INTERNACIONAL-ELECCIONES-MOLDAVIA

Moldavia quiere unirse a Rumania y ser parte de Europa. Pero con el «injusto» triunfo del Partido Comunista, el pueblo rumano ha sido sometido al silencio.

(Desde Madrid) LOS ACONTECIMIENTOS OCURRIDOS hace pocos días, trajeron a la escena europea a Moldavia, el país más pobre del continente, con el corazón partido entre Rumania y la antigua Unión Soviética.

Los recientes resultados de las elecciones legislativas de Moldavia dieron la victoria, nuevamente, al Partido Comunista que ganó con 49,92 por ciento de los votos, seguido por el Partido Liberal con 12,90 por ciento, el Partido Liberal Demócrata, con un 12,24 por ciento, y la Alianza Nuestra Moldavia, con 9,87 por ciento. La tasa de participación fue del 60 por ciento.

Frente a otra victoria injusta del Partido Comunista, miles de personas se manifestaron en la Plaza de la Asamblea Nacional de Chisinau, la capital de Moldavia. Los comunistas del presidente Voronin ganaron unas elecciones falsas. Se multiplicaron los votos comunistas, y no se respetaron los derechos de sufragio de los ciudadanos. A ello se suman los migrantes moldavos documentados que trabajan dispersos por el mundo y que no tienen derecho a voto. Sólo en España, hay unos 15.000 moldavos con permiso de residencia que no tuvieron derecho a votar.

El pueblo fue sometido al silencio, por decir un «no» rotundo a la política dictatorial del presidente moldavo, al deseo de adherirse a Europa, de unirse a Rumania. No hay que olvidar que un 65 por ciento de los moldavos son étnicos rumanos.

DE BESARABIA A REPÚBLICA INDEPENDIENTE

Si volvemos una mirada a la historia, recordaremos que Moldavia es territorio rumano. Tras la revolución rusa, la región occidental de Moldavia, Besarabia, fue convertida en república independiente. En 1918 se unió a Rumania, quedando la estrecha franja de Transnistria dentro de la URSS. El pacto Ribbentrop-Molotov le otorgó a la URSS la Besarabia en 1940, y a pesar de ser expulsadas nuevamente en 1941, las tropas soviéticas reocuparon el área en agosto de 1944.

Bajo el gobierno soviético las regiones del norte y el sur habitadas por ucranianos y rumanos fueron transferidas a Ucrania, y Transnistria (con una importante población ucraniana y rusa) se unió con el resto en una república soviética llamada «República Soviética Socialista de Moldavia», que ocupaba el actual territorio de la República de Moldovia. Tras el desplome soviético de 1991, la República Moldavia se independizó, hundiéndose aún más en la dictadura, la corrupción y la pobreza. Sin conocer jamás la democracia.

UNA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA COMPLICADA

El pequeño país del Este permaneció en el olvido y en la oscuridad del desconocimiento europeo y mundial. Escaso en recursos, de esencia rural, sin salida al mar, ni rutas energéticas que atraviesen su territorio, no presentó interés…

A comienzos de abril de 2009, frente a las protestas de los manifestantes, la OSCE y la delegación del Parlamento Europeo que declararon que «las elecciones respetaron la transparencia exigida», deberán, no obstante, explicar ¿cómo en 2009, llegaron a votar más personas que en 2004, en un país cuya tasa de emigración es una de las más importantes del mundo, un país que, prácticamente sostiene su PIB, con las remesas enviadas por los emigrantes?

El grito de socorro, las voces de miles de moldavos de Chisinau, a las que se unieron las de los moldavos de la diáspora «Queremos estar en Europa», «Nosotros también somos rumanos», hicieron que los medios de comunicación europeos reaccionaran por un día, a pesar de que las autoridades tomaron rápidamente el control del Parlamento y de la Presidencia. Hubo represalias, más de 200 arrestos, y el mismo presidente Voronin impidió el acceso de los periodistas extranjeros en la capital. Por ello, en los últimos días dejó de llegar información alguna sobre lo ocurrido… aún así, los moldavos siguen saliendo a la calle, manifestándose pacíficamente.

