David Ignatius
10/1/2010
La guerra del terror americana tiene en Pakistán un aliado crucial pero también muy preocupado. Esta semana un helicóptero americano asesinó a tres soldados pakistaníes, lo que no ha ayudado demasiado a calmar la ya tensa situación, y La frustración impide que los dos ambos consigan su objetivo: restablecer la paz y el orden en la región. Mientras los americanos amplían sus visitas a Pakistán en busca de insurgentes, los pakistaníes quieren más comunicación, más transparencia y más respeto entre compañeros. el ISI, el servicio de inteligencia pakistaní más importante del país, no termina de estar de acuerdo con la estrategia americana, pero los dos bandos coniciden en que hay que colaborar si se quiere lograr algo.
Ignatius escribe dos columnas semanales sobre política mundial, economía y relaciones internacionales en The Post.
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