El resurgimiento del ultranacionalismo
Por Arshin Adib-Moghaddam (para Safe Democracy)
Arshin Adib-Moghaddam cree que existe un particular interés en representar a Irán como una organización política irracional y antisemita de forma tal de movilizar a la opinión pública mundial ante acciones militares contra el país persa. Adib-Moghaddam recurre a la propia historia de los judíos iraníes para derribar tales mitos, y opina que, ahora más que nunca, se hace necesario un diálogo global.
Arshin Adib-Moghaddam, de origen iraní, es profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Oxford. Ha publicado recientemente «La política internacional en el Golfo Pérsico: una Genealogía Cultural» (Routledge). Estudió en las Universidades de Hamburgo y Cambridge.
CUANDO EL PRESIDENTE DEL CONSEJO JUDÍO IRANÍ, Haroun Yashayaei, criticó mediante una carta al presidente Mahmud Ahmadinejad –condenando sus declaraciones sobre el Holocausto– estaba respaldado por un colectivo de intelectuales iraníes, artistas, poetas y semejantes de dentro y fuera del país.
Para aquellos con algún tipo de conocimiento sobre la presencia judía en la historia iraní era evidente a todas luces que los comentarios de Ahmadinejad podían atribuirse a una mezcla de ignorancia individual sobre las circunstancias del Holocausto y, más importante, a la conveniencia maquiavélica en un momento en el que el Estado iraní era blanco –en los medios de comunicación internacionales– de una campaña de demonización implacable.
Como tales, sus comentarios podrían ser comparables a las declaraciones del presidente estadounidense George W. Bush, quien comentó en varias ocasiones que, desde el 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos permanece en una cruzada; o a las menciones del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, acerca de la inherente superioridad de los valores occidentales.
Efectivamente, no creo que sea una exageración colocar a Ahmadinejad en la misma categoría que a George W. Bush y a Silvio Berlusconi. Los tres pertenecen a la misma escuela política de pensamiento, que divide al mundo en blancos y negros, buenos y malos: una dicotómica visión de un mundo en el que estás con nosotros o contra nosotros.
UNA ANTIGUA HISTORIA
Lo irónico es que las deficiencias de Ahmadinejad son más evidentes en su conocimiento sobre su propia civilización, y especialmente respecto a los familiares e históricos encuentros con el judaísmo. Unas pocas lecciones en teología son suficientes para ver que la Biblia está dotada de alabanzas al antiguo Persia y sus maestros imperiales. El Antiguo Testamento describe al rey persa, Ciro el Grande, como el soberano sagrado y elegido de Dios, porque fue él quien dio refugio a los judíos cuando fueron perseguidos por el Rey de Babilonia, Nabucodonosor, en el siglo VI a. C. Estas acciones también explican por qué Ciro es mencionado en el Torá como un santo y salvador del pueblo judío.
En efecto, uno de los sucesores al trono persa, Jerjes I (Artajerjes) se casó con una mujer judía, Esther, la hija de uno de sus ministros. La tumba de Esther en la ciudad de Hamacan, al noroeste de Irán (originalmente llamada Ecabatana) atrae a los peregrinos judíos de toda Irán, especialmente durante la fiesta de Purim (los muros de la construcción explican los orígenes de Esther en hebreo).
PROPAGANDA IRAQUÍ Y GENOCIDIO NAZI
Debería señalarse, a modo de pie de página en la historia contemporánea del área del Golfo Pérsico, que el respaldo real y tangible de Irán a la persecución de los judíos fue utilizado por Sadam Hussein para demonizar la amenaza persa del este, durante la guerra de Irak e Irán (1980-1988).
Éste era el tema central de dos libros publicados en Bagdad a principios de los ochenta: Al-Madaris al-Yahudiyya wa-l-Iraniyya fi-l-‘Iraq (Las escuelas judías e iraníes en Irak), por Fadil al-Barrak; y Al-Harb al-sirriyya, khafaya al-dawr al-Isra’ili fi harb al-khalij (La guerra secreta: el misterioso papel de Israel en la primera guerra del golfo) por Sa’d al-Bazzaz. La primera obra alude a los antiguos repartos con el peligroso y destructivo impacto de las escuelas judías e iraníes en la sociedad iraquí; la segunda, ubicada en un tiempo posterior, a cómo Israel e Irán conspiraron para combatir a Irak, con especial referencia a la destrucción del reactor nuclear en Osirak por la Fuerza Aérea israelí in junio de 1981.
