yukio-hatoyama-001La aplastante victoria en las elecciones legislativas del Partido Democrático de Japón es el inicio del fin de una era, la del “Japan, Ltd” del Partido Liberal Democrático que gobernó desde 1955 con una muy pequeña interrupción en 1993-1994. En efecto, el PDJ pasó de 112 curules a 308, mientras que el partido en el poder se derrumbó de 300 diputados a solamente 119. Así, el 15 de septiembre próximo, el líder del PDJ, Yukio Hatoyama asumirá el cargo de Primer Ministro en la segundo economía más grande del mundo. Para destronar al PLD, el 69% del electorado acudió a las urnas, una porcentaje excepcional en cualquier elección democrática.

El Partido Liberal fue el instrumento del milagro económico del país, en particular en las décadas de los años sesenta y setenta y logró hacer revivir el sueño nipón de una hegemonía regional de Tokio. Sin embargo, el éxito económico se verá empañado por la burbuja especulativa de los años ochenta que termina con el colapso financiero del país en los noventa, lo que conllevó a la crisis política que permitió un breve periodo de alternancia entre 1993 y 1994. La crisis desestabilizó al modelo japonés. De un relativo igualitarismo, de una casi ausencia de desempleo, de una garantía de un trabajo permanente, de un sistema paternalismo se pasó a una fuerte desigualdad salarial y de empleo, a una precariedad de la jubilación con un Seguro Social en bancarrota y a un sistema económico estancado. Pero, es el caciquismo político y la corrupción del sistema con una pletórica administración que empujó a la sociedad japonesa a castigar al PLD, este 30 de agosto.

La emergencia del Partido Democrático Japonés en la vida política de la isla es un fenómeno nuevo y una consecuencia de la crisis de la década de los años noventa. Creado en 1996 por los hermanos Hatoyama, el partido se une a los social-demócratas en 1998 para finalmente fusionarse con el Partido Liberal de Ichiro Ozawa. Tanto el fundador del Partido Democrático como este último son tránsfugos del Partido Liberal Democrático. El hermano de Hatoyama fue secretario en el gabinete saliente de Taro Aso, mientras que Ozawa fue el teniente del ex primer ministro Kakuei Tanaka a principio de la década de los setentas. Además el propio abuelo de los Hatoyama fue uno de los padres fundadores del PLD.

La presencia de Ichiro Ozawa, artífice de la victoria en el Senado del PDJ en el 2007, va a constituir una pesada herencia, por su fuerza política en el seno del partido, para el futuro primer ministro que tendrá dos opciones: incluirlo en el gobierno como un caballo de Troya o nombrarlo presidente del partido y así darle un instrumento para controlar a los diputados. La rivalidad entre las dos figuras de la “revolución” japonesa, constituirá el principal tema de los primeros meses de gobierno de Hatoyama.

Un programa social:
El programa del partido de centro-izquierda pretende retomar los modelos escandinavos de un “capitalismo democrático” con un fuerte ingrediente social. En su campaña Hatoyama enfatizó su preocupación para levantar el nivel de vida de los más desprotegidos, de tomar medida social para los jubilados y los enfermos, de modernizar y sanear el seguro social, además de crear un sistema educativo prácticamente gratuito. El futuro gobierno, para enfrentar la caída poblacional muy alarmante del país, prevé una prima de natalidad. También se plantea la gratuidad de las autopistas del país, consideradas unas de las más caras del mundo.

Para final su obra social, el PDJ pretende recabar los fondos reduciendo parte de la burocracia, eliminando las prebendas tradicionales que se les daba a los líderes regionales y saneando los gastos en las obras públicas superfluas, es decir moralizar las inversiones del gobierno y orientarlas a la satisfacción de las necesidades de la sociedad.

En política exterior, el partido democrático también plantea una revisión profunda de los principios liberales. En primer lugar, se buscará un regreso al pacifismo constitucional del país que los últimos gobiernos liberales, en particular el de Junichiro Koizumi, empezaban a violar, como en el caso del envío de las tropas en los conflictos de Medio Oriente. Hatoyama quiere replantear las relaciones de su país con una menor dependencia política de los Estados Unidos, sin romper la relación estratégica, para enfocarse a su vocación asiática, en particular con un mejoramiento de los alzos con China.

La tarea para Hatoyama no es fácil. Cambiar más de medio siglo de historia del país, es una obra titánica, a pesar de contar con una cómoda mayoría en el Parlamento. Además, el Partido democrático es una mezcla de varias tendencias y un agrupamiento de trásfugos del Partido Liberal, algunos con los mismos vicios que sus oponentes. Finalmente, el propio Hatoyama no tiene experiencia política, aunque varios de los miembros, incluyendo a su propio hermano y a Ozawa, fueron funcionarios en los gobiernos liberales.

Existen buenas voluntades, pero el reto es muy grande. En las elecciones senatoriales del 2010, el Partido Democrático de Japón deberá responder con hechos a este voto de confianza del 30 de agosto de 2009.