Bruselas y la búsqueda de un «nuevo realismo» hacia Teherán

Por Miguel Ángel Benedicto (para Safe Democracy)

Miguel Ángel Benedicto detalla la estrategia política que debería adoptar la Unión Europea si desea dar una respuesta estabilizadora y realista al desafío iraní. Y destaca lo siguiente: dejar para el largo plazo el cambio del régimen, sacar a Irán del eje del mal, ofrecer a Teherán incentivos positivos y ser capaz de crear un clima de confianza mediante al apoyo a la clase media y la sociedad civil. Además, trabajar por un tratado de comercio y cooperación y presionar con sumo cuidado por el cumplimiento de los derechos humanos, a través de la ONU, entre otras varias acciones, que se detallan a continuación. Benedicto cree que Irán sí ofrece perspectivas de reforma.


Miguel Ángel Benedicto es periodista y consultor especializado en asuntos europeos. Dirige Fácil Consultores y preside la asociación Ideas y Debate (España). Es coautor de los libros «Europa a Debate. Veinte años después (1986-2006)» y de «La Mayor Operación de Solidaridad de la Historia». Da clases en cursos de postgrado en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad Rey Juan Carlos y es licenciado en Derecho, Periodismo y Ciencias Políticas.

LA GRAN EXTENSIÓN DE IRÁN, sus casi 70 millones de habitantes, un potente ejército, su acusado orgullo nacionalista, la posesión de las segundas reservas mundiales de petróleo y de gas, su inclusión por Estados Unidos en el eje del mal después del apoyo iraní a los norteamericanos en Afganistán, el empantanamiento del ejército estadounidense en Irak, las diferentes varas de medir con India e incluso con Corea del Norte, los intereses de China y Rusia en el país persa, así como la política exterior común, que no única, de la UE y la debilidad de su rol en el mundo; obligan a que Europa adopte una postura realista con unos objetivos claros de estabilización para Irán.

ABANDONAR EL CAMBIO DEL RÉGIMEN
La Unión Europea debe dejar para el largo plazo el cambio del régimen iraní, aunque sin abandonar del todo la reforma interna del país mediante su poder blando. Para ello, deberá impulsar el tratado de comercio y cooperación con Irán que facilite la inversión, el crecimiento y el progreso social.

Desde la perspectiva energética, los Estados miembros deben tener clara si su prioridad es la energía. Podrían buscar alternativas a Rusia mediante la diversificación y ampliación de sus fuentes de aprovisionamiento energético, siendo Irán un posible socio de futuro.

SACAR A IRÁN DEL EJE DEL MAL
Desde un punto de vista político, la UE debe presionar a Estados Unidos para sacar a Irán del eje del mal y definir políticas constructivas de amplio alcance superando esquemas del pasado. Además, los Estados miembros deberían aumentar los vínculos económicos y culturales para lograr una transformación gradual a largo plazo que conlleve una democratización aunque sea sui generis.

Europa debe pasear por el fino alambre del respeto y ser capaz de crear un clima de confianza hacia un país cuyos dirigentes no aceptan los cánones occidentales, adaptándose al tablero y a las nuevas reglas que regirán en Oriente Medio, cuando Irán sea, de aquí a unos años con toda probabilidad, una potencia nuclear.

INCENTIVOS POSITIVOS
La UE debe permitir el enriquecimiento de uranio con fines civiles y usar el método diplomático en el asunto nuclear con incentivos positivos como, por ejemplo, el enriquecimiento en Francia a través de un consorcio o la oferta que se hizo de entrega a Teherán de tecnología punta para la puesta en marcha de una central nuclear que sólo produzca electricidad.

Y quizás, con sumo cuidado, presionar de manera suave a través de la ONU, mediante el nombramiento de un observador especial de los derechos humanos en Irán, con el fin de que sean respetados.

APOYO A LA SOCIEDAD CIVIL
La experiencia de la ampliación y la Nueva Política de Vecindad podrían aplicarse al país persa con el fin de se afiance una burguesía y una clase media que con el apoyo de la sociedad civil logren cambios desde adentro sin presiones externas que hieran el orgullo nacionalista. Los universitarios, medios de comunicación reformistas y la disidencia deben tener una presencia en la opinión pública.

Un canal que emitiese 24 horas usos alternativos de Internet y satélites podrían ayudar en esa dirección sin dirigir la estrategia directamente hacia el régimen.

Irán ofrece buenas perspectivas de reforma si se compara con otros países vecinos porque ya posee movimientos reformistas y una sociedad plural que conforman un potencial de cambio importante para el futuro.

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