierde mercados en el mundo?

(Desde Tokio) EL AUMENTO PROGRESIVO de los precios internacionales de petróleo y productos agrícolas tiene un impacto negativo de alcance global. Sin embargo, en un país rico en agro-alimentos como Argentina, la lógica indicaría enriquecimiento y prosperidad. Pero, ¿por qué se queja el campo argentino entonces?

La explicación se encontraría en dos aspectos fundamentales que involucran a China. Los índices de inflación de ambos países (con sus particularidades), y las características del comercio bilateral han hecho que, a pesar del exorbitante precio de los commodities, el otrora granero del mundo aún no pueda disfrutar en paz del boom mundial. El campo argentino y el gobierno se encontraron entonces en posiciones adversas a la hora de decidir hasta qué punto el Estado debe intervenir en la distribución de la abundancia, poniendo fin a esta curiosa paradoja.

¿EL FIN DE LA PANACEA?

Ambos países se encuentran aquejados por el problema global de la inflación, tan explicado por el crecimiento asiático. “China importó en 2007 un total de 95 billones de dólares, de los cuales Argentina proveyó 530 millones, convirtiéndola en uno de los diez principales proveedores” La inflación china en el caso de los alimentos ha sido del 17,18 por ciento desde agosto de 2007 y se ha incrementado hasta un 23 por ciento en febrero de 2008. Para frenar el desmesurado enriquecimiento de los grandes productores rurales chinos, en desmedro de los sectores medios-pobres urbanos y pequeños agricultores, el gigante asiático decidió salir de compras por el mundo, y eligió como uno de sus principales proveedores a Argentina.

El impacto de la economía del hambriento gigante asiático parecería ser una panacea para las cuentas financieras y comerciales de la abundante Argentina. China importó en 2007 un total de 95 billones de dólares, de los cuales Argentina proveyó 530 millones, convirtiéndola en uno de los diez principales proveedores.

“Un millón de toneladas de soja destinadas a China han sido afectadas por la huelga” Pero un conflicto agrario se disparó en el país sudamericano cuando el gobierno nacional decidió unilateralmente intervenir en la distribución de las ganancias producidas por la elevada demanda de los productos agrícolas. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner aumentó las retenciones a las exportaciones de productos agrícolas un 44 por ciento en aras del beneficio para todos los sectores de la economía. La reacción del campo fue frontal y confrontativa, aunque cabe aclarar que no es ni la primera ni la última barrera a la comercialización internacional implantada; hasta los países más capitalistas ponen barreras al comercio.

Concentrémonos en los efectos externos del paro y piquete agrario.

CONSECUENCIAS EXTERNAS DE LA CRISIS AGROPECUARIA

Fuentes argentinas relacionadas con el sector agrícola estiman que un millón de toneladas de soja destinadas a China han sido afectadas por la huelga. Hubo retrasos en la carga de barcos graneleros que tuvieron que esperar anclados en un lugar del Río de la Plata llamado Pontón Recalada durante varios días hasta que el conflicto llegó a su fin. “Paralelamente, mientras el campo ardía, preocupaban las Olimpiadas”

Mientras tanto, Estados Unidos aprovechó la oportunidad y abasteció al mercado chino. También se vio afectada la producción de aceite de soja con destino a China e India principalmente, en tanto los envíos hacia Japón no han registrado irregularidades, a pesar de que éstos se concentran en productos agroalimentarios.

Paralelamente, mientras el campo ardía, preocupaban las Olimpiadas. El Ministro de Relaciones Exteriores de China, Yang Jiechi, habló telefónicamente con su homónimo argentino, Jorge Taiana, muy preocupado por el paso de la antorcha olímpica por Buenos Aires. “Argentina retrocede posiciones en el mercado internacional de carnes debido al cierre de las exportaciones” Si bien públicamente ambos mandatarios se mostraron satisfechos por el estado de las relaciones bilaterales y la cooperación, dejaron de lado el problema del agro.

Vale recalcar que ésta no es la primera vez que las irregularidades en las exportaciones argentinas afectan a China. Ya desde el 2007, mientras declinaba la oferta mundial de leche por las graves sequías en Australia y Nueva Zelanda y disminuían los subsidios en la Unión Europea, tanto India como Argentina reducían sus exportaciones lácteas para proteger sus mercados internos afectando el abastecimiento en China.

RETROCESO

“A nivel interno en Argentina, si bien el paro quedó en stand by por unas semanas, en los últimos días se ha desatado una nueva forma de protesta muy original: 297 focos de fuego en zonas aledañas a la ciudad de Buenos Aires” Ante este escenario, la ironía del caso argentino es que, a pesar del favorable contexto internacional, no logra sacar provecho de los actuales términos de intercambio que están favoreciendo a los países con ventajas comparativas en agro-alimentos. Teniendo todas las de ganar, ¿por qué pierde?

Argentina retrocede posiciones en el mercado internacional de carnes, que en algunos casos lleva años ganar, debido al cierre de las exportaciones. Uruguay y Brasil han tomado el espacio que no ocupa Argentina. Al mismo tiempo, el gobierno argumenta la protección del mercado interno y la intención de redistribución de la recaudación fiscal para aplicar las famosas retenciones, pero también admitió errores en la implementación de las mismas, rechazando al mismo tiempo cualquier perspectiva de retroceso en la decisión tomada.

Desafortunadamente, la imagen externa del país desmejora por la continua irregularidad en el aprovisionamiento de productos al mercado internacional. A nivel interno en Argentina, si bien el paro quedó en stand by por unas semanas, en los últimos días se ha desatado una nueva forma de protesta muy original: 297 focos de fuego en zonas aledañas a la ciudad de Buenos Aires, centro neurálgico del país, causando graves problemas de visibilidad entre otros.

Si, finalmente, Gobierno, campo y otros sectores relacionados pudieran dialogar con cordura, no sólo ellos sino todos los argentinos podrían aprovechar esta inmensa oportunidad que presenta el mercado internacional.