Pocas veces el término “interméstico,” utilizado por cientistas sociales para describir un fenómeno que tiene expresiones domésticas y ramificaciones internacionales, encuentra una aplicación tan adecuada para reflejar un momento de decisiones políticas. Considero que ese es el caso al que asistimos con la decisión del Presidente Barack Obama al anunciar pública y oficiosamente el retiro de las tropas de Irak porque, según sus propias palabras “es tiempo de enfocar en la construcción de nación en casa.” En muchos sentidos, este llamado apremiante resulta mas pragmático que ideológico. Con un gasto promedio de $1.3 trillones de dólares invertidos a lo largo de una década para librar dos guerras que han sobredimensionado las reservas humanas y económicas del país; que han puesto a prueba sus capacidades estratégicas y a la vez comprometido las posibilidades de un desenlace exitoso, el argumento de mantenerse a toda costa resulta insostenible para un país que no termina de salir de su crisis financiera y que tan sólo en el presente año fiscal invirtió en ambos despliegues la friolera suma de US$120 billones de dólares. Con una creciente deuda externa que ya bordea los US$14.29 trillones, el excesivo gasto militar también es oneroso e injustificable ante la opinión publica, sobretodo para el creciente porcentaje de la población profesional y trabajadora desempleada que aún no tiene garantías para reinsertarse en los exiguos mercados laborales o para gran parte de los estados y pueblos de la Unión que actualmente enfrentan una crisis presupuestal sin precedentes, ante la cual tienen que hacer malabares para afrontar viejos y nuevos problemas como la reconstrucción de ciudades enteras abatidas por catástrofes naturales, o impactadas por el auge de la criminalidad violenta.
LA DIMENSIÓN INTERMÉSTICA DE UNA DECISIÓN PRAGMÁTICA
El futuro político del mundo árabe y la laicidad
Rafael Díaz-Salazar
04/03/2011
¿Están los países árabes preparados para una transición? Esa es la pregunta que a mucha gente se le viene a la cabeza cuando se plantea qué pasará en esas naciones después de las revoluciones. Sería muy peligroso que los grupos islámicos integristas llegaran al poder, convirtiéndo una posible democracia en una teocracia extremista. Sin embargo, en Egipto están preocupados que la democracia les quite su identidad cultural islámica, por lo que plantean una solución: «ha de ser un Egipto laico que respete la tradición musulmana». «Para lograr la laicidad, va a ser muy importante el avance del islam modernizado, democrático, racionalista y feminista.» dice el autor. Hay que luchar para que este islam prevalezca por encima del integrista.
Rafael Díaz-Salazar es profesor de Sociología en la Universidad Complutense.
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Mil y un modos de celebrar en Bengazi, la cuna de la rebelión
Marcelo Cantelmi
03/03/2011
Cae la noche en Benghazi y los libios se tiran a la calle a celebrar su revolución. Estallidos de cohetes, ruedas chirriando, tiros al aire y cánticos anti-Gadaffi componen la banda sonora de la revolución Libia. Las noticias de las vueltas de territorios a manos de los rebeldes levantan vítores por doquier, y la gente se arremolina en torno a las televisiones en las que se pueden ver las noticias de la cadena BBC, ya que la TV local está censurada por la dictadura. Pero lo más llamativo es el uniforme de la revolución. Alentados por el cambio de bando de algunos militares, los rebeldes libios se visten con uniformes militares, boinas estilo Che y trajes de camuflaje. Es manera de demostrar su apoyo a la revolución.
Libia, ¿intervenir o no intervenir?
Inocencio Arias
03/03/2011
El derrocamiento de los dictadores Ben Ali y Mubarak fue la victoria de los pueblos tunecino y egipcio. Cuando la situación se repitió en Libia, todos pensamos que Gadaffi no tardaría en caer, pero el dictador mantiene su poder sobre el país a base de bombardeos a los manifestantes. La situación se está volviendo tan precaria que en Occidente se preguntan si será hora de intevenir. Sin embargo, no es tan fácil. Una posible solución sería bloquear el espacio aéreo libio para poner fin a los bombardeos sobre la población, pero esto necesita una serie de recursos que habría que proporcionar entre todos los países, y muchos no están dispuestos a ello. Además, la Carta de la ONU dice en su articulo 2, apartado 7, que “nada autoriza a intervenir en los asuntos de competencia nacional de un Estado”, así que muchos países se negarán a intervenir hasta que no vean que realmente no queda otra opción. Esperemos que para entonces aún quede algo que salvar.
Inocencio Arias es un diplomático español jubilado en 2010, escritor y ex-profesor universitario.
