oscararias.jpgEl presidente de Costa Rica, el premio Nobel de la Paz Óscar Arias, habría roto relaciones diplomáticas con Taiwan tras 60 años para establecer vínculo diplomático con China por un crédito blando de 300 millones de dólares otorgado por Beijing a San José, según informaciones periodísticas.

(Desde Madrid) LA POLÍTICA ES EL ARTE DE LO POSIBLE, combinar los sueños y deseos con la realidad, pero algunos líderes no entienden que casi más importante es ejercerla con moralidad y dignidad. Tomemos el caso de la República Popular China y Costa Rica. El diario costarricense La Nación –a pesar de fuertes presiones y durísimas críticas internas que la acusaban de menoscabar la estabilidad del país– ha desvelado tras una exhaustiva investigación y la ayuda de los tribunales lo siguiente: el presidente Óscar Arias –respetado Premio Nobel de la Paz por su contribución a la paz en la región en los años ochenta y noventa– mintió a su país al negar sus contactos secretos con Pekín durante más de ocho meses para negociar la ruptura de relaciones diplomáticas con Taiwan y reconocer a China. Quizá esto no es lo peor –a veces es necesario la discreción– sino que ligó por escrito dicha decisión política a un precio económico.

300 MILLONES DE DÓLARES

En el mismo memorando de entendimiento firmado el 1 de junio de 2007 por el ministro de Asuntos Exteriores costarricense, Bruno Stagno Ugarte, y el ministro de Asuntos Exteriores chino, Yang Jiechi, donde se concretaban los detalles de la operación, se fijaba que el Gobierno de Beijing compraría deuda pública del país por 300 millones de dólares a un interés ridículo –dos por ciento–, más una donación cercana a los 130 millones de dólares. El primer pago de este transacción fue efectuado en enero de 2008 y la institución financiera china, la Administración Estatal de Reservas en el Extranjero (State Administrarion of Foreign Exchange, SAFE), que gestiona las reservas chinas cercanas a los 1.800 billones de dólares, la más grandes del mundo, entregó el primer pago del préstamo de 150 millones de dólares.

«Todo hubiera pasado desapercibido si los servicios de inteligencia taiwaneses no lo hubiera descubierto y filtrado a la prensa»

Por su parte, el Ministerio de Hacienda de Costa Rica giró en julio parado su primer monto de intereses de 1,5 millones de dólares. Según las declaraciones públicas, el pago salió a nombre de quien están inscritos los bonos, el banco local BCT, que dirige ese dinero al inversionista estatal chino (SAFE) a quien él designe.

ZANAHORIA ECONÓMICA

Desconocemos, por el momento, quién sugirió primero la zanahoria económica aunque importa poco pues las dos partes –las autoridades chinas y costarricenses– son igualmente censurables por aceptarlo al menos. Arias se defiende asegurando que no hizo nada malo y que no tiene sentido hoy en día no tener relaciones con la segunda potencia comercial del planeta y de ese país centroamericano, en este caso por detrás sólo de Estados Unidos. Todo hubiera pasado desapercibido –agrega– si los servicios de inteligencia taiwaneses no lo hubiera descubierto y filtrado a la prensa. Incluso se ha jactado en público de que todo ha sido «un buen negocio» porque con este dinero al 2 por ciento ha podido cancelar otras que Costa Rica estaba pagando con intereses mucho más elevado, al 6, 7 y 8 por ciento. En su defensa, agrega, recuerda que fueron las propias autoridades chinas las que solicitaron que no se hiciera pública la conexión financiera, conscientes –obviamente– de las críticas que podrían recibir por utilizar su músculo financiero como mecanismo de influencia política para aislar a Taiwán, un país que no es miembro de la ONU y que escasamente es reconocido por unas dos docenas de naciones, 12 de ellas de Latinoamérica y el Caribe, y que para Pekín es simplemente una provincia rebelde.

EQUIVOCACIÓN

El Premio Nobel esta doblemente equivocado. Primero si mintió a su pueblo –las hemerotecas lo demuestran– pero, segundo, y lo que es más grave, es que, a pesar de haberse hecho pública la trama, continuó negándose sistemáticamente a aclarar el asunto.

«Es una pena que los pocos políticos que podemos admirar dilapiden su credibilidad de una manera tan burda»

Hoy lo conocemos gracias a que la Sala Constitucional de Costa Rica obligó, tras un recurso de amparo del diario, a revelar los detalles financieros del acuerdo por estimar que el derecho a la información está por encima del derecho del secreto bursátil. Lo que es más criticable aún es que Arias siga manteniendo que no haya nada de censurable en su actuación pues con seguridad esta actitud acabará minando su prestigio político.

CREDIBILIDAD DILAPIDADA

Las primeras encuestas muestra un incremento sustancial de los costarricenses –casi el doble– censuran su gobierno después de todas estas revelaciones. Para muchos costarricenses y no costarricenses, lo que ha hecho es un atentado a la dignidad. En pocas palabras, poner precio a que Costa Rica mantenga relaciones con uno u otro país, independientemente del país en concreto de que se trate y de las razones de la decisión. ¿Qué hubiera hecho Arias si Taiwan hubiera ofrecido 500 millones de dólares por mantener el status quo? El daño al prestigio de Arias ya esta hecho pero todavía hay tiempo para que reconozca sus errores. El fin podía ser bueno pero las formas, claramente, censurables. Aún queda más. Los intereses de los bonos comprados por China, 1,5 millones de dólares cada seis, son ingresados en una cuenta en Hong Kong cuyos beneficiaros no están claros. Si cuando acabe su presidencia, Arias quiere seguir viajando por el mundo como impulsor de la paz y pronunciando conferencias sobre moralidad en las relaciones internacionales y a favor de la paz y el desarme, tendrá que demostrar con total transparencia el camino del dinero.

«La prensa y la judicatura de Costa Rica han demostrado su fortaleza institucional»

Ha desperdiciado gran parte del derecho a la duda. Es una pena que los pocos políticos que podemos admirar –Arias lo ha sido al menos hasta ahora– dilapiden su credibilidad de una manera tan burda. Sin embargo, siempre hay algo positivo: la prensa y la judicatura de Costa Rica han demostrado su fortaleza institucional, base imprescindible de cualquier democracia saludable y moderna.