Lecciones ulteriores en la historia contemporánea de Irán demuestran que, en la época en que la Alemania Nazi estaba ocupada aplicando su Endlosung (solución final), los diplomáticos iraníes ofrecían cientos de pasaportes a los judíos europeos (en su mayor parte de Polonia) para facilitar el éxodo. A día de hoy, sigue habiendo una minoría polaca-judía considerable en Irán.
LA INTEGRACIÓN
La República Islámica garantiza por sí misma los derechos de la minoría judía en Irán, que es la más elevada en el Este de Asia aparte de Israel y Palestina. Entre 25.000 y 60.000, los judíos de Teherán, Shiraz, Isfahan, Boroujerd y Yazd tienen sus propios cementerios (el de Teherán puede visitarse incluso en Internet), los cuales, al contrario que en Europa y Rusia, están a salvo de las profanaciones de gamberros skinheads. Asisten a unas sinagogas repletas, envían a sus hijos a escuelas judías, compran su carne en carnicerías permitidas por la ley judía (kosher), están exentos de las prohibiciones respecto al alcohol y tienen representación política en el Parlamento iraní (majlis), garantizada por la Constitución.
Muchos iraníes judíos lucharon contra Saddam Hussein durante la Guerra de Irán e Irak (1980-1988), y el mismo Ahmadinejad honró a los veteranos de guerra iraníes judíos durante la ceremonia de conmemoración por la liberación de la ciudad suroeste de Khorramshahr de manos de las fuerzas de Saddam Hussein. Debería añadirse que, en agosto de 2006, el trabajo conjunto de la Asociación de la Comunidad Iraní Judía y del hospital judío Sepir, en Teherán, facilitó la distribución de soporte médico a los palestinos heridos por fuerzas israelíes durante la última Intifada.
ANTISIONISMO Y ANTISEMITISMO
El antisemitismo es una particular invención europea y la proyección de sus principios ideológicos y de su agenda política al mundo musulmán es intelectualmente ingrata y analíticamente deficiente. Esto no significa que no haya sentimientos antijudíos en la región. Los hay, pero hay más motivaciones políticas que raciales.
El equivalente a la postura de Ahmadinejad existe hoy en muchos países como consecuencia, en mi opinión, del resurgir de ideologías ultra-nacionalistas, que en sí mismas son intrínsecamente xenófobas, y de la continuada ocupación de los territorios palestinos por el Estado de Israel. El hecho real de este tipo de políticas no es, pues, el Holocausto per se. Es el Estado de Israel y su ideología sionista subyacente.
Esto explica por qué Ahmadinejad recibió el respaldo de organizaciones judías como Neturei Karta Internacional, una amplía organización mundial de judíos ortodoxos opositores al sionismo. El antisionismo, a diferencia del antisemitismo, es una postura política legítima de ser tomada, y, de hecho, son muchos los que seguirán expresando su desacuerdo como forma de protesta por los horrores cometidos en nombre del ideal sionista.
EL REVISIONISMO HISTÓRICO
Mientras tanto, es importante discernir la realidad de la ficción. La calculada ignorancia de los Estados y sus apogeos deberían reforzar nuestra empatía y alerta, especialmente cuando éstas sirvan para desenterrar sus mitos y sus distorsiones respeto a hechos históricos como el Holocausto o en relación a las muertes y destrucciones en la Franja de Gaza, Kabul, Bagdad o Grozny. Lo que se necesita, por encima de todo, es el diálogo, ideológicamente desapasionado e intelectualmente honesto.
