Por Arshin Adib-Moghaddam (para Safe Democracy)
Arshin Adib-Moghaddam explica –desde una perspectiva histórica– tres razones por las que Irán continuará diciendo que no cuando se le exige que detenga su programa nuclear de energía. En primer lugar, están las grandes preferencias estratégicas que acentúan su independencia política y económica radical. En segundo lugar, las elites de su política exterior desconfían profundamente de la comunidad internacional y sobre todo de Estados Unidos. Y la tercera razón tiene que ver con la modificación del contexto estratégico en Asia occidental después de la desaparición de Saddam Hussein y, más aún, tras la guerra de Líbano. Adib-Moghaddam cree que si la comunidad internacional prosigue con el dogma del nuevo Oriente Medio, continuará fracasando en su misión de actuar como promotor para la paz.
Arshin Adib-Moghaddam es profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Oxford. Ha publicado recientemente «La política internacional en el Golfo Pérsico: una Genealogía Cultural» (Routledge). Estudió en las Universidades de Hamburgo y Cambridge.
SEGÚN MI ENTENDER, los interesados en las negociaciones sobre el programa de energía nuclear iraní no deberían sorprenderse por el hecho de que Irán continúe diciendo que no cuando se trata de comprometer sus derechos bajo el Tratado de No Proliferación.
LA PRIMERA RAZÓN
Primero, las grandes preferencias estratégicas de Irán acentúan su radical independencia tanto en el plano político como en el económico.
El slogan ni con Occidente ni con el comunismo, sólo con la República Islámica fue coreado por millones de manifestantes durante los días de apogeo de la revolución islámica entre 1978 y 1979, y fue institucionalizado como el principal precepto de la política exterior después del inicio de la República Islámica, y continúa siendo el ideal principal que guía a las elites gobernantes del país.
De ahí la retirada de Irán de instituciones propias de la Guerra Fría como la Organización del Tratado Central (OTCEN) y sus denuncias contra la Unión Soviética y Estados Unidos como los males mayores en los asuntos internacionales, que tuvieron lugar inmediatamente después de la revolución. De ahí también el apoyo de Irán al Movimiento de No Alineados, a la lucha palestina por la autodeterminación y a los gobiernos izquierdistas de Latinoamérica y de otros sitios. Los costes de estas políticas fueron aceptados, aún cuando se tradujeran en aislamiento.
LA SEGUNDA RAZÓN
En segundo lugar, las elites de la política exterior iraní desconfían profundamente de la comunidad internacional en general y del bloque Occidental organizado en torno de los Estados Unidos en particular. Esta desconfianza tiene sus fundamentos en el hecho de que la CIA diseñó el golpe de Estado contra el presidente Mohammed Mossadegh elegido democráticamente en 1953 y apoyó la dictadura de Mohammad Reza Shah Pahlavi, etc.
Pero hay ejemplos más recientes que han afectado a la manera en que Irán percibe a la comunidad internacional.
El más importante ha sido el apoyo internacional dado a Saddam Hussein durante la Primera Guerra del Golfo (1980-1988), incluyendo la aceptación para que Irak tirara armas químicas sobre Irán. La comunidad internacional –incluyendo a las principales ONGs– tardó tres años y medio en considerar los reclamos.
Documentos recientemente desclasificados del Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos y publicados en la Universidad George Washington, revelan que el apoyo internacional a Irak en la guerra contra Irán fue estratégico. De hecho, Saddam nunca hubiera logrado su genocida campaña ANFAL sin el apoyo de las empresas y gobiernos occidentales (al respecto ver The Whole Range of Saddam Hussein’s War Crimes, Middle East Report, Summer 2006, No. 239, pp. 30-35).
Consecuentemente, desde la perspectiva de Irán, el entorno internacional ha probado ser hostil, agresivo e intervencionista.
LA TERCERA RAZÓN
La tercera razón de por qué Irán continúa negándose, está relacionada con los cambios en el contexto estratégico de Asia occidental luego de la desaparición de Saddam Hussein y la invasión a Líbano.
Pocos analistas dudarían de que en ambos casos el Derecho Internacional y la comunidad internacional misma, se mostraron inútiles o manipulados para servir a los objetivos de Estados Unidos e Israel respectivamente.
Desde la perspectiva de Irán ambas guerras han:
a) materializado las dinámicas anárquicas en la región,
b) deslegitimado aún más a Naciones Unidas, y,
c) probado los límites del poder militar de Estados Unidos e Israel.
Desde mi punto de vista, las tres conclusiones alimentan la negativa de Irán a ceder ante la presión internacional, al punto de que el país está contemplado la posibilidad de abandonar el TNP.
Creo que la comunidad internacional en general y Naciones Unidas en particular, han creado su propio talón de Aquiles frente a Irán.
Si la comunidad internacional no se libera del dogma de un nuevo Oriente Medio, continuará fallando en su misión de actuar como promotor intergubernamental para la paz en la región.
Publicado por:
Carmen
fecha: 31 | 08 | 2006
hora: 9:49 pm
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Totalmente de acuerdo con que la comunidad internacional, ONU, y especialmente EEUU, han creado su propio talón de Aquiles frente a Irán!
Excelente conclusión!!
Publicado por:
Fátima Aburto
fecha: 04 | 09 | 2006
hora: 2:48 pm
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Es un magnífico y conciso informe. Las conclusiones no deberían serlo menos, es preciso crear espacios de confianza de manera urgernte desde la UE, diferenciandose claramente de la politica USA. Lo primero sería iniciar una política seria de desarme nuclear mundial en general y el el Medio Oriente en particular y trabajar en serio para solucionar el problema Israelo-palestino.
Publicado por:
gustavo perelmuter
fecha: 08 | 09 | 2006
hora: 9:43 am
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Lo curioso de este artículo es que el columnista no llama a las políticas con sus nombres propios. Todo es U.S.A., Israel, Iran, Libano, etc. Entonces hace el enfoque desde la optica despersonalizada de un pais, cuando en realidad las resoluciones futuras no las tomara Iran sino un dictador demente. Por lo cual todas las suposiciones politicas o geopoliticas son dificiles de predecir.
Publicado por:
Rafael
fecha: 09 | 09 | 2006
hora: 8:15 am
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Vamos a ver, señor:
El programa nuclear de Irán NO es de energía, sino de enriquecimiento de uranio para fines militares (no se necesita un 20% de enriquecimiento para usos civiles, con un 2% basta y sobra).
No entiendo como cuadra lo del apoyo a los «no aliniados», estar «contra el comunismo» y en el mismo párrafo hablar de «apoyo a gobiernos izquierdistas de latinoamérica».
El «apoyo occidental» a Irak necesario durante la primera guerra del Golfo (Iran-Irak)… pues yo que creía que el apoyo militar fue principalmente Ruso-Chino (la inmensa mayor parte del armamento era de esos países) y luego francés y alemán (no he visto que aparezcan los nombres de estos países en todo el artículo.
Los ataques químicos contra Irán… y contra los kurdos, los mismos kurdos que siguen siendo exterminados por el gobierno Iraní ante el silencio internacional (como ocurre en Turquía y pasaba en Irak)
Al final la conclusión es que la culpa de todo es de USA e Israel… Pues cómo ha caído el nivel del profesorado en la Universidad e Oxford.
Iran quiere ser el «dueño» de la región, sin su principal enemigo y con unas monarquías en el golfo débiles ante el auge islamista y por su propia corrupción.
Publicado por:
Walter
fecha: 07 | 01 | 2007
hora: 3:24 am
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Si desde la perspectiva de Irán, el mayor error es la insistencia de la Comunidad Internacional, lease EEUU e Israel según se desprende del artículo, de generar un nuevo oriente medio hace que los políticos de la elite iraní opten por resistir. ¡¿Qué opción queda?! ¿Dejar a Oriente Medio tal como está? Es decir sin sistema democrático, sin respeto por las libertades individuales y donde cristianos y judíos son perseguidos por el sólo hecho de serlo. Recordemos que el gobierno de Irán resientemente ha establecido nuevas reglas para la práctica del cristianismo, las conversiones al cristianismo estan prohibidas, se las asimila a la apostacía y se paga el error con la vida. Irán está gobernado por una teocracia fundamentalista, vale decir, siempre encontrará razones para desconfiar de occidente y sus alianzas con tiranos como Chávez son oportunistas, pues se lo percibe a éste como un enemigo de mi enemigo, por lo tanto un conveniente circunstancial amigo. Si la elite iraní hace esto, entiende el juego y si entiende el juego, ¿por qué no lo entiende en el caso de los EEUU cuando éstos apoyaron a Irak? ¿No son capaces de percibir los cambios en el tablero internacional? No lo creo, más bien creo que el análisis más que describir las «razones» de la perspectiva iraní describe las escusas, que no son lo mismo.
Publicado por:
Levon
fecha: 24 | 08 | 2007
hora: 8:17 pm
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no me parece bien por que si bien iran esta subiendo el promedio y enrriquesimiento de uranio me parece mal por los EEUU se creen dueños del mundo,ellos creen que son los unicos que pueden tener energia nuclear,quieren aparentar que son los buenos de la pelicula y no es haci,acaso se olvidaron lo que hicieron en Hiroshima y Nagasaki y la ONU no hiso nada,no le canselo las plantas nucleares y la energia atomica entonces por que Iran no puede tener energia nuclear
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