Occidente debe modificar su estrategia en la lucha contra el terrorismo
Dan Bavly explica por qué Occidente debe mejorar sus sistemas de inteligencia, y al mismo tiempo abrirse al diálogo si quiere evitar el anunciado choque de civilizaciones. Bavly cree que para hacer frente a la forma contemporánea de hacer la guerra –el terrorismo– los altos mandos europeos y estadounidenses deben dejar la arrogancia y superioridad a un lado para alcanzar un entendimiento global basado en la igualdad y en el respeto. Es el único camino viable para reemplazar la confusión y el desorden de los expertos en seguridad de Occidente por novedosas e inteligentes aproximaciones a la paz, que detalla a continuación.
Daniel Bavly es graduado de la Universidad Hebrea de Jerusalén y participó en la Guerra de la Independencia de Israel. Ha sido socio de la empresa de auditoría Bavly, Millner and Co. en Tel Aviv, desde 1957 hasta 1995. Es asimismo un reconocido activista por la paz. Publicó varios libros sobre la historia y la política exterior israelí.
CON LA CAÍDA DE LA UNIÓN SOVIÉTICA se propagó, por un período breve de tiempo, la creencia de que una nueva era había nacido. Muchos se volvieron optimistas por el hecho de que la libertad y una mejor calidad de vida –a la usanza de las democracias occidentales– habría de expandirse alrededor del mundo.
Entre tanta felicidad, casi nadie prestó atención a los rápidos cambios demográficos que se estaban perpetuando en Europa occidental y en otras regiones del mundo.
Inmigrantes de países musulmanes así como gente de otras regiones de bajos ingresos, comenzaron una nueva oleada inmigratoria, moviéndose hacia zonas más prósperas en busca de una mejor calidad de vida.
Tuvieron que pasar algunos años para que las sociedades de Europa occidental se dieran cuenta de que la constante inmigración desde naciones musulmanas constituiría, para el año 2020, el 10 por ciento del total de la población. Y, a diferencia de migraciones pasadas, las personas que llegaban, no tenían la intención de abandonar su herencia, cultura o costumbres para integrarse en su nuevo país. Buscaban empleo y una mejor calidad de vida, no obstante, muchos de ellos, especialmente los adultos jóvenes, permanecieron desempleados durante años, lo que hizo crecer su frustración. Algunos incluso se dejaron influir por movimientos radicales y fundamentalistas.
CHOQUE DE CIVILIZACIONES
El choque entre prácticas conservadoras y el materialismo de Occidente está transformando al mundo. Sin embargo, esta confrontación no tiene que ver únicamente con la nueva inmigración, sino que ha sido percibida alrededor del mundo, incluso por aquellos que nunca han deseado dejar sus países natales. La globalización ha llevado los cambios económicos y sociales de Occidente a cada esquina del planeta a través de los negocios, la televisión e Internet.
Pocas personas en Occidente, fueron capaces de identificar la importancia de estos temas, tratados por primera vez por el profesor Samuel Huntington en su artículo El choque de civilizaciones publicado en 1993. Varios años después, Huntington profundizó su teoría en un libro con el mismo nombre. Hoy, casi una década después, se reconocen cada vez más esos movimientos tectónicos culturales que están moldeando nuestro tiempo en forma de terrorismo.
La idea de que existe una verdadera amenaza terrorista no es ampliamente aceptada, sin embargo, hasta el momento hay muy poca inteligencia dedicada a estas investigaciones como para localizar el epicentro.
UNA GUERRA MODERNA Y UNA INTELIGENCIA INADECUADA
A pesar del shock que causó en Occidente la destrucción del 11-S y la multiplicación de atentados suicidas, estos acontecimientos no son nada nuevo. El mundo en que vivimos siempre ha sido peligroso, y el terrorismo es tan sólo una nueva forma de hacer la guerra.
En la era moderna, las fronteras no están claramente delineadas y las herramientas para matar son cada vez más variadas, destructivas y al alcance de todos. Es difícil, y probablemente prematuro, medir el impacto de la diversificación de las armas en la actualidad y es también demasiado pronto para calcular el grado de amenaza que representan.
Si bien Occidente mejoró su capacidad de espionaje e inteligencia durante la Guerra Fría, no se encontraba preparado para enfrentar la nueva amenaza del terrorismo, que provenía de un enemigo casi invisible. La inteligencia fue incapaz de detener los ataques del 11-S, así como de presentar planes precisos y detallados sobre Irak. Estos fallos explican, en parte, por qué occidente ha sido ineficiente a la hora de manejar asuntos como las amenazas nucleares de Corea del Norte e Irán, y por qué, después de tres años, todavía hay tropas estadounidenses en Irak.
