Por Ricardo Quesada Oré (para Safe Democracy)

Ricardo Quesada Oré dice que tras casi noventa días de gobierno el nuevo presidente peruano Alan García está buscando dar señales de estabilidad y confianza a los inversionistas y empresarios y a la población en general. Quesada Oré cree que la nueva gestión aprista ha entendido el papel que juega la inversión y ha fijado reglas del juego claras para el crecimiento. Conozca a continuación qué está haciendo Alan García para cuidar la imagen y cómo busca dar confianza y crear consenso ante las presiones sociales y del Congreso en Perú.


Ricardo Quesada Oré es economista y ha realizado cursos de especialización en la Universidad Carlos III de Madrid. Ha sido profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas del Perú.

ALAN GARCÍA PÉREZ HA SIDO considerado por muchos peruanos como el mal menor durante el proceso electoral reciente.

Tras casi noventa días de gobierno, el nuevo presidente peruano ha intentado dar señales de estabilidad y confianza a los inversionistas, a la clase empresarial y a la población en general. Durante este período ha buscado convertir el clima de incertidumbre política en uno de confianza y optimismo sobre la evolución del país.

RESPETANDO LAS REGLAS
García ha marcado distancia con respecto a algunos de los puntos más débiles de la administración de su antecesor Alejando Toledo, dando prioridad a temas como austeridad, transparencia y lucha contra la corrupción.

Al parecer, esta gestión del Partido Aprista Peruano ha entendido el papel que juega la inversión y ha puesto claras las reglas de juego para el crecimiento de la economía. En ese sentido, ha tratado de transmitir confianza al mercado, por lo que ha incorporado dentro del gabinete ministerial a sobresalientes profesionales independientes con destacada trayectoria en la gestión pública o privada.

De igual forma, ha sido recibido satisfactoriamente por la población el proyecto de austeridad en el sector público, que incluye la reducción de sueldos de funcionarios como el propio presidente, congresistas y ministros.

ACERCÁNDOSE A ESTADOS UNIDOS
Por otro lado, la decisión de ratificar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos –tema que fue materia de debate en el proceso electoral– es un paso importante para el desarrollo de las exportaciones peruanas y marca una agenda de trabajo significativa para mejorar la competitividad de las mismas.

Alan García nombró al destacado economista Hernando de Soto como representante presidencial en este ámbito. Soto sostuvo recientemente un encuentro con el presidente George W. Bush para solicitar su apoyo a la ratificación del TLC en el Congreso estadounidense.

PROBLEMAS CON EL CONGRESO
Sin embargo, donde la sintonía no es tan afinada es entre el Congreso y el Poder Ejecutivo. El ejemplo más claro es la rápida aprobación del proyecto de ley que elimina el alquiler de línea en el servicio de telefonía móvil, servicio brindado en monopolio por Telefónica del Perú desde el proceso de privatización realizado a mediados de la década de los noventa.

CUIDANDO LA IMAGEN
El alquiler de línea se encuentra estipulada en el Contrato de Concesión celebrado entre Telefónica y el Estado peruano, y es el pago que se efectúa por estar conectado a la red telefónica, independientemente de si se realizan llamadas o no. El pago también debería incluir la amortización de la inversión por la línea y los costos de mantenimiento de la red telefónica.

Este no es el primer intento que el Congreso hace para eliminar este coste para los usuarios, no obstante, existe un fallo del Tribunal Constitucional que establece que no se puede modificar unilateralmente un contrato ley. Además, el alquiler de línea es un coste que existe en muchos países, y al eliminarla no se obtendrían tarifas menores precisamente, porque dichos costos deberían cubrirse de alguna otra forma.

¿Por qué entonces aprobar un proyecto de ley que claramente viola el marco de la legalidad? ¿Qué buscaba el Congreso? ¿Fue un mecanismo de presión a la compañía?

BUSCANDO EL CONSENSO
El Poder Ejecutivo, en uso de sus facultades, no ratificó el proyecto de ley del Congreso, y anunció una renegociación del contrato con Telefónica.

Si bien quizá se obtengan resultados similares –una nueva estructura tarifaria que favorezca a la población, ampliación de la cobertura al interior– la forma en la que se lograría dicho beneficio es totalmente diferente: en base a un consenso entre las partes y no en medidas que afecten la imagen del país como ha ocurrido en Bolivia con la administración del presidente Evo Morales.

PRESIÓN SOCIAL Y POPULISMO
En una sociedad democrática no se pueden cambiar las reglas de juego unilateralmente, sin respetar el marco legal vigente y el Estado de derecho, ya que dichas actitudes alejarían las inversiones del país.

Ahora que el gobierno ha decidido velar por los usuarios de servicios públicos, también debería poner importancia en dar una mayor independencia a los organismos reguladores, mejorar el alcance de la agencia de protección al consumidor a nivel nacional y promover una mayor competencia en el sector.

DAR CONFIANZA
En resumen, el gobierno de Alan García está buscando dar confianza a los peruanos en estos primeros meses.

Las proyecciones del crecimiento dan una buena señal del rumbo de la economía, sin embargo, la administración tendrá que enfrentar duras presiones sociales.

Esperemos que no actúe ante ellas con medidas populistas que terminen haciendo más daño al país, tal como lo ha demostrado la historia.

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