Cambio climático y medio ambiente: ¿Cuál es la mejor Energía?
4 recomendaciones para los países de la UE
La demanda y consumo energético no dejarán de crecer en la próximas cuatro décadas. Ningún sistema actual de producción de energía está libre de problemas. Todos ofrecen luces y sombras. ¿Entonces?
(Desde Barcelona) LA PREOCUPACIÓN por la degradación ecológica de las sociedades contemporáneas va intrínsecamente asociada a la producción y consumo de energía. Desde la prehistoria, los humanos han tratado de domeñar diversas fuentes de energía en búsqueda de un mayor bienestar. Así, se fue sacando provecho de los cuatro «elementos» clásicos (fuego, agua, tierra y aire) a través de tecnologías que mostraban la voluntad de mejora en un planeta con duras condiciones de subsistencia. La revolución agrícola, la deforestación para construcción de barcos, la minería, la metalurgia, el uso de tracción animal, etc., empezaron a transformar el entorno. Pero ha sido tras la revolución industrial de los dos últimos siglos cuando los cambios se han hecho radicales. A principios del siglo XXI, resulta simplemente estúpido negar la gravedad de algunos índices de degradación del medio ambiente.
«En su evaluación no deben tenerse en cuenta solo los rendimientos y los efectos que producen dichos sistemas, sino también los costes económicos»
El problema es grave. Pero a veces el debate ecológico adolece de falta de información y de cuantificación, con profusión de posiciones emocionales y de argumentos demagógicos, tanto por parte de los «desarrollistas» como por parte de ciertos «ecologismos». Cantar las excelencias sin más del desarrollo, o demonizar ideológicamente determinadas fuentes de energía no contribuye a centrar y promover el debate en términos racionales. Dos preguntas generales: ¿qué sistemas de producción de energía resultan más convenientes?; ¿cómo reconducir el consumo de energía hacia términos más «sostenibles» en términos de futuro? Son preguntas frente a las que la Unión Europea –un contexto totalmente deficitario de fuentes de energía– no tiene aún respuestas muy claras.
NINGÚN SISTEMA ESTÁ LIBRE DE PROBLEMAS
La demanda y consumo energético no dejará de crecer como mínimo en la próximas cuatro décadas. Y ningún sistema actual de producción de energía está libre de problemas. Todos ofrecen luces y sombras. En su evaluación no deben tenerse en cuenta solo los rendimientos y los efectos que producen dichos sistemas, sino también los costes económicos, energéticos y medioambientales que suponen las distintas tecnologías y la extracción de los «combustibles» y la construcción de centrales.
Los combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas) ofrecen mucha energía con poco volumen y siguen siendo abundantes, pero sus residuos en general no se tratan y suponen una contaminación grave (polución y efecto invernadero). También presentan riesgos de transporte (petroleros) y necesitan fuertes cantidades de energía para su extracción. Su concentración en determinados países supone un problema estratégico y geopolítico añadido. Y parece que la era del petróleo barato se ha terminado.
«Hay que contar con una percepción parcialmente negativa en la ciudadanía, a pesar de las más de 400 centrales que hoy funcionan en el mundo»
La energía hidroeléctrica es limpia, pero resulta limitada ya que depende de la orografía, además de requerir mucha energía en la construcción de presas. El uso de la energía de las mareas o del oleaje es incierto por los problemas técnicos que supone. La energía termosolar (helióstatos) es también limpia, pero su precio y necesidad de grandes superficies la convierte casi en prohibitiva. Los parques eólicos son una alternativa de energía más barata, aunque menos cara de lo que parece, ya que presenta problemas de gestión (el viento es inconstante y los molinos solo aprovechan determinado espectro de velocidad), y requieren además estar conectados a la red eléctrica, cosa que redunda en un funcionamiento subóptimo de las centrales que encarece la electricidad, etc. La energía fotovoltaica es una clara perspectiva de futuro, pero su nivel de rendimiento actual limita mucho sus posibilidades en la producción energética a gran escala. Los biocombustibles aparecen ya hoy como una fuente que plantea más problemas económicos y contaminantes que los que resuelve. Las nucleares de fisión siguen siendo una opción, a pesar de los emotivos argumentos que a veces se oyen en su contra, generalmente basados en falta de información. Suponen un buen rendimiento energético, su seguridad actual es casi óptima y el uranio está lejos de agotarse. Renunciar por principio a la energía nuclear sería una insensatez. Países desarrollados como Francia, Bélgica, Suecia, Japón, Finlandia, etc. siguen desarrollándola. Pero no puede negarse que subsisten problemas, como los asociados a los residuos radioactivos, cuya gestión con procesos de vitrificación, sin embargo, ha mejorado mucho en las tres últimas décadas en contraste con la nula gestión de los residuos producidos por otros sistemas. También hay que contar con una percepción parcialmente negativa en la ciudadanía, a pesar de las más de 400 centrales que hoy funcionan en el mundo.
