La íntima relación del gobierno y los paramilitares sale a la luz
Aldo Cívico compara la actual crisis política colombiana, consecuencia del pacto entre Álvaro Uribe y las fuerzas paramilitares, con la que vivió Italia en la décadas de los ochenta y noventa con la mafia. Al igual que en Italia, el pacto entre los paramilitares y algunos políticos en Colombia no era un secreto, sino desde hace bastante tiempo, un secreto público.
Aldo Cívico es antropólogo. Ha realizado trabajo de campo sobre las fuerzas paramilitares en Colombia desde 2001. Es actualmente investigador asociado en el Centro para la Resolución de Conflictos Internacionales en la Universidad de Columbia, en Nueva York.
COLOMBIA VIVE ACTUALMENTE su crisis política más severa en décadas. El país está presenciando el esclarecimiento de lo que por muchos años ha sido un secreto público: la relación íntima entre varios políticos prominentes y los paramilitares aliados con el narcotráfico. Este secreto ha permanecido por muchos años en el núcleo del poder en Colombia y ha producido un sistema de corrupción que ha venido moldeando el panorama político del país.
El reciente revés en las negociaciones entre el Gobierno y los líderes paramilitares, que han sido transferidos en contra de su voluntad a una prisión de alta seguridad por órdenes del presidente Álvaro Uribe, se agrega a la incertidumbre del momento. Se añaden las renuncias de la ministra de Asuntos Exteriores, María Consuelo Araujo y el senador Álvaro Araujo (su hermano).
Sin embargo, el verdadero peligro no es el hecho de que se haya alumbrado una luz sobre esta oscura y siniestra relación, sino la tentación de enterrar el secreto y así perpetuar el estancamiento de la democracia.
APOYO A JUECES HONESTOS
El actual momento de crisis a la vez presenta varias oportunidades. Los ciudadanos colombianos, incluyendo aquellos que viven en el extranjero, pueden jugar ahora un papel crucial. Los ciudadanos deben respaldar y apoyar a los jueces honestos que están destapando el escándalo y demostrarles su solidaridad, y al mismo tiempo presionar al presidente Uribe para que no trate de encubrir el escándalo debido a un supuesto interés nacional de mantener el orden y las instituciones democráticas. El momento actual no requiere un estado de emergencia, sino un mayor compromiso y participación cívica.
Al leer las historias y los reportes provenientes de Colombia, recordaba los años que pasé en Sicilia, Italia, trabajando como asesor para el alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, un destacado líder famoso por su trabajo en contra de la Mafia y el crimen organizado. Esa etapa de mi vida fue a la misma vez dolorosa y emocionante. Fue conmovedora debido al martirio de jueces como Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, y fue excitante por el despertar de la sociedad civil en Palermo. En este tiempo tan incierto para Colombia, el
ejemplo de la lucha de Palermo en la década ochenta en contra de la oscura realidad de la Mafia debería servir como una inspiración para los colombianos.
DEMOCRACIA A LA ITALIANA
La democracia italiana por muchas décadas ha sido mortificada por la relación de la Mafia y la política. Giovanni Falcone, el conocido campeón de la lucha en contra de la Mafia, que fue asesinado por la Cosa Nostra en 1992, definía la relación entre la Mafia y los políticos como el tercer nivel de la Mafia, el más peligroso y el que marcaba su verdadera esencia.
La Cosa Nostra, en efecto, ha sido una organización que opera al mismo tiempo afuera y adentro del Estado. El resultado fue un gran sistema de corrupción y dominancia que aseguraba la impunidad. Por ejemplo, un pequeño comerciante de Corleone llamado Vito Ciancimino llegó a ser un poderoso alcalde de Palermo en 1958, con el respaldo de la Cosa Nostra.
Junto con el senador Salvatore Lima –un aliado cercano del siete veces primer ministro italiano Giulio Andreotti–, Ciancimino le dio un gran impulso a la colusión de la Mafia con la política al favorecer en esos días a empresas constructoras controladas por ella.
SECRETO PÚBLICO
Esta alianza permitió que la Cosa Nostra ganara terreno e influenciara determinantemente los resultados de elecciones de oficiales locales y nacionales. Adicionalmente, garantizaba los enormes intereses económicos y políticos de la Mafia en Sicilia y más allá.
El levantamiento del velo sobre este secreto público a cargo de varios jueces valientes, dedicados y honestos fue un factor elemental en el rejuvenecