obamaafganistanpakistan.jpgLa «nueva» estrategia: 1) Regionalización del conflicto, 2) incremento de la presencia civil y militar en Afganistán, 3) descentralización del Estado afgano, 4) captación de los Talibanes moderados, y, 5) continuación de la política social de la Administración Bush.

(Desde Londres) AUNQUE TENDREMOS QUE ESPERAR unos días para conocer en profundidad la Estrategia de la Administración Obama sobre Afganistán ya se puede atisbar cuáles van a ser las líneas maestras. En principio, cinco parecen ser los puntos fundamentales de esta «nueva» aproximación, aunque a grandes rasgos podemos hablar de una regionalización del conflicto y una apuesta por la estabilización del país:

REGIONALIZACIÓN DEL CONFLICTO

Si bien al poco de llegar a la Casa Blanca ya el Presidente Obama nos indicó que Pakistán iba a ser pieza clave en su aproximación a Afganistán, en las últimas semanas el concepto de regionalización se ha ampliado aun más. Pakistán se ha mostrado como poco fiable como ruta de suministros para las tropas. Por ello, estados que hasta ahora habían mantenido diferencias con Estados Unidos, como Uzbekistán, Irán, o una nula relación como Turkmenistán parecen configurarse como piezas clave en los planes de suministro de Washington una vez Moscú y Bishkek han forzado el cierre de la base de Manas. La Administración Obama busca la diversificación del suministro y para ello, el General Petrus, hasta hace poco responsable de Irak y ahora encargado del CETCOM, ha logrado sustanciales acuerdos bilaterales con Tashkent, Asghabat para permitir el paso de los suministros.

En lo que a Pakistán se refiere, las relaciones siguen siendo contradictorias. Mientras se sigue apoyando al dúo Zardari-Kayani, las críticas contra el ISI (Inteligencia pakistaní) y contra las polémicas decisiones del ejecutivo pakistaní no han cesado. A su vez, los ataques con los aviones no tripulados (Predator de General Atomics) contra las zonas tribales donde se esconden los líderes Talibanes se han multiplicado lo que si bien permite descabezar a la insurgencia también provoca que el «S-Wing» de ISI recrudezca la violencia en Afganistán.

INCREMENTO DE LA PRESENCIA EN AFGANISTÁN

Una de las primeras medidas tomadas por el presidente norteamericano fue el incremento en 4.000 soldados de los efectivos desplegados en el país pastún. El ejecutivo norteamericano ha pedido a sus socios de la OTAN un esfuerzo que permita cambiar la estrategia sobre el terreno. Hasta el momento, la presencia de efectivos es muy inferior a la necesaria ya que mientras en Afganistán encontramos a un soldado por cada 25 km en Kosovo la proporción es de uno cada 300 metros. Esta falta de despliegue obliga a la Alianza a utilizar ataques aéreos con la consiguiente imprecisión y bajas entre la población civil que a su vez provoca que los índices de popularidad de la OTAN sean muy bajos. De este modo, la población se acerca a los Talibanes que son vistos como la única alternativa al invasor que legitima al gobierno corrupto de Karzai.

Este incremento no sólo debe ser entendido desde el punto de vista militar sino también desde el punto de vista civil. El nombramiento de un nuevo embajador en Kabul, Karl Eikenberry, se une a la apuesta personal del presidente Obama de vincular desarrollo con seguridad. Por ello, Estados Unidos va a enviar a 1000 civiles para fortalecer la administración afgana y la economía con una especial atención a la agricultura. El objetivo no es otro que favorecer la sustitución de los cultivos de opio por otros alternativos como puede ser el azafrán, un punto en el que Irán puede jugar un papel fundamental al ser el primer productor mundial.

DESCENTRALIZACIÓN DEL ESTADO AFGANO

A nadie se le escapa que el gobierno de Hamid Karzai no cuenta con el beneplácito de Washington. Por ello varios han sido los planes para reducir su poder. Primero se pensó en cambiarle por un afgano-americano, después nombrar un primer ministro con fuerza suficiente para hacerle sombra y ahora emerge la idea de federalizar más el país. La idea, que puede ser interesante, cobra el riesgo de fragmentar un país que de por si está fragmentado ya que la identificación de los diferentes grupos étnicos (tayikos, hazaras, turkmenos, uzbekos) con el gobierno central no es muy fuerte. Una mayor descentralización implicaría que las provincias tendrían más poder respecto de Kabul lo que si bien es verdad que limitaría el poder de Karzai también proporcionaría más fuerza a los Señores de la Guerra. Se trata de una política cortoplacista habida cuenta de que en verano (boreal) se prevé la celebración de unas elecciones que pueden sacar del poder al actual presidente afgano.

CAPTACIÓN DE TALIBANES MODERADOS

Siguiendo la experiencia de Irak algunos asesores de la Casa Blanca afirman que hasta un 70 por ciento de los insurgentes fundamentan sus acciones en motivos económicos y no en ideológicos-religiosos. Continuando con esta afirmación, Washington pretende reintegrar a la parte más moderada del movimiento Talibán en la sociedad civil aportando subsidios a los que se alejen de las armas. Esta iniciativa, que ha sido vista por muchos como una rendición, es sin lugar a dudas el punto más polémico del Plan Obama sobre Afganistán.

Lo que para una parte de las mentes pensantes de Washington es un paso necesario para la consecución de la paz, para otros no es más que una derrota y un paso más hacia una retirada deshonrosa de Afganistán.

CONTINUACIÓN DE LA POLÍTICA SOCIAL DE LA ADMINISTRACIÓN BUSH

Uno de los aspectos fundamentales de la política del anterior ejecutivo en Afganistán era la educación y la juventud. Aunque las cifras son muy positivas –un incremento del 500 por ciento en la escolarización– todavía se aprecia algunas zonas sombrías como que sólo el 35 por ciento de los alumnos sean mujeres o el importante porcentaje de población infantil que está por debajo del umbral de la pobreza. Además, todavía se está muy lejos de conseguir otro de los objetivos marcados al inicio de la intervención: la igualdad real entre hombres y mujeres. En algunas zonas, las niñas encuentran dificultades para acudir al colegio o para pasear sin el tristemente famoso burka. Sin embargo, estos cambios sociales son incluso más difíciles de lograr que los políticos y por ello se ha fijado 2020 como objetivo para cumplirlos.

En líneas generales se trata de una aproximación holística e integral que aborda los puntos fundamentales. Sin embargo, no podemos aspirar a que Afganistán se convierta en un país desarrollado de la noche a la mañana. Asuntos como el tráfico de drogas son complicados y requieren de una estrategia continuada y donde todos los estados colaboren. De hecho, una participación significativa de todos los miembros de la OTAN resulta fundamental para el éxito de la misión. No se puede cerrar los ojos ante el problema afgano por ajena que nos pueda parecer su realidad ya que ignorarlo no va hacer más que agravarlo.