LA UE DE CARA AL FUTURO
¿Qué parece ser lo más recomendable que pueden hacer los países de la UE de cara al futuro?
«La energía y la ecología suponen calidad de vida. El reto no es contraponerlas, sino optimizar su articulación»
Creo que cuatro cosas fundamentales: 1) apoyar la investigación, especialmente la de aquellas fuentes con mejores potencialidades, como la energía fotovoltaica –ampliar el espectro de longitudes de onda útiles, y mejorar el rendimiento de las placas–; o la fusión nuclear; 2) apostar por diversas fuentes de energía (minimizar riesgos) y disminuir la dependencia (geoestrategia); 3) racionalizar las subvenciones públicas y la seguridad de los contratos a las empresas que deciden invertir en distintos tipos de energías (evitar subvencionar lo que no resulta sostenible aunque se presente como «alternativo»); 4) incentivar las tres «R» en el consumo energético (en orden de importancia decreciente: reducir, reutilizar, reciclar). La energía y la ecología suponen calidad de vida. El reto no es contraponerlas, sino optimizar su articulación.
- Retos ecológicos: cómo pasar de las declaraciones a la acción
por Ferran Requejo
Publicado por:
ana
fecha: 20 | 04 | 2009
hora: 8:11 pm
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Digo yo ,Europa después de la alharaca formidable luego de lo de CHERNOVIL- que no fuè cuento -,ahora por seguir manteniendo su status a costa de que la pobre latinoamèrica no proguese ACENTUA EL PROBLEMA DE LOS BIOCOMBUSTIBLES?
Temen que aparte del hambre que le van a multiplicar las fallas del sistema corrompido que ellos creìan LES GARANTIZARIA AÑOS DE PROSPERIDAD ,todavìa tengan que pagar los alimentos màs caros?.
Pensar que antes de que la crisis financiera se manifestara ,ya desde Europa se venìan preparando CONTRA LOS BIOCOMBUSTIBLES argumentando que LES INTERESABA EL HAMBRE DE LOS AFRICANOS!.
Ahora ,con respecto a las energìas solares y eólicas ,pienso que serìa importante para la ecologìa que no se dejaran en el medio de los campos las instalaciones obsoletas.O sea que las mismas se reciclen o se usen esas instalaciones en lugares donde se necesitasn y tengan la amabilidad de regalarlas a los paises màs desprotegidos NO VENDER CARA LA CHATARRA.
En fin todo dependerá de los ahorrativo que son los europeos ,ahora hasta en crisis.
El planeta que espere ,mientras tanto que los pobres Oceánicos y Asiáticos sufran sunamis y terremotos provocados por todas la bombas atòmicas francesas que se ensayaron por esas latitudes y los italianos sigan quemando carbòn-que es más econòmico.-
Publicado por:
juan manuel
fecha: 21 | 04 | 2009
hora: 5:54 am
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No se si estaremos de acuerdo en que la fuente de energía perfecta tiene que cumplir estos requisitos fundamentales:
-Que sea totalmente limpia.
-Que sea descentralizada.
-Que sus costes de producción estén por debajo del coste de la energía ahora mas barata.
-Que no solo, no afecte negativamente al cambio climático, sino que contribuya decididamente a su recuperación.
-Y con una tecnología de producción simple y al alcance de cualquier fabricante.
He hecho números a groso modo y existe ese medio, lo que no se aplica con esos criterios. ¿Será ese el problema?
http://comunidad.terra.es/blogs/economiamundial/default.aspx
Publicado por:
Franky
fecha: 24 | 04 | 2009
hora: 7:48 pm
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Hasta hace poco me indignaba con la estulticia de unos y la borreguil ignorancia de otros con respecto al CO2.
Ahora, que creo comprender la razón de toda esta patraña que no es otra que convencer a las masas para que acepten la solución nuclear, ya me lo tomo con más calma. Lástima que la víctima de todo esto sea el carbón que es el combustible más abundante y barato en el planeta. Habrá que tener paciencia hasta que los catastrofistas sean desenmascarados a nivel de opinión pública, cosa que ya va por buen camino. Mientras tanto la opción nuclear de fisión es inevitable, al menos hasta que se consiga la de fusión que por desgracia va para largo. Las renovables, de momento, inviables por carísimas, que sigan investigando.
Con el fin de tranquilizar a los millones de intoxicados por la demencial campaña “calentorrista”, sólo un par de conceptos básicos, infórmense y verán que la cosa no da lugar a dudas:
1. El verdadero gas de efecto invernadero es el H20 (vapor de agua) que aporta +/- 95% del total.
2. Con la actual proporción de 386 ppm. de C02 en la atmósfera, casi está agotada la capacidad de este gas de absorber radiación calórica, de modo que no podrá aportar casi nada a las temperaturas medias, por mucho que suba su concentración, que por desgracia no será mucho debido al ciclo de reabsorción por plantas, mares, etc..
