greenA pesar de los avances tecnológicos en la limpieza de residuos tóxicos en las últimas décadas y la actuación de las autoridades americanas para controlar la fuga de crudo, no se ha podido parar la expansión de la mancha hacia las costas de los Estados bañados por las aguas del Golfo. Nos encontramos ante una nueva catástrofe ecológica.

Es importante recapacitar sobre la dependencia que tiene Estados Unidos y el resto de países industrializados del petróleo. Diariamente consumimos miles y miles de litros que cada vez es más difícil de encontrar y más costoso y complejo de extraer. Ante esta necesidad y el objetivo del presidente norteamericano Barack Obama de limitar la compra de barriles de países de la OPEP y potenciar la producción propia o cercana, autorizó a BP la extracción de crudo en el Golfo de México. Lo curioso de todo el asunto, es que la plataforma petrolífera llamada Deepwater Horizon (Horizonte de Aguas Profundas) era nueva y con maquinaria altamente compleja. A pesar de ello por una razón que aún se desconoce la barrera de seguridad que debería haber evita la fuga, no se activó.

La extracción realizada por esta plataforma era tan profunda que el petróleo sale a la superficie con una presión inmensa y de forma continua. Sí no se tapona la fuga, esta podría verter crudo durante meses. Fuentes oficiales han calculado que se están vertiendo unos 5000 barriles diarios pero fuentes no oficiales de ecologistas y académicos han calculado cifras 4 o 5 veces mayores. El mal tiempo y las mareas también han obstaculizado las labores de limpieza. El crudo ya ha llegado a las costas. La pesca en Florida y Missisipi ha sido cancelada. Las zonas costeras protegidas están en grave peligro. Si la fuente no se controla pronto nos encontraremos quizás con una catástrofe aún mayor que la del Exxon Valdés en Alaska o del Prestige en España.

Barack Obama que inmediatamente se personó en la zona de la catástrofe no para de reiterar que la empresa británica BP pagará la factura y correrá con los gastos de la limpieza. ¿Pero cuánto tiempo más van a esperar? Los últimos intentos de controlar la fuga no han funcionado y la mancha de aceite no para de crecer y extenderse, mientras que unos y otros discuten sobre la cantidad de crudo que se está vertiendo…

Lo peor de todo es que según fuentes del periódico norteamericano, The New York Times, parece que la MMS (Minerals Management Services), el Servicio Nacional de Administración de Explotación de Minerales permitió a la BP y otras empresas del sector perforar en el Golfo de México sin las licencias y permisos pertinentes a pesar de las advertencias de biólogos e ingenieros sobre el peligro medioambiental de incrementar la extracción en la zona. El no haber otorgado las licencias infringe las normas de la Ley de Protección de Especies en Peligro de Extinción (Endangered Species Act) y de la Ley de Protección de Mamíferos Marinos (Marine Mammal Protection Act) que obligan al MMS a expedir permisos en todas aquellas regiones o zonas dónde de se pueda poner en peligro a mamíferos marinos o especies protegidas. La MMS ha declina hacer ningún comentario al respecto.

Con la obsesión del presidente norteamericano de reducir la dependencia exterior del petróleo permitió y autorizó el incremento de pozos y plataformas en el Golfo de México con las consecuencias que desgraciadamente han tenido lugar. ¿No hubiese sido mejor invertir en energías renovables? Parece que al final Obama no piensa tanto en verde como creíamos…