Las raíces de esta crisis de los medios se encuentran, sobre todo, en un modelo de negocio que es también, paradójicamente, uno de sus mayores lastres: la publicidad. Las enormes estructuras de esta industria quedan como ballenas, varadas, perdidas y desorientadas en la playa de la sociedad informacional, donde el coste y la organización son mucho menores. En esta tesitura, los mismos directivos que llevaron a los medios hasta el escenario actual, buscan una solución para volver a ganar dinero, sin pensar que la estructura que les soporta es un gigante con pies de barro. ¿Cómo volver lo antes posible a la idílica situación anterior? La conclusión parece clara: «si no hay publicidad por la reducción del consumo, que sean los lectores quienes soporten todo el coste».