3. Aunque los datos son aproximados, pues cambian en función de múltiples variables, lo importante es dejar claro que el impacto antrópico es despreciable, del orden de centésimas o como mucho décimas, nunca grados Celsius. Las proyecciones de los «expertos» que hablan de 6 y 8ºC ignorando el vapor de agua y el hecho de que la curva del aumento de las temperaturas no es lineal sino logarítmica (el famoso palo de golf) no pueden ser errores involuntarios (un científico especializado en la materia no puede ser tan ignorante) sino una auténtica patraña orquestada que además penaliza a los verdaderos científicos del clima negándoles las subvenciones para sus investigaciones y hasta sus puestos de trabajo si contradicen la versión oficial.
La parte “positiva” es que algunos se pueden forrar con los bonos de CO2, verdad Mr. Gore?
4. Otra falacia cargada de mala fe es acusar al C02 de nocivo, tóxico y contaminante cuando es el GAS DE LA VIDA, esencial materia prima de todo ser vivo (quien no se lo crea que eche un vistazo a sus viejos libros del bachillerato, sección función clorofílica).
El CO2 ayudará a acabar con el hambre en el mundo: en los invernaderos se “fertiliza” el aire inyectando ese gas hasta las 1.000 ppm, obteniendo cosechas imposibles con la pobre concentración atmosférica y sin ningún efecto sobre quienes lo respiran.
En cuanto la opinión pública se percate de estos hechos tan claros y demostrables, se acabó el momio de forrarse a cambio de poner patas arriba la economía mundial.
Por otro lado, teniendo en cuenta que el actual periodo interglacial ya no puede durar mucho, esas decimillas extra de temperatura nos vendrían de perlas en el futuro.
Publicado por:
JUAN MANUEL
fecha: 25 | 04 | 2009
hora: 7:47 am
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Es complicado tomar una posición acertada de si la causa o el problema del cambio climático es del CO2 con la quema de combustibles, o no. No me planteo este problema desde esta perspectiva, pues parece ser hay argumentos científicos contrarios, y ambos tienen su lógica, aunque bien es cierto la inmensa mayoría argumentan lo perjudicial del CO2.
Cuando no sabes a quien hacer caso, quien pueda tener la razón, pues todos argumentan buenas razones, se hace necesario recurrir a tu propios planteamiento que no es otro que utilizar el sentido común y la lógica, aunque si bien ha grosos modo. Cuando la profusión de los datos y argumentos nos confunden, se hace necesario a veces, salirse de esos planteamientos enfrentados, y mirar con una mayor perspectiva las cosas, de más lejos, y eso es algo que está al alcance de todos
Y fíjate Franky, que a mí, de todo este problema ambiental, me preocupa más un detalle que hasta ahora parece pasar inadvertido para el mundo científico, pues no veo reflejado por ningún lado este argumento, y el hecho de que sea el CO2 tan cacareado como causante, apenas sería para mi un frente de batalla prioritario. Me parece mas importante plantearse el hecho de que una energía calórica que se ha ido acumulado en el sustrato de nuestro planeta a lo largo de millones de años (petróleo, carbón, gas, energía nuclear) sea liberada en muy breve tiempo, de forma instantánea. Diferente sería si se liberase de una forma sostenida, regulada, que permitiese a nuestro planeta reabsorber ese desequilibrio. Si por ejemplo un globo que ha ido tomando presión poco a poco, liberásemos esa presión de momento ¿Qué puede ocurrir? Pues eso lo que me preocupa: liberar de golpe tanta energía en tan breve tiempo. Liberar en un par de siglos una energía que ha tardado cientos de millones de años en acumularse, es justamente eso, una explosión. Y parece lógico pensar que puede desequilibrar térmicamente el planeta.
Dices que el agua es quien con diferencia produce mas efecto invernadero y la verdad que tiene su lógica, pero aun siendo el elemento mas notable, la tierra a equilibrado siempre su temperatura teniendo en cuenta ese elemento, sin embargo si se produce un incremento súbito de temperatura el vapor de agua que hay en suspensión es mayor, y esto produce más temperatura por su efecto invernadero, que a la par produce mas vapor…, hay más incendios forestales, que producen mas CO2, etc. En realidad cuando hemos desquilibrado el planeta con ese primer impacto térmico, todo se precipita ya por si mismo.
Por lo tanto, ante la duda de que sea o no este elemento u otro que se sume a las causas que encadenan esta caída, (que en realidad son efectos que actúan en espiral de caída, retroalimentándose por si mismos) lo acertado, creo, seria en primer lugar ir a su causa, aquello que no se ve normal a grosos modo, y que nadie podemos ver normal aunque no tengamos argumentos científicos suficientes, y reducir, evitar, dejar de hacer aquellos que pueda producir ese desequilibrio térmico, en su origen, por si acaso fuese eso, y a ser posible con una provisión de recursos que lo recupere, siendo que están a nuestro alcance.
Publicado por:
Manolo Blahnik Zapatos
fecha: 12 | 05 | 2010
hora: 11:10 am
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