¿Es la democracia condición para el desarrollo económico?
G-8 en Japón: la política comercial global, el crecimiento y las ayudas, a discusión
Las teorías que relacionaban democracia y desarrollo económico han quedado obsoletas, dice el autor. Existen actualmente países democráticos con bajísimos niveles de desarrollo económico, y algunas democracias pobres que se desarrollan fuertemente, como China.
(Desde Barcelona) EN EL MUNDO DE LAS CIENCIAS SOCIALES no es extraño encontrar algunas ideas intuitivas o de sentido común aceptadas como verdades universales durante años y que luego resultan ser falsas al estar basadas en una escasa información empírica. Es el caso, por ejemplo, de ciertas ideas sobre la relación entre democracia y desarrollo económico.
«Los estudios de política comparada de finales del siglo XX mostraron la existencia de democracias en países pobres» En este sentido, hace pocos años se solía admitir, por un lado, la necesaria existencia de un umbral mínimo de desarrollo para establecer un sistema democrático; por otro, que cuando un país accede a la democracia accede al desarrollo económico.
Ninguna de estas dos ideas resiste la comparación con los datos empíricos actuales. Existen países democráticos con niveles bajos de desarrollo, y algunas democracias pobres no se desarrollan o tienen muchas dificultades en hacerlo.
CAMBIO EN LOS PARADIGMAS DEMOCRÁTICOS
«El contraste se da hoy entre tres grupos de países: los desarrollados, los que están en vías de desarrollo (India, China, etcétera), y los países que prácticamente no se desarrollan» La primera idea es recurrente en las teorías de la democracia desde que Aristóteles formuló la conveniencia de contar con una importante clase media como factor de estabilización de las democracias. En el siglo XX, las condiciones económicas mínimas tuvieron su referencia en la obra del politólogo norteamericano Seymour Martin Lipset. Sin embargo, los estudios de política comparada realizados a finales de siglo mostraron la existencia de democracias –en un sentido laxo de celebración de elecciones pluripartidistas con ciertas garantías– en países pobres (es decir, aquéllos con rentas per cápita por debajo de 3.000 dólares).
Por otra parte, en la actualidad tampoco existe el contraste que se daba hasta la década de los años ochenta del siglo pasado entre una minoría de países ricos o desarrollados frente a un gran conjunto de países en vías de desarrollo. Más bien el contraste se da hoy entre tres grupos de países: los desarrollados, los que están en vías de desarrollo (India, China, etcétera), y los países que prácticamente no se desarrollan. «Los datos empíricos muestran que algunos de estos países del furgón de cola del desarrollo son democráticos. Y están estancados»
Un 70 por ciento de estos últimos está situado en África, mientras el resto está básicamente en Asia central y en el sudeste asiático, y un grupo heterogéneo de Estados que agrupa Haití, Bolivia, Corea del Norte y Yemen. Este tercer grupo agrupa más de 50 países y mil millones de habitantes. Mientras la vida media de los países en vías de desarrollo es de 67 años y su mortalidad infantil es de un 4 por ciento, en el tercer grupo las cifras respectivas son de 50 años y un 14 por ciento.
Los datos empíricos muestran que algunos de estos países del furgón de cola del desarrollo son democráticos. Y están estancados. Algunos incluso empeoran paulatinamente sus cifras macroeconómicas. Superar esta situación parece francamente difícil para este grupo de países.
LA GLOBALIZACIÓN: BUENA PARA UNOS, MALA PARA OTROS
«La descapitalización de estos países es doble (financiera y de capital humano cualificado)»La globalización actual está siendo provechosa en términos de desarrollo para los países del segundo grupo (en vías de desarrollo), pero está resultando nefasta para los del tercer grupo, incluso cuando disponen de recursos naturales (como el petróleo en Nigeria).
A veces inclusive se habla de la condena o de la trampa de los recursos naturales. Su posesión genera consecuencias no deseadas en la economía interna. Dichos países no logran diversificar las exportaciones, y sufren tanto una fuga de capitales como una emigración constante, especialmente de personas con formación.
«No deberían cometerse los errores del pasado sobre a quién dar la ayuda en estos países desesperanzados» La descapitalización de estos países es, así, doble (financiera y de capital humano cualificado –técnicos, médicos, etcétera–). Son frecuentes, además, los casos de corrupción y los enfrentamientos armados.
En los casos de países democráticos de este tercer grupo, los datos parecen indicar que es más importante que haya libertad de prensa y mecanismos de control del poder a que se celebren elecciones. Es decir, que existan instituciones y procedimientos de liberalismo político, más que de participación electoral.
LAS SOLUCIONES, MEJOR DESDE DENTRO DE LOS PAÍSES AFECTADOS
«La consideración de estos temas debería formar parte de la agenda de los países del G-8 en el momento de replantear las bases de una política comercial global» Las ayudas procedentes de los países desarrollados están muchas veces mal orientadas y peor administradas. Las soluciones efectivas siempre deben proceder desde dentro de estos países. No deberían cometerse los errores del pasado sobre a quién dar la ayuda en el interior de estos países desesperanzados.