Para aquellos lectores que piensen que esto es una mera demanda abstracta de un intelectual idealista, permítanme abordar un ejemplo muy especifíco:
DESENMASCARANDO A AMIR TAHERI
En mayo de 2006, bloggeros y periodistas de investigación expusieron la falsedad de una historia del periodista iraní Amir Taheri, inventada para presentar a Irán como un Estado antisemita. En un artículo del Nacional Post de Canada, Taheri aseveró que una nueva ley en Irán requeriría a los judíos iraníes ser señalados con una tira de tela amarilla cosida a su ropa, mientras que a los cristianos se les asignaría el color rojo. Los zoroastros portarían el azul Persia, como el color de su zona. De acuerdo con Taheri, los nuevos códigos permitirían a los musulmanes reconocer más fácilmente a los no musulmanes, luego podrían evitar darse la mano con ellos por error y de esa forma volverse sucios. Para reiterar el mensaje, el artículo corrió por todos lados con una fotografía de 1935 de un hombre de negocios judío en Berlín con una estrella amarilla de seis puntas cosida a su abrigo.
El National Post fue forzado a retractar el falso artículo. Pero por entonces el New York Post y el Jerusalem Post, que también reprodujo una foto de una estrella amarilla de la era Nazi sobre una foto del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, y el New York Sun habían recogido la historia.
Debería añadirse que en otra columna del New York Post de 2005, Taheri aseveró que el embajador iraní en la ONU, Javad Sharif, era uno de los estudiantes envueltos en el secuestro de los diplomáticos estadounidenses en Teherán entre 1979 y 1980. La historia fue retractada después de que Dwight Simpson, un profesor de la Universidad del Estado de San Francisco, escribiera al periódico explicando que la alegación era falsa. El día del secuestro del embajador de Estados Unidos en Teherán, Sharif era un estudiante graduado en el Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad del Estado de San Francisco. Él era mi estudiante, dijo Simpson a los editores, y ejerció también como mi profesor asistente.
Más preocupante aún es el hecho de que Amir Taheri se encontrara entre un grupo de expertos en Irán y en Oriente Medio invitado a una reunión, con Tony Blair y George W. Bush, en la Casa Blanca en mayo de 2006.
CONTRA LA DEMONIZACIÓN DE IRÁN
Si vinculamos la primera parte de este artículo a la segunda, podemos discernir un nexo ideológico. Existe un particular interés en representar a Irán como una organización política irracional, antisemita. Al menos ello sirve para legitimar la demonización del Estado iraní, y, más importante, moviliza a la opinión pública a apoyar la acción militar.
La pelota está en nuestro campo. Desmarañar los mitos y distorsiones de los políticos y medios de comunicación transnacionales no puede constituir un esfuerzo en vano. Nuestro poder para disentir de la corriente principal es real y auténtico. Nuestros instrumentos, las investigaciones estudiantiles y los análisis críticos, son fuertes. Si alguien le dice otra cosa, o bien está crónicamente desilusionado, o bien es el agente de una ideología particular opuesta al diálogo internacional y a la empatía entre diversas culturas.
Publicado por:
Matías
fecha: 06 | 06 | 2007
hora: 5:37 am
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Me parece que para un intelectual que critica a quienes piensan en blanco y negro, hablar del sionismo en esos mismos términos es una espantosa contradicción.
El Sionismo, si lo tomamos lisa y planamente, no es más que el amor a Sion, la tierra de Israel.
Sionismo per se, no quiere decir más nada que el deseo del pueblo judío de retornar a la tierra de sus ancestros, de tener un hogar nacional en dicha tierra.
Creo todos los pueblos del mundo, tanto el judío como el palestino y etc., tienen el derecho a reinvindicar la creación de su hogar nacional, sobre todo si poseen fuertes vinculos históricos, culturales y emocionales con el mismo.
Cuando Ud. habla de una «ideología sionista subyacente» esta generando la misma demonización que critica se intenta ejercer sobre Iran.
Por otra parte, estoy en contra de todo tipo de violencia, y se han cometido errores no solo en Medio Oriente, sino en muchisimos otras zonas del mundo. Revertir estos errores es un proceso largo y dificil.
