Por Maximiliano Borches (para Safe Democracy)

Maximiliano Borches dice que la incorporación de Venezuela al MERCOSUR es un paso adelante para el bloque regional: Sudamérica tiene ahora entre sus manos una oportunidad de crecimiento aún más favorable desde el punto de vista de la integración energética, del intercambio comercial, de los mayores flujos de inversiones y de las sinergias positivas para el avance tecnológico. Borches cree que la llegada Venezuela, potenciará la voluntad integradora de los cuatro países fundadores del bloque (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y explica por qué.


Maximiliano Borches es periodista y analista internacional. Colabora en distintos medios de prensa latinoamericanos y es director de la revista «Horizonte».

CON LA INCORPORACIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA como quinto socio pleno del MERCOSUR –suscripta por consenso entre los ministros de Asuntos Exteriores del bloque el pasado 17 de junio en Buenos Aires– Sudamérica tiene entre sus manos una oportunidad de crecimiento aún más favorable, desde el punto de vista de la integración energética, del intercambio comercial, de los mayores flujos de inversiones y de las sinergias positivas para el avance tecnológico.

La incorporación de Venezuela como socio pleno al MERCOSUR –creado en 1991 por el Tratado de Asunción– representa un hecho auspicioso para esta región del planeta, ya sea por la significación política, como también por la fortaleza económica de éste.

POTENCIANDO LA INTEGRACIÓN
La llegada del nuevo socio, potenciará la voluntad integradora de los cuatro países fundadores del bloque (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), que en los últimos tiempos vienen atravesando distintas crisis, en particular, la desatada entre Argentina y Uruguay por la contaminación que producirían dos papeleras de origen europeo que se pretenden construir a orillas del río Uruguay (del lado uruguayo), límite natural entre ambos países, y una de las últimas reservas de agua dulce del planeta.

Si bien es cierto que al día de hoy existen varios proyectos de integración en Sudamérica, el MERCOSUR pasa a representar el 78 por ciento del PBI regional con la incorporación de Venezuela, posicionándose con inmejorables condiciones para llevar adelante distintos acuerdos con otros bloques y países del mundo. De hecho a fines de julio, se firmarán los primeros acuerdos económicos entre el bloque e Israel y Pakistán.

LA IMPORTANCIA DE LA ENERGÍA
La decisión de Venezuela de sumarse a este bloque manifiesta su vocación de asumir los principios fundacionales del Tratado de Asunción, proclives a la defensa de la democracia y el crecimiento con equidad social; en un contexto regional como éste, donde se necesitan imperiosamente políticas distributivas y una mirada abarcadora de sus distintas problemáticas.

Por otro lado, la inclusión de Venezuela como socio, haría factible la integración energética regional como pilar articulador de una integración profunda y duradera.

En este sentido, es importante recordar que la Unión Europea –con el acuerdo de Aviñón– tuvo como uno de sus motores constitutivos la integración energética, desde donde se avanzó en la articulación de políticas sobre el acero y el carbón entre los países fundadores.

APERTURA DE MERCADOS
De acuerdo con el protocolo, Venezuela adoptará la Nomenclatura Común del MERCOSUR (NCM) y el Arancel Externo Común (AEC) en forma gradual, a más tardar cuatro años a partir de su entrada en vigencia, al ser ratificado por los parlamentos.

Para 2010 está fijada la apertura de los mercados de Argentina y Brasil a Venezuela; para 2012 la de Venezuela a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay; mientras que Paraguay y Uruguay se abrirán a Venezuela en 2013.

LOS SOCIOS MENORES CUENTAN
Uno de los desafíos más importantes que debe enfrentar el MERCOSUR por estos días, es el de brindar mejores opciones comerciales y darle mayor importancia a la participación de los socios menores como Paraguay y Uruguay.

La entrada de Venezuela como socio pleno, y la atracción que el bloque está teniendo para Bolivia, son de suma importancia para lograr un mayor equilibrio. De este modo, podría reducirse la hegemonía de los socios más grandes como Argentina y Brasil, y le dotaría –en forma paulatina– de un mayor contenido social.

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