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Juventud + tecnología = ¿democracia?
Emilio Rabasa
03/03/2011
Los jóvenes están siendo los protagonistas de las revoluciones árabes, que ya tienen nombre: Revolución de los Jazmines. Gracias a las redes sociales como Facebook o Twitter, han conseguido organizarse y hacer llegar su mensaje a todo el mundo. Apolíticos, ateos y unidos, éstos jóvenes tienen unas demandas muy sencillas: Libertad y trabajo. ¿No son acaso estas las metas de cualquier joven en cualquier parte del mundo? En el Magreb, donde aproximadamente el 50% de los habitantes son menores de 25, la tasa de desempleo no deja de crecer. Esto, unido a unos regímenes políticos carentes de libertad (de expresión o de cualquier otro tipo) ha logrado despertar la consciencia de los chicos, que ahora luchan por un futuro digno.
Emilio Rabasa es investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México
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Obama sobre Libia: poco, tarde, y mal
Ricard Gonzalez
01/03/2011
Muchos critican la actitud de Obama ante las revueltas árabes, echándole en cara que no ha sabido reaccionar a tiempo. Si bien es cierto que tardó algo en hacer declaraciones sobre la revolución egipcia, finalmente pudieron encontrar el equilibrio entre sus necesidades e intereses y las del pueblo egipcio. Sin embargo, en el caso de Libia, han pasado 6 días de masacre a los revolucionarios hasta que Obama se ha decidido a hablar sobre ello, calificando al fin las acciones de Gadaffi como inaceptables y atroces. Aunque EEUU no tenga tanta influencia en Libia como en otro países, no justifica la inacción por parte de EEUU, que debería haber condenado el régimen de Gadaffi desde el principio.
Ricard Gonzalez es colaborador de El Mundo en Washington
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El temor de estar ante otro Afganistán
Neil MacFarquhar
28/02/2011
La revolución de Libia sigue en pleno apogeo, y Gadaffi sigue sujeto a su trono, de donde no parece tener intenciones de bajar. Pero ¿qué pasará cuando todo acabe? Gadaffi ha pasado las 4 décadas de su dictadura eliminando cualquier organismo y a cualquier persona que pudiera suponer algún problema para su gobierno, por lo que no hay nadie para tomar el relevo cuando la población consiga que, por fin, abandone su puesto de dictador corrupto. Libia no tiene un cuerpo militar al que otorgarle el poder mientras se convocan elecciones, ni Parlamento, ni sindicatos, ni partidos políticos, ni sociedad civil, ni organizaciones no-gubernamentales. El vacío político que quedará cuando Gadaffi, por fin, caiga, resulta peligroso. Los integristas islámicos podrían aprovechar para subir al poder. O podría declararse el caos, convirtiendo a Libia en un país sin líder y sin ley. Sólo el tiempo lo dirá.
Neil MacFarquhar es periodista y autor de «The Media Relations Department of Hizbollah Wishes You a Happy Birthday: Unexpected Encounters in the Changing Middle East»
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Fresas en el jardín
Antoni Puigverd
25/02/2011
En Europa hemos vivido protegidos por un muro durante mucho tiempo. Parte de ese muro cayó en 1989, y pensamos que el resto se mantendría. Sin embargo, las revoluciones del Norte de África están derrumbando nuestro enorme muro con el sur, y solamente nos ocupamos de nuestros propios problemas, sin prestarle atención a los demás más que para ofrecer alguna palabra manida sobre la libertad de los pueblos. Lo que está pasando en los países árabes nos va a afectar mucho más de lo que pensamos, sobre todo a los países que más cerca quedan, como España o Portugal.
Contrastes del Lejano y Próximo Oriente
Paul Kennedy
24/02/2011
El autor habla de las diferencias entre el Lejano Oriente y Oriente Próximo. En el primero, la vida transcurre tranquila mientras se siguen haciendo ricos, pero en Oriente Próximo la situación por las revoluciones es cada vez más tensa, incluso en aquellos países en los que las revueltas aún ni han comenzado. El mundo descoyuntado del que hablaba Shakespeare está presente en la disparidades entre cada continente: América Latina podrá prosperar si aprende a aprovechar sus recursos; Australasia no para de crecer; Europa se divide entre los países prósperos y los que luchan por sobrevivir (Grecia, Portugal, Irlanda, quizá incluso España e Italia); y la gran potencia que es EEUU está completamente perdida.
Paul Kennedy ocupa la cátedra Dilworth de Historia y es director de Estudios de Seguridad Internacional en la Universidad de Yale. Traducción de Juan Ramón Azaola.