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La economía de Brasil muestra un optimismo disociado de las expectativas y el mal humor internacional, dice el autor.

(Desde Sao Paulo) LAS NOTICIAS ECONÓMICAS en Brasil muestran un optimismo disociado con las expectativas y el mal humor internacional. El aumento del 4,9 por ciento en las ventas minoristas en el primer trimestre de 2009, comparado con igual periodo de 2008, el aumento de la bolsa de valores de Sao Paulo, de mas de 40 por ciento en los últimos tres meses, y la valorización del real parecen fundamentar esta brisa de optimismo brasileña. El empleo también ha superado las expectativas, mostrando en el primer trimestre de 2009 una perdida de 57 mil puestos de trabajo, inferior a los valores esperados.

«El crédito es escaso y caro. Las empresas pagan tipos de interés promedio del 38 por ciento al ano para financiar el capital de trabajo»

Desde el comienzo de la crisis económica global en septiembre de 2008, el gobierno brasileño viene anunciando medidas con la finalidad de atenuar los efectos y alcances de la misma sobre sus niveles de actividad, producción y empleo. Entre ellas ha reactivado el Plan de Aceleración del Crecimiento (un plan de inversiones publico-privado lanzado en 2007 cuya implementación y resultado había sido pobre e ineficaz), redujo la tasa de interés de referencia, aun situada en valores altos de alrededor del 7 por ciento real anual, eliminó impuestos específicos sobre sectores particulares como producción de automóviles, electrodomésticos y materiales de construcción, cuyo efecto inmediato fue una reducción de precios y por lo tanto un aumento de las ventas, y el programa de auxilio al sector agropecuario con líneas de créditos especiales.

Sin embargo, algunos economistas críticos sostienen que estas medidas no son más que una serie inconsistente de respuestas a demandas sectoriales para atenuar problemas puntuales y no una solución holística, abarcadora de la problemática económica como un todo.

SIN AHORRO NO HAY CRÉDITO

El crédito es escaso y caro. Las empresas pagan tipos de interés promedio del 38 por ciento al ano para financiar el capital de trabajo. El bajo nivel de ahorro doméstico, con un ahorro privado de 14,2 por ciento del PBI en 2008, es insuficiente para generar fuentes de financiación que sustituyan a las fuentes externas a las cuales las empresas brasileñas recurrían, que se han «secado» después de la crisis.

No se han tomado medidas que ayuden a mejorar el ahorro interno. Sin ahorro no hay crédito, y sin crédito no hay crecimiento.

«Es difícil imaginar como será el mundo que emergerá de esta crisis»

Después de haber crecido más del 5 por ciento en 2008, la economía brasileña espera «crecer» entre 1 por ciento y -1 por ciento en 2009. Sin dudas, una frenada brusca que no ocurre sin afectar las estructuras económicas y sociales del país.

La economía brasileña es relativamente cerrada y con un nivel de crédito bajo en relación a otros países, dos antiguas desventajas que hoy pueden ser consideradas ventajas, a la hora de enfrentar la crisis.

UNA POSICIÓN PRIVILEGIADA

La riqueza de recursos naturales, como la abundancia de agua potable y petróleo, la capacidad de producir energía de fuentes renovables y la producción de alimentos colocan a Brasil en una posición privilegiada para enfrentar las próximas décadas.

Sin embargo, en el corto plazo, el mundo navega las aguas de una crisis compleja y global, cuya base es la desconfianza, con los efectos negativos sobre el crédito (que significa confianza) y la demanda de bienes y servicios en un mundo altamente interrelacionado.

«A pesar de los mensajes de optimismo, imprescindibles para restaurar la confianza y reactivar la rueda de la economía, hoy prevalece la incertidumbre»

Es difícil prever seriamente el desenlace de la crisis en el mundo y por lo tanto en Brasil, al menos hasta que exista una propuesta que supere la simple y mágica inyección de dinero. Es difícil imaginar como será el mundo que emergerá de esta crisis.

A pesar de los mensajes de optimismo, imprescindibles para restaurar la confianza y reactivar la rueda de la economía, hoy prevalece la incertidumbre.