Poner condiciones a los gobiernos sobre el destino de la ayuda ha demostrado ser ineficaz. Resulta bastante cínica la política proteccionista de los países desarrollados respecto a su agricultura mientras por otro lado se dan algunas ayudas a quienes en la práctica se les impide exportar.
La consideración de estos temas debería formar parte de la agenda de los países del G-8 en el momento de replantear las bases de una política comercial global y una serie de normativas internacionales que facilitaran las reformas internas en los países económicamente estancados desde hace años.
Publicado por:
enrique alvarez
fecha: 24 | 06 | 2008
hora: 2:58 am
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Excelente articulo,FELICITACIONES,les escribo desde el PERU,donde se busca consolidar la democracia a un precio muy alto ,toda vez que la poblacion confunde esta realidad creyendo que la democracia es el gobierno de todos y no de una clase dirigente,porque no hay liderazgo integral en el manejo del gobierno,de tal forma que la atomizacion que ha sufrido por una inadecuada regionalizacion y descentralizacion que ha dividido al pais en 25 partes,no permite el desarrollo economico sostenible,pese a que las regiones por los recursos naturales que tienen especialmente mineros disponen de fondos provenientes de unas regalias que les deben de permitir alcanzar un desarrollo adecuado,sin embargo por la «DEMOCRACIA»,los proyectos existentes no pueden ser realizados por una burocracia,que dificulta la ejecucion de los mismo,por lo tanto considero que el desarrollo economico no se da por la democracia sino por la calida de gobierno y los planes que disponen,asi como por su capacidad de decision,atte,enrique alvarez
Publicado por:
Mariano Erro
fecha: 24 | 06 | 2008
hora: 7:04 pm
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Estuve pensando un poco si existía alguna Dictadura próspera desde el punto de vista económico, dentro de una historia más o menos reciente. Se me ocurre solamente el ejemplo de Chile. Ahora… dictadura y prosperidad significan una contradicción, desde algún punto de vista??? Quizás no, y la única contradicción continúe siendo entre Dictadura y vigencia cierta y plena de los Derechos Humanos.
Puedo decidir la expulsión de mis compatriotas porque no les viene bien el modelo económico que se está tratando de imponer? Parecería que no. Podría llegar a secuestrarlos, y matarlos, porque piensan que la economía podría estar mucho mejor -aún- bajo otra dictadura; una dictadura de signo contrario? Estas «eutanasias» políticas, me parece, tampoco estan permitidas…a riesgo de instaurar un régimen criminal, que termina haciendo más daño -obviamente- que aquél que dice que se quiere evitar.
Cuando los ejércitos dejan de cumplir la función para la que han sido formados, la defensa exterior, la colaboración en la ayuda humanitaria, y más actualmente… bienvenida sea!, la defensa de poblaciones enteras bajo la órbita de las Naciones Unidas en los casos donde está en juego el respeto a los derechos de poblaciones enteras, o la identidad política de ciertas regiones, terminian haciendo internamente aquello para lo que la policía está formada mejor. En definitiva, las dictaduras terminan haciendo política como los políticos, y controlando a la sociedad con procedimientos de carácter neta y estrictamente policial… algo que fácilmente podrían haber hecho de dedicarse de entrada a cualquiera de esas dos profesiones…
Se puede ser lo suficientemente fuerte como para controlar a una población, aún, sin ser lo suficientemente preparado como para gobernar.
Comno ejemplo, y razonamiento del que puede extraerse alguna interesante deducción, es que: «el ejército más poderoso del mundo es el que menos gobierna», como es el caso del Ejército de los EEUU. Lo mismo aconteción en Roma, con los romanos: el Ejército no se ocupaba del gobierno, era el más fuete del mundo, y quienes gobernaban no pertenecían al ejército, con la excepción de César, cuyas excepcionales habilidades políticas lo ubicaron donde estuvo, y están fuera de cualquier consideración.
Parecería ser, entonces, que la Democracia es «la idea» del desarrollo. Cualquier otro régimen podrá exhibir mayores o menores manifestaciones de riqueza, pero ese es otro asunto. La riqueza existió siempre, en todas las sociedades y en todas las épocas, con ciertas excepciones, pero desarrollo, definido como el «ámbito social donde cada ser humano tiene asegurado un nivel de vida digno a partir de su contribución a la sociedad mientras el Estado garantiza sus derechos como ser humano», es una idea cuyo cumplimiento ha estado a cargo, generalmente, de las socialdemocracias europeas, los escandinavos en América del Norte, Uruguay y a cierta idea de una Argentina que mira siempre hacia el futuro, enfrentada a las bruscas mareas económicas y políticas de todos los signos e intereses poderosísimos que le cuesta dominar, y en Medio Oriente, algunas pequeñas democracias incipientes e Israel.