La expresión “guerra contra el terror” desapareció del vocabulario de los altos funcionarios de la administración de Obama. El cambio no es sólo un asunto de semántica. Es estratégico.
Por Aldo Civico, 19 de agosto de 2009
En su discurso, hace pocos días, en el Council on Foreign Relations, Hillary Clinton ofreció una rama de olivos a los Talibanes que decidan abandonar las armas. En marzo de este año, el presidente Barack Obama comentó que Washington podría estar interesado en negociaciones con miembros de los Talibanes.
La disposición a negociar forma parte de una nueva estrategia en la lucha contra organizaciones terroristas, muy diferente respecto a la era de George W. Bush.
La expresión “guerra contra el terror” desapareció del vocabulario de los altos funcionarios de la administración de Obama. Un correo electrónico a los miembros de la plana mayor del Pentágono especificó que “la nueva administración prefiere evitar el término de Guerra Larga o Guerra Global contra el Terror”. El cambio no es sólo un asunto de semántica. Es estratégico.