Pero como Ud., creo que «demonizando» a alguna de las partes no se logra más que acrecentar las barreras para llegar a un acuerdo y a un mutuo entendimiento.
Si, señor Arshin Adib-Moghaddam, dentro del Sionismo existen las más variadas ideología: de centro, de derecha, de izquierda, y aún más hacia los extremos aunque me desagrade.
Pero estas corrientes, que se identifican como pertenecientes al movimiento Sionista (en el cúal también me incluyo) son independientes unas de las otras. Y en concordancia con los valores democráticos, si bien podemos estar muy en desacuerdo con las ideas de otras agrupaciones, no tenemos más opción que tolerarnos.
Su razonamiento de agrupar a todos los movimientos sionistas en ese difuso concepto de la «ideología sionista subyacente», que Ud. sostiene se encuentra tras el accionar del Estado israelí, es tan o más peligroso que la demonización que propone se le intenta realizar al Estado iraní, o el intentar deslegitimar a un regimen democrático en su totalidad por el accionar de algunos de los partidos políticos del mismo.
Ojalá mi comentario sea de utilidad y sirva para generar un ámbito de discusión académico y serio; además espero con ansias (de ser efectivamente posible) la respuesta del autor a mi comentario.
Atte.,
Matías
Publicado por:
MCEC
fecha: 07 | 06 | 2007
hora: 12:38 pm
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Muy interesante artículo en el que, tengo que decir, no he encontrado demasiadas referencias al sionismo: sólo que es legítimo oponerse a sus consecuencias sin por ello ser antisemita.
La república islámica de Irán tiene muchos problemas y graves defectos, y el antisemitismo, revisionismo, etc, de su Presidente, es uno de ellos. Creo que, como argumenta el autor, es absolutamente necesario hacer frente a estas cuestiones sin caer en el militantismo fanático de aquéllos que quieren justificar un nuevo ataque militar, que pondría a la región en llamas, con consecuencias trágicas para todos.
Publicado por:
Jose David
fecha: 07 | 06 | 2007
hora: 4:21 pm
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Pego un articulo viene al caso, fue publicado en el diario El Litoral (Sta Fe Argentina) el dia 4 de junio 2007
>La vuelta al mundo
>En defensa de Israel
>
>
>Del presidente iraní Mahumoud Ahmadinejad, pueden decirse muchas cosas
>menos que no sea claro, frontal y hasta sincero. Así lo fue cuando organizó
>un congreso internacional para negar el holocausto, así lo fue cuando
>aseguró que el objetivo prioritario de Irán era el de equiparse con
>armamento nuclear y así lo es en estos días cuando pronostica que la
>destrucción del Estado judío de Israel está cerca.
>
>
>Con él se podrá disentir o estar de acuerdo, lo que nadie puede alegar es
>no saber con quién se está hablando. A diferencia de otros estadistas, el
>jefe iraní expresa con absoluta franqueza sus objetivos. Ahmanidejad podría
>decir lo mismo que en algún momento dijera Metternich, el lúcido y
>resbaladizo diplomático austríaco: yo a mis colegas los engaño diciendo la
>verdad. En ese universo de intrigas, sinuosidades y mentiras, decir la
>verdad se transformaba en el mejor argumento para incitar al error a
>diplomáticos avezados en la mentira y los dobles discursos.>
>
>
>El jefe iraní no miente ni disimula sus objetivos. A su manera es
>transparente, lineal y, si se permitiera la palabra, honrado. Dice lo que
>piensa y se propone hacer lo que piensa; si no hace más no es porque no
>quiera sino porque no puede, pero convengamos que todas sus energías están
>orientadas a cumplir con su palabra y nadie lo puede acusar de mentiroso,
>de prometer y no cumplir, o de decir una cosa y después hacer otra.>
>
>
>Dicho con todo respeto, Hitler estaba curtido en la misma madera. El Fhürer
>siempre dijo lo que pensaba y además lo escribió, con estilo prosaico,
>plagado de lugares comunes, pero claro, frontal casi hasta la brutalidad y
>la grosería. Hitler siempre dijo que Alemania debía conquistar el espacio
>vital, que el Tercer Reich debía durar un milenio y que en el plazo más
