La colaboración nuclear entre India y Estados Unidos

Por Mario Esteban (para Safe Democracy)

Mario Esteban analiza el acuerdo de cooperación nuclear entre Estados Unidos e Indiay dice que el compromiso resulta especialmente controversial porque India no forma parte ni del Tratado para la No Proliferación Nuclear, ni del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN). Washington ve a India como un contrapeso (democrático) de China en Asia y como una economía con un gran potencial, especialmente como mercado; por su parte, Delhi apuesta por el desarrollo de la energía nuclear ante su escasez de reservas energéticas. Esteban cree que el acuerdo resulta extremadamente negativo para el TPN, y para el posible establecimiento de un régimen nuclear más justo y efectivo. Conlleva además tres riesgos, que se explican a continuación.


Mario Esteban es Profesor Ayudante Doctor en el Centro de Estudios de Asia Oriental de la Universidad Autónoma de Madrid. Coordina el Panel de Expertos sobre Asia-Pacífico del Observatorio de Política Exterior Española de la Fundación Alternativas. Su área de especialización comprende las relaciones internacionales de Asia Oriental y los sistemas políticos de China y Taiwán.

GEORGE W. BUSH Y EL PRIMER MINISTRO INDIO, MANMOHAN SINGH, anunciaron un acuerdo de cooperación nuclear bilateral a principios de marzo de este año. Tras varios meses de negociaciones, el pasado 8 de diciembre, la Cámara de Representantes aprobó la United States-India Peaceful Atomic Cooperation Act, por lo que ya sólo falta la firma de George W. Bush para hacer legalmente efectivo el acuerdo de colaboración nuclear entre Washington y Delhi. Dicho acuerdo resulta particularmente controvertido dado que India no es signataria ni del Tratado de No Proliferación Nuclear (TPN), ni del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN).


CONTRAPESO DE CHINA
Washington ve a India como un contrapeso de China en Asia y como una economía con un gran potencial, especialmente como mercado. Todo ello gracias al carácter democrático de este gigante asiático, a sus dimensiones geográficas y demográficas, a su ubicación y a su desconfianza de China. De esta forma, la colaboración nuclear se insertará dentro de un acuerdo de cooperación bilateral más amplio. Prueba de ello son los acuerdos bilaterales suscritos este año entre Washington y Delhi en asuntos de inversiones, salud, comercio, agricultura y medio ambiente.

LA PERSPECTIVA INDIA
Con una economía en rápido y sostenido crecimiento –por encima del 6 por ciento en la última década–, las escasas reservas energéticas de India se erigen como un duro obstáculo en su carrera por el desarrollo socioeconómico. En este contexto, India apuesta por el desarrollo de la energía nuclear, y su acuerdo con Estados Unidos contribuirá decisivamente al mismo. Además, un estrechamiento de las relaciones con Washington refuerza la postura de Delhi en sus relaciones con Islamabad y Pekín.

India ha sido capaz de lograr estas ventajas sin comprometer su investigación nuclear militar, ya que sus instalaciones militares no quedarán bajo la inspección del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Es más, esta puede verse beneficiada ya que ahora India podrá importar desde el exterior el combustible necesario para sus instalaciones civiles y destinar sus reservas de uranio a sus instalaciones militares.

EL DOBLE RASERO DEL RÉGIMEN VIGENTE
No hay duda de que el acuerdo nuclear indo-estadounidense resulta extremadamente negativo no sólo para el TPN, sino también para el posible establecimiento de un régimen nuclear más justo y efectivo. Esto se debe a que con este acuerdo bilateral se pone una vez más de manifiesto el doble rasero que impera en el régimen nuclear vigente y que sólo puede mantenerse con la fuerza. Esto queda reconocido por la propia administración Bush, que habla del caso indio como una excepción, no un precedente.

En este contexto, donde los intereses coyunturales de dos potencias se imponen al derecho internacional, se corren al menos tres riesgos:

1. Se deslegitima el régimen nuclear vigente, lo que reduce su eficacia en un momento particularmente delicado, protagonizado por Irán y Corea del Norte.
2. Se marca el camino para que Rusia y China también se decidan por la realpolitik y favorezcan con acuerdos similares a Irán, Pakistán, u otros.
3. Por último, no debe olvidarse que los amigos de hoy pueden convertirse en los enemigos de mañana. Basta recordar a Sadam Hussein y/o la evolución de Irán tras la caída del Sha de Persia.

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