Lo que hace algunos años era un sistema de inteligencia basado en hechos irrefutables, se ha convertido en una serie de opiniones confusas y desordenadas de analistas políticos y militares. Y, ante la ausencia de una inteligencia de verdad, las políticas se han basado en opiniones y en hechos imprecisos que llevan a profecías fatalistas.
EL EJE DEL MAL
La inteligencia tiene que mejorar ante esta nueva amenaza. Pero, en vez de ello, las teorías de intenciones y objetivos han ganado popularidad entre los tomadores de decisión. El eje del mal se ha convertido en una frase clave para Estados Unidos cada vez que se refiere a países con los que ha suspendido el diálogo. Corea del Norte, Irak, Irán y Siria fueron incluidos en esta lista, así como las organizaciones terroristas Al-Qaeda y Hamas.
Mientras que algunos de los líderes de los miembros del eje del mal han hecho declaraciones hostiles, otros se han abierto al diálogo. Sin embargo, las veces que estos miembros moderados del gobierno han intentado reunirse con representantes estadounidenses o israelíes, han sido –casi siempre– rechazados.
Ejemplo de ello es que hace algunas semanas el ex presidente de Irán, Mohammad Khatami, estuvo en Estados Unidos y ningún miembro del gobierno estadounidense quiso recibirlo. Sólo se reunió en un Foro organizado por la Kennedy School of Business and Government de la Universidad de Harvard para dar un discurso que, para sorpresa de muchos, fue moderado.
IGUALDAD Y RESPETO MUTUO
Ante la ausencia de comunicación directa, estamos siendo testigos de una escalada de hostilidad entre ambas partes, que se muestran renuentes a disminuir las tensiones o al menos a optar por alternativas diplomáticas. El profesor Freeman Dyson, reconocido físico a nivel mundial, comentó recientemente: nuestra falta de respeto hacia nuestros enemigos, nos ha complicado la forma de lidiar con ellos efectivamente.
Ese es exactamente el problema. Está comprobado que cuando los altos mandos europeos y estadounidenses están de acuerdo en reunirse con sus contrapartes de Asia y Oriente Medio, irradian (como lo han venido haciendo desde hace dos siglos) una arrogancia y superioridad, que además de ser patente, resulta insultante. No se puede saber con certeza si un cambio en la forma de aproximarse resulte positivo, pero a nadie dañaría el dar a los representantes de Irán y Corea del Norte, los Talibanes y Hamas, la sensación de que están siendo tratados con respeto y que sus preocupaciones están siendo reconocidas y discutidas entre iguales.
El entendimiento internacional sólo puede ser alcanzado en un plano de igualdad. Los representantes occidentales no deberían ser robots insensibles entrenados para repetir ultimátums de sus gobiernos. Deberían ser escogidos por su curiosidad intelectual y por su deseo de entender a la gente y la cultura con la que están tratando.
UN CULTIVO INNOVADOR DE LA PAZ
Ha llegado el tiempo de pensar en nuevas formas de contribuir con el entendimiento y cultivar la paz en lugar de amenazar con sanciones o con aplicar otros instrumentos coercitivos.
Podría ser que esta alternativa no trajera consigo el éxito inmediato, pero con paciencia, resultaría efectivo e incluso menos costoso. Para evitar una nueva escalada del conflicto, las democracias occidentales deberían hacer caso a la advertencia que hizo Samuel Huntington: los choques de civilizaciones son la mayor amenaza para la paz mundial en las áreas emergentes, mientras que un orden internacional basado en las civilizaciones es la mejor y más segura defensa contra una guerra mundial.
Es urgente que los líderes del mundo libre actualicen sus estrategias.
Publicado por:
Yorus
fecha: 17 | 11 | 2006
hora: 9:54 am
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Chapó… 😉
Publicado por:
luisoresperez@hotmail.com
fecha: 17 | 11 | 2006
hora: 10:37 pm
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El gobierno del presidente bush se ha impecinado por hacer la guerra ha paises que contienen grandes riquezas como lo es irak, pero pongamonos a pensar cuan grande son las perdidas humanas en ese pais, que pasa estamos a pleno siglo 21 y no nos podemos entender con dialogos y diplomacia, soy un critico y creo que necesitamos la paz.atte Luis Mnuel, de Nicaragua.luisoresperez@hotmail.com