Es poco probable que la huida hacia delante del régimen norcoreano de Kim Jong il pueda tener un final feliz, dice el autor, que cree que la amenaza exterior continúa siendo el único elemento que permite al régimen seguir contando con la absoluta obediencia de su pueblo y por eso el ensayo nuclear de Corea del Norte en la provincia de Hwadaeri, que dibuja un nuevo escenario geopolítico en Asia. Pyongyang acaba de entrar en el selecto club nuclear (militar). Malos tiempos para la península coreana.


UN NUEVO ESCENARIO GEOPOLÍTICO acaba de ser creado en Asia tras el ensayo nuclear de Corea del Norte en la provincia de Hwadaeri.

Las amenazas del régimen totalitario de Pyongyang no tardaron en hacerse cumplir, a pesar de que no se esperaba que se llevasen a cabo tan pronto.

Con esta prueba subterránea, Corea del Norte se convierte en el quinto país asiático, si contamos a Rusia, que entra en el selecto club nuclear (militar) y octavo del mundo si no contamos a Israel. Todo un privilegio para uno de los estados más pobres del mundo y más militarizados.

CÓMO MANTENERSE EN EL PODER
El máximo líder norcoreano, Kim Jong il (por razones todavía por descubrir completamente) ha decidido acelerar su programa nuclear, cuyo objetivo pasa por disponer de suficientes mísiles para alcanzar no sólo a Japón sino especialmente a Estados Unidos.

Pyongyang lleva años trabajando en sus poco licitas actividades como el contrabando y la exportación de misiles para sacar adelante una económica sumida en el caos pero que muy lentamente empieza a recuperarse. Como decía un funcionario estadounidense, los norcoreanos no han diseñado esos mísiles de largo alcance para llenarlos de caramelos sino con cabezas nucleares que garantizasen definitivamente la supervivencia de un régimen que ya no sabe por cuanto tiempo se podrá mantener en el poder.

SENDEROS CONTRAPUESTOS
Durante el mes de octubre se cumple un nuevo aniversario de la fundación Partido del Trabajo de Corea del Norte y también el 1 de octubre China celebraba el día nacional, proclamación de la Republica Popular China. Sin duda alguna, ambos partidos están llevando senderos muy contrapuestos pero que definen muy claramente hacia adonde avanzan estos dos Estados vecinos y aliados de conveniencia.

Si el primero está luchando por su supervivencia a base de amenazas y nuclearizando la península coreana, el segundo puede que haya entrado ya en una fase en la que, como se decía recientemente, los propios capitalistas chinos acabaran comprándolo y transformándolo en un partido socialista con características chinas, y en donde el maoísmo será una vaga reminiscencia del pasado.

Es este mismo partido chino, el que tiene que actuar ahora junto a Estados Unidos y decidir qué hacer ante un vecino que ya ha traspasado el umbral y donde será complicado volver hacia atrás.

LA HUIDA HACIA DELANTE DE KIM
En 1994, la Administración Clinton –a través del programa KEDO– y con la financiación de Corea del Sur, Japón y la propia Unión Europea tuvieron la oportunidad de desarrollar un programa nuclear, con dos reactores de agua ligera civil y sin peligro. En aquel momento, nadie apostó por la supervivencia del régimen de Pyongyang.

Ahora casi una década después, con un programa nuclear militar mucho más avanzado será difícil hacer ver a Kim Jong il que su huida hacia delante puede tener un final feliz.

Para un pueblo que lleva décadas sufriendo de ataques exteriores y de agresiones interiores la amenaza exterior sigue siendo el único elemento que permite al régimen seguir contando con la absoluta obediencia de su pueblo.

LA TIERRA DE LA INTRANQUILIDAD
El consejo de Seguridad de Naciones de Naciones Unidas se prepara ya para deliberar si impone sanciones o no y de qué tipo.

Es posible que la paciencia china hacia su antiguo aliado se esté terminando, pero en cualquier caso, la política de Washington tampoco ha demostrado ser muy efectiva intentado llevar (por una vez) una tema de tal importancia al ámbito multilateral.

Lo que es indudable es que la península coreana no volverá a vivir como en los tiempos de Joseon (la dinastía que va desde 1392 a 1910) cuando se hablaba de la tierra de la mañana tranquila. Más bien, todo lo contrario.