>breve posible había que exterminar a los judíos y a todos aquellos pueblos
>de raza inferior o de pensamientos inferiores.>
>
>
>Hitler nunca engañó a nadie. Jamás dijo una cosa por otra. Incluso cuando
>firmó con Stalin un acuerdo de paz, los dos sabían que era provisorio y que
>en cualquier momento podía romperse y nadie estaba obligado a avisar sobre
>esa ruptura. Sin embargo, a pesar de esa sinceridad, de esa exposición
>descarnada de los objetivos, los avezados diplomáticos de Francia e
>Inglaterra, Chamberlain y Daladier creían que no era para tanto. Cuando
>quisieron reaccionar las bombas estaban cayendo sobre París y Londres.>
>
>
>El único político en Europa que se convenció rápidamente de que con Hitler
>no había ninguna posibilidad de negociación y que la única alternativa era
>la guerra hasta el exterminio, fue Winston Churchill, a quien por supuesto
>sus colegas laboristas, liberales y conservadores lo trataron de loco,
>senil y violento hasta que, convencidos de que las bombas que caían del
>cielo no las enviaba Dios ni eran de juguetes, decidieron convocarlo para
>que salve a Inglaterra.>
>
>
>Entre Hitler y Ahmanidejad hay diferencias, diferencias importantes, pero
>también hay coincidencias. Así como sería un error conceptual equiparar a
>uno y a otro sin advertir lo que los distingue, también sería un error
>político muy serio y de imprevisibles consecuencias no captar lo que haya
>de común entre los nazis que hablaban de la raza superior y los integristas
>musulmanes que ponderan las virtudes de la religión superior.>
>
>
>Otra de las constantes es el sentimiento de muerte: mientras los nazis
>soñaban con el universo bucólico de las walkirias, hoy los integristas se
>consuelan pensando que en las coloridas estepas de Alá los esperan decenas
>de vírgenes para hacerlos felices hasta la eternidad. Morir por el Reich o
>morir por Alá históricamente no es la misma cosa, pero la pulsión de muerte
>es similar.>
>
>
>El antisemitismo, como racismo y odio a la modernidad, es otra de las
>coincidencias de los nazis con el integrismo musulmán. La diferencia de los
>integristas con los judíos puede expresarse como diferencia religiosa,
>territorial o política, pero en todos los casos ése es apenas un pretexto
>subordinado a un sentimiento de odio que sólo puede ser saciado con el
>exterminio del pueblo judío.>
>
>
>Los integristas no odian a los judíos por los errores que cometen y de los
>cuales ningún pueblo está exento, sino por los aciertos que construyen.
>Odian su inteligencia, su creatividad, sus tradiciones humanistas. No les
>molestan sus excesos militares, les molesta que luego sancionen a los
>militares que se excedieron; no les fastidia la corrupción, les fastidia
>que los corruptos vayan a la cárcel condenados por jueces y no linchados o
>apedreados en la vía pública; no les molesta la discriminación que a veces
>un judío puede hacer contra un palestino, les molesta que en Israel los
>palestinos disfruten de derechos que no disfrutan en Jordania, Siria o en
>la propia Palestina.>
>
>
>Israel ocupa el 0,002 por ciento de todo el territorio árabe. En esa
>pequeña lonja de tierra, no hay petróleo ni riquezas naturales importantes.
>Su población es el 0,01 por ciento de la población musulmana, pero en ese
>territorio ínfimo funciona uno de los sistemas sociales más avanzados del
>mundo, sus universidades capacitan profesionales que luego obtienen
>distinciones académicas mundiales. Asediados por el terrorismo y la amenaza
>de exterminio como Estado, en Israel funciona una central de trabajadores
>considerada como una de las más democráticas de Occidente y en el plano
>político están reconocidos los derechos civiles y políticos de sus
>ciudadanos.>
>
>
>Ese mal ejemplo en las barbas de los ayatolás no puede tolerarse. Esa
>vocación humanista en las fronteras de déspotas y sátrapas no debe
>consentirse. Para los ayatolás y sus ocasionales rivales, los jeques
>ensabanados enriquecidos con la renta petrolera, siempre es mejor un pueblo
>sometido, de rodillas a La Meca, mientras su vida terrenal es un infierno.
