La estrategia postelectoral del PRD en México

Por Ciro Di Costanzo (para Safe Democracy)

Ciro Di Costanzo dice que la ciudadanía mexicana rechaza la autoproclamación de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como presidente legítimo: y que si el PRD continúa apoyando la estrategia de AMLO, el partido se fragmentará, dañando la imagen de izquierda responsable y viable que ha tardado tantos años en construir de forma legítima. La gran pregunta es: ¿qué busca el movimiento lopezobradorista? ¿Satisfacer las necesidades del pueblo mexicano, o calmar las frustraciones de su líder?


Ciro Di Costanzo es periodista y analista de política internacional. Conduce actualmente uno de los programas más importantes de radio de México (Reporte 98.5fm en su tercera emisión) y es catedrático de Comunicación y Política Internacional en la Universidad Iberoamericana. Ha realizado coberturas internacionales y fue fundador del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales. Da conferencias en las principales universidades de su país y en el extranjero.

A PESAR DE QUE LAS ENCUESTAS DE OPINIÓN retratan el rechazo de la población a la toma de protesta alterna de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), éste se autoproclamó como Presidente Legítimo frente a sus seguidores, ventilando una aspiración largamente acariciada y finalmente frustrada.

Si la cosa quedara ahí, no pasaría de la crónica de un ridículo en pleno Zócalo capitalino. Lo malo es que, bajo la dinámica actual, AMLO está arrastrando a su propio partido político al despeñadero electoral. El Partido de la Revolución Democrática (PRD) constituye la segunda fuerza política del país (que no son cacahuates) y aglutina a la mayoría de la necesaria e importante izquierda en México.

LA IMAGEN DEL PRD
Costó años al PRD deshacerse de la imagen de agresividad y beligerancia que impedía estimarlo como una opción viable y responsable de gobierno. Hoy gobiernan cinco Estados de la República y tienen cuadros moderados e inteligentes. No obstante, la actitud del prócer perredista vuelve a situar a su partido en la ruta de la confronta; ruta que sobradamente ha probado ser factor de rechazo entre la población.

La acusación del famoso megafraude electoral no ha sido debidamente probada y, por tanto, el montaje de la presidencia legítima no es más que una farsa que innecesariamente coloca a López Obrador en el ámbito de la esquizofrenia, diluyendo la posibilidad de liderar una oposición seria y constructiva.

Andrés Manuel, formalmente un ciudadano común, sin cargo alguno, ha repartido órdenes que comprometen tanto a legisladores en funciones (de instituciones que desconoce), como a Marcelo Ebrard, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, principal bastión del perredismo y capital del país. Es tiempo de que Leonel Cota, Presidente Nacional del PRD, registre que el hecho de seguir arropando a un personaje rijoso y pintoresco dañará a su organización política. Al tiempo.

LA TRAGEDIA DE LA IZQUIERDA
De la misma forma que durante la Revolución Mexicana, la izquierda en México se canibaliza. Paradójico resulta que el dictador Porfirio Díaz –el hombre que aglutinó en su contra a los revolucionarios–, haya muerto tranquilamente en París, mientras que los caudillos de la Revolución (Villa, Zapata, Obregón, Madero, Carranza) hayan sido asesinados brutalmente entre ellos. La historia se repite.

Tras la aventura presidencial malograda, las tribus perredistas comienzan a canibalizarse entre sí. Recientemente la corriente Bejaranista, en voz de su líder Dolores Padierna, arremetió en contra de Cuauhtémoc Cárdenas –baluarte moral de la izquierda en México– y en contra de Jesús Ortega, ex coordinador de campaña de AMLO y líder de la corriente más numerosa dentro del PRD, endosándoles la culpa de la derrota de su ex candidato y tachándolos de traidores.

La tragedia de la izquierda en América Latina: no puede vivir sin un caudillo, figura por definición antidemocrática e impensable para los andamiajes políticos modernos.

EL DOBLE DISCURSO
Así, en el PRD se juega a dos bandas contradictorias entre sí. Desconocer las instituciones y cobrar en las mismas.

Hablar de fraude en la misma elección de donde emanan sus diputados, senadores y Jefe de Gobierno. Contados por las mismas manos ciudadanas y frente a los mismos representantes del PRD (incluso desconocidos por el caudillo López Obrador).

Representar a la izquierda y practicar la intolerancia en su propio partido. Abanderar al pueblo y al combate a la pobreza y cancelar el diálogo político necesario para alcanzar sus causas.

Un doble discurso que pone en entredicho si el movimiento lopezobradorista busca satisfacer las imperiosas necesidades del pueblo o solventar las frustraciones del líder.

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