LA PRIORIDAD ES RUSIA

La realidad geopolítica pone de manifiesto que la situación dista de concordar con los sentimientos que puedan sentir los moldavos. Los grandes jugadores geopolíticos tienen en mente una ecuación no muy lejana, en la cual, los elementos de máxima vulnerabilidad fueron otros países de la vecindad próxima de Rusia, Georgia y Ucrania, con sus revoluciones de colores y el cortejo de consecuencias conflictivas abiertas en la relación entre la UE, OTAN, Rusia y Estados Unidos. La premisa del análisis es que, la UE, sobre todo, no desea cambiar el rumbo del proceso de normalización de sus relaciones con Rusia. Geopolíticamente, las prioridades europeas son la cooperación con el gigante, tras comprobar que la supervivencia energética europea y la nueva arquitectura de seguridad europea y global no pueden construirse sin Rusia.

Como consecuencia, los actores globales parecen más preocupados en definir sus esferas de influencia geográfica en diferentes ámbitos de interés, antes que salvar la democracia en Moldavia. Además, los acontecimientos llegan en un momento delicado en los pretendidos esfuerzos para solucionar el conflicto congelado de la región separatista de Transnistria, una fuente de inestabilidad del fin de la guerra fría, ya que, hace poco, Moldavia, Transnistria y Rusia llegaron a un acuerdo según el cual, una misión europea tenía que reemplazar las tropas rusas de mantenimiento de la paz. Por ello, lo ocurrido en Moldavia levanta un inmenso interrogante. Está claro que Voronin no es un líder deseado, y tampoco su doctrina política. Pero desde el punto de vista formal, la revuelta relacionada con la invalidez de las elecciones, se sostiene poco, según señalaba Javier Solana, ya que «los observadores internacionales afirmaron que las elecciones cumplieron muchos de los estándares internacionales, a pesar de la necesidad de la mejora del proceso».

EL SILENCIO DE LA UE

Se procedió al recuento de los votos pero Europa siguió callada sin decidirse a mediar, sin formular una posición. La UE lleva casi 20 años sin pronunciarse sobre las tensiones de su frontera Este. ¿Desinteresada? ¿Siguiendo los juegos de Moscú? ¿Sintiendo temor por la posible implicación en un asunto destinado a ahondar en las tensiones de su relación con el gigante ruso?

La pregunta es: ¿Cuál será la posición europea frente a este país, frente a la región separatista de Transnistria que se opone a la europeización, a los derechos humanos de los moldavo-rumanos sometidos durante la historia del siglo XX?

Encontrada en una posición incómoda, Rumania, a su vez, deberá prestar atención a los movimientos peligrosos que realiza Voronin. La guerra diplomática iniciada por éste, con la expulsión del embajador rumano de Chisinau, el cierre de fronteras, la consecuente necesidad de visados de los ciudadanos rumanos para viajar a Moldavia, y su declaración incendiaria: «Rumania está implicada en todo este proceso», son hechos extremadamente difíciles de afrontar para Rumania, país miembro de la UE y de la OTAN, que nunca dejó de mirar hacia su hermana del Este, pero que, en su condición actual, se juega su credibilidad en el nuevo escenario geopolítico europeo.

MOLDAVIA ES EUROPA

¿Y que desea la población de Moldavia? Sabe que debe formar parte de Europa, porque es Europa. Y es consciente también, de que su camino hacia la UE pasa por la recuperación de su identidad rumana. Desgraciadamente, en un mundo complejo, poco tiempo queda por mirar en el mapa, un país tan pequeño, y reflexionar sobre su falta de democracia, sobre su delicada situación geopolítica. El representante de la UE en Chisinau, Kal¬man Mizsei, no consiguió informar a la población sobre la ampliación, ya que un 20 por ciento de la misma, se basa en el apoyo de Rusia para su adhesión… aunque sí, es cierto, que un 45 por ciento de los moldavos confían en el apoyo de Rumania.

Este porcentaje, junto al hecho de que los manifestantes enarbolaron las banderas de Rumania y de la UE sobre la Asamblea Nacional de Voronin, muestra claramente en qué dirección desean caminar los moldavos.

La UE deberá pronunciarse en este sentido, porque las voces moldavas, aunque silenciadas por ahora, pidieron ayuda, y pusieron de manifiesto que después de los Balcanes y del Cáucaso, llegó también la hora de Moldavia…