>En definitiva, siempre es mejor echarle la culpa de las desgracias a algún
>enemigo exterior que asumir las propias responsabilidades por el hambre y
>la miseria de sus pueblos. Y, ya se sabe, a la hora de buscar un chivo
>expiatorio, nada mejor que un judío.>
>
>
>¿Dónde están, pregunto, los científicos, los humanistas musulmanes, que en
>otros siglos iluminaron al mundo con su sabiduría? ¿Adónde van los miles de
>millones de dólares obtenidos de la renta petrolera? ¿También los judíos
>son culpables de la miseria, el analfabetismo, la discriminación social y
>sometimiento vil a las mujeres?>
>
>
>Como decía un reconocido historiador europeo: Israel se propuso ser Atenas
>y lo obligaron a ser Esparta. Basta mirar el mapa de Medio Oriente para
>darse cuenta de que sólo la perversidad religiosa y la ceguera política
>pueden aceptar el principio de que Israel es el Estado agresor. El
>antisemitismo larvado es tan poderoso que a Israel ni siquiera le admiten
>el derecho a la defensa. Para las satrapías musulmanas los judíos deberían
>tener el mismo comportamiento que tuvieron con los nazis: dejarse matar,
>aceptar marchar como manso rebaño al degolladero.>
>
>
>Ahmanidejad es tan sincero como Hitler. Cree en lo que dice y lo que dice
>está dispuesto a cumplirlo. Los Daladier y los Chamberlain de turno suponen
>que no hay que tomarlo en serio, que siempre se lo podrá controlar y que en
>todo caso hay que hacerle algunas concesiones para contenerlo un poco. El
>error de perspectiva en 1938 costó cincuenta millones de muertos. Nadie
>está obligado a creer que sesenta años después ocurra algo semejante, pero
>no está de más recordar que el hombre es el único animal de la tierra que
>tropieza dos veces con la misma piedra.>
>
>
>Rogelio Alaniz
Publicado por:
thinkingbeing
fecha: 25 | 06 | 2007
hora: 12:54 pm
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Creo que hay que saber que la simple negación de derechos ya establecidos y reconocidos para la comunidad judía es un acto antisemita Según el Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia se considera un acto antisemita «negar al pueblo judío su derecho a la autodeterminación»
http://eumc.europa.eu/eumc/material/pub/AS/AS-WorkingDefinition-draft.pdf
Esta noticia está sacada de el «Movimiento Contra la Intolerancia»
Miembros del PSOE defienden a Israel ante los reiterados ataques de antisemistismo
Cargos públicos y militantes del PSOE se han adherido a un manifiesto que reclama una mayor movilización de la izquierda española en defensa del Estado de Israel y en contra de los estereotipos con los que se identifica a la realidad de ese país.
El manifiesto Israel y la defensa del progreso democrático en España ha sido impulsado por la Asociación de Solidaridad España-Israel y recibió hasta la tarde de ayer más de 200 adhesiones. Entre ellas, la de los diputados José Acosta y Dolores García Hierro; el ex alcalde de Madrid y senador Juan Barranco; los ex ministros Julián García Vargas y Javier Saenz de Cosculluela; Nicolás Redondo Terreros, Rosa Díez y otros cargos públicos, militantes y simpatizantes del PSOE y de otros partidos.
El texto se presentó en un acto conducido por el diputado socialista en la Asamblea de Madrid Juan Antonio Ruiz Castillo y en el que también participó el presidente de la Asociación, Fernando Alvarez-Barón, y el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Jacobo Israel Garzón.
El periodista Germán Yanke fue el encargado de leer el manifiesto, como demostración, explicaban algunos de sus impulsores, de que está redactado desde la izquierda y como mensaje para la izquierda, y abierto a todo el que esté de acuerdo con su contenido, sea cual sea su ideología.
Detrás del texto está buena parte de la corriente guerrista del PSOE, pero José Acosta dejó claro antes de comenzar el acto que no es ningún «tirón de orejas» a nadie, tampoco al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, porque, de hecho, aseguró, la actual política exterior de España es compatible con el contenido del texto.
Los firmantes del manifiesto denuncian que desde hace años hay «un pesado silencio en la izquierda española en lo que concierne a la defensa del Estado de Israel, cuyos valores democráticos, políticos, sociales, económicos, culturales y religiosos son perfectamente homologables a cualquier Estado democrático de Occidente». Ese silencio, añaden, «es el de miles de hombres y mujeres de izquierdas que asistimos con tristeza a los reiterados ataques políticos, intelectuales y periodísticos contra Israel».
Señalan como raíces de esas agresiones «el persistente y popular antisemitismo» de la tradición cultural católica, «reminiscencias antijudías» en sectores minoritarios de ultraderecha, pero también el «confuso discurso» que predomina en la izquierda. «Ya es hora de proclamar y defender una convicción clara: no somos pocos los izquierdistas en España que apreciamos y valoramos el valor ético y político que supone para la humanidad la existencia de Israel en un mundo amenazado por la intolerancia y el fundamentalismo».
«En defensa de esas convicciones rechazamos y denunciamos de plano toda manipulación concreta o generalizada que vaya en contra de los legítimos valores e intereses de Israel, como Estado-nación y como pueblo libre», añade el manifiesto.
MANIFIESTO
Israel y la defensa del progreso democrático en España.
Desde hace años, hay un pesado silencio en la izquierda española en lo que concierne a la defensa del Estado de Israel, cuyos valores democráticos, políticos, sociales, económicos, culturales y religiosos, son perfectamente homologables a cualquier Estado democrático de Occidente.
Ese silencio, es el de miles de hombres y mujeres de izquierdas que asistimos con tristeza a los reiterados ataques políticos, intelectuales y periodísticos contra Israel.
Entre las raíces de esos ataques está, desde luego, el persistente y popular antisemitismo de tradición cultural católica, superada desde hace ya muchos años por su vigente doctrina eclesial.
También perduran reminiscencias antijudías en
sectores, hoy minoritarios, de la ultraderecha española vinculados al fascismo europeo del siglo XX.
Pero la raíz que más nos afecta como hombres y mujeres demócratas y progresistas es el confuso discurso que, confluyendo con las anteriores, parece predominar en la izquierda española, al margen de las percepciones sobre la realidad de España en tanto que nación.
Ese discurso antisemita, antijudío y antiisraelí, pretendidamente de izquierdas, está anclado en consignas elaboradas en Europa desde finales de los años 60 del pasado siglo. Quienes rechazamos tanto el legado intelectual soviético como el utilitarismo político de la extrema derecha, buscamos usar los rigurosos instrumentos del pensamiento crítico en defensa de los valores occidentales de libertad, igualdad, justicia y fraternidad.
En el uso de dichos instrumentos concluimos que ya es hora de proclamar y defender una convicción clara: no somos pocos los izquierdistas en España que apreciamos y valoramos el valor ético y político que supone para la Humanidad la existencia de Israel en un mundo amenazado por la intolerancia y el fundamentalismo.
Nosotros, los abajo firmantes, no podemos permanecer más tiempo en silencio en España respecto de esta crucial cuestión.
Uno de los logros de la democracia española desde 1978 fue el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Israel y España en 1986. Todo demócrata y progresista, heredero por tanto de la mejor tradición liberal y socialista, reconoce
que la España de hoy no hubiera sido posible sin que ese puente de reencuentro con nuestro pasado judío hubiera sido establecido, como lo fue, por el primer gobierno de izquierdas que hubo en España.
Sufridos decenios de dictadura y durísima transición democrática en nuestra sociedad, la instauración de relaciones diplomáticas entre España e Israel fue señal de que el pasado intolerante, fundamentalista que negaba al pueblo español su derecho a la libertad y a la democracia quedaba superado. No en vano, en el lento proceso de construcción democrática de España como nación política iniciado en las Cortes de Cádiz de 1812, las mayores resistencias reaccionarias vinieron siempre de quienes consideraban justo y bueno el decreto de expulsión de los judíos españoles librado en 1492.
Los demócratas progresistas españoles, en defensa del derecho del pueblo israelí a tener su propio Estado-nación conforme a lo dictaminado en todas las resoluciones de ONU desde noviembre de 1947, jamás renunciaremos a analizar y, en su caso, criticar todas las acciones que los gobiernos democráticos legítimamente elegidos por el pueblo de Israel puedan resultar contrarias a nuestras convicciones éticas y políticas.
Precisamente por ello, apoyamos el proceso que habrá de conducir a una paz justa entre Israel y todos sus vecinos, saludando especialmente todo esfuerzo que logre a la postre el establecimiento de un Estado palestino soberano, económicamente viable y territorialmente contiguo, gobernado conforme a las normas democráticas y que mantenga relaciones normalizadas con Israel. Ello implica necesariamente la plena adopción de las normas internacionales de fomento de los derechos humanos y políticos, en su integridad definidos por la ONU, por parte de todas los Estados nación de la región.
Pero, en defensa de esas convicciones, rechazamos y denunciamos de plano toda manipulación concreta o generalizada que vaya en contra de los legítimos valores e intereses de Israel, como Estado-nación y como pueblo libre.
No somos pocos los que militando en los partidos, sindicatos y asociaciones de izquierdas en España podemos y debemos contribuir a que las manipulaciones y las extorsiones que se producen en contra de Israel sean combatidas dialéctica y democráticamente.
La bandera de la causa de Israel no puede quedar sólo en manos de quienes desde la derecha española pretenden ostentar la exclusividad en su defensa.
Proclamamos que la defensa de Israel no es exclusivo deber de ningún partido u organización ideológica, sea de izquierdas o de derechas, sino deber de todos los demócratas.
En las orillas occidental y oriental del Mediterráneo, centenares de miles de hombres y mujeres libres, ciudadanos de Israel y España, estamos unidos por un mismo ideal sostenido a lo largo de generaciones.
Cada mujer y cada hombre tienen derecho a ser quien quiera ser y serlo viviendo con la seguridad que sólo brinda la libertad individual y política.
Quienes conocemos bien los riesgos y amenazas que sufre Israel, tenemos clara conciencia de que estos son los mismos que pesan sobre España. Nos vemos asaltados por las acciones terroristas de quienes ejecutan sus guerras particulares contra los valores democráticos arduamente plasmados en la historia y en las normas de gestión ejecutiva, legislativa y judicial de los sistemas políticos
occidentales vigentes. No podemos perder la noción de que el progreso, el bienestar y la seguridad de nuestros pueblos y sociedades abiertas dependen de la preservación y de la profundización en la aplicación cotidiana de dichos valores y normas.
Israel no sólo es odiado y atacado por ser el Estado judío. Lo es, al tiempo, por haber demostrado desde su fundación que los valores y normas democráticos son preservados y profundizados incluso bajo condiciones permanentes de guerra abierta o soterrada.
En España, dicho ejemplo no gusta a muchos, a izquierda y a derecha. Pero, incluso aunque sólo fuera por eso, merece la pena realizar todo esfuerzo público por señalar la radical bondad del mismo.
El compromiso adquirido con la adhesión a este manifiesto pretende sumar voluntades y acciones políticas que permitan poner fin a la confusión reinante sobre Israel generada por voces y actitudes que poco tienen que ver con la promoción de los valores y normas democráticas en España.
Rompemos juntos el silencio, para afirmar que la palabra y la acción en la defensa de Israel es también la causa de la libertad y el progreso para todas las gentes, sin distinción de nacimiento y procedencia, ni de credos y opinión, en España.
El Manifiesto Israel y la defensa del progreso democrático en España es una iniciativa de
la Asociación Solidaridad España-Israel (ASEI, http://www.aseiweb.net/).