Por Per Persson (para Safe Democracy)

Per Persson explica por qué la coalición de centro-derechas (La Alianza) bajo el mando de Fredrik Reinfeldt obtuvo la mayoría de los votos en las pasadas elecciones en Suecia. Persson cree que el cambio demuestra el descontento de la sociedad sueca ante el gobierno anterior de Göran Persson al igual que la tendencia de todos los partidos de inclinarse hacia el centro. En este sentido surgen algunos interrogantes, ¿podrá La Alianza ser diferente a coaliciones de centro-derechas anteriores? ¿Habrá un cambio sustancial en Suecia? ¿Logrará el nuevo Gobierno mantenerse en el poder por más de un período?


Per Persson ha sido consultor del Consejo de Comercio sueco en Estambul y en Madrid. Es licenciado en Ciencia Política y en Administración de Empresas de la Universidad de Lund en Suecia.

DESPUÉS DE GOBERNAR SUECIA durante 12 años consecutivos, el Partido Social Demócrata obtuvo los peores resultados de su historia en las recientes elecciones.

La coalición de 4 centros –partidos de derechas bajo el nombre de La Alianza— ganó con el 48,2 por ciento de los votos frente a la unión formada por el Partido Social Demócrata, el Partido Verde y el Partido de Izquierda, que obtuvo el 46 por ciento. Así, La Alianza alcanzó la mayoría parlamentaria y el electorado dejó un mensaje muy claro: Suecia necesita de un nuevo gobierno con políticas renovadoras.

El recién electo primer ministro, Fredrik Reinfeldt –líder del partido conservador Moderaterna o partido moderado– encabeza la formación del nuevo gobierno que comienza con sus labores la primera semana de octubre.

MODERATERNA: EL AVE FÉNIX
En virtud de lo anterior, surgen varias preguntas: ¿Cómo es posible que el Partido Social Demócrata haya obtenido los peores resultados de su historia en un país que está experimentando un admirable crecimiento económico y que es envidiado por el resto del mundo por su calidad de vida?
¿Qué implicaciones tiene la llegada del nuevo gobierno sueco?

La opinión de expertos y de estudiosos de la política sueca coincide en que el Partido Social Demócrata no tenía muy claro cómo iba a hacer para generar nuevos empleos, mientras que La Alianza transformó el tema en el núcleo de su campaña.
Un punto clave para obtener dichos resultados fue la renovación de la imagen de Moderaterna –el partido conservador/moderado– tras su fracaso en las elecciones de 1998.

Fredrik Reinfeldt, joven economista y político nacido en Estocolmo, se convirtió en el nuevo líder del partido y consiguió el voto de toda clase de electores cuando sustituyó el nombre de Moderaterna por el de Partido del Trabajo.

LEALES A SUECIA
Ha existido tradicionalmente una amplia diferencia ideológica entre quienes están afiliados al Partido Social Demócrata y aquellos que votan por Moderaterna. Sin embargo, la situación ha cambiado durante estas elecciones: un amplio sector que apoyaba al Partido Social Demócrata decidió dar su voto a Reinfeldt.

Este gesto muestra el descontento que se suscitó en la sociedad ante el gobierno de Persson al frente del Estado, pero marca también dos líneas en la política sueca:

1) Se puede apreciar una clara tendencia de todos los partidos hacia el centro, haciendo cada vez más tenue la diferencia entre sus ideologías;
2) Los electores muestran cada día una mayor movilidad entre los partidos de derechas y de izquierdas. La gente ya no se siente obligada a ofrecer lealtad a un partido en particular como lo hacían las generaciones anteriores. Hoy en día es aceptable el hecho de alternar el apoyo a determinado partido y cambiar en las siguientes elecciones.

LA CRISIS DE LA SILLA VACÍA
Poco después de que se conociera la derrota del partido, el primer ministro Göran Persson anunció su renuncia como líder del Partido Social Demócrata e informó que su sucesor sería elegido durante una reunión del partido en el mes de marzo de 2007. Esto constituye un nuevo problema para el partido, que todavía resiente la pérdida de la ministra de Asuntos Exteriores, Anna Lind, asesinada en 2003. Lind era considerada por muchos como la sucesora de Persson.

Desde aquel suceso, no existe claridad sobre quién podría ser el nuevo líder del partido. Los expertos señalan que la forma tan dura en que Persson dirigía la institución ha impulsado a una nueva generación de líderes a transformar la cúspide del partido.

Lo que está claro es que un nuevo sistema político se impondrá seguramente en el país y estará marcado por: la privatización de algunas empresas controladas por el Estado, un mercado laboral más flexible, una participación más activa dentro de la política europea, el mantenimiento del sistema de bienestar, la reducción de impuestos y la reestructuración en la recaudación de los mismos.

VISIÓN COMPARTIDA
La última coalición que involucró a partidos de centro y de derechas estuvo dirigida por Carl Bildt –a principios de los años noventas– y no logró sostenerse en el poder por más de un período.

Esta vez podría ser diferente, ya que Suecia no ha tenido un gobierno mayoritario desde 1981. Nunca antes ha habido una visión tan compartida sobre la forma en que el país debe de ser gobernado como la que ofrece La Alianza.

Se trata de una oportunidad de oro para que Reinfeldt y sus aliados demuestren que su coalición de centro-derechas es diferente a las anteriores, y que, a través de ella, son capaces de crear cambios perdurables y beneficiosos para la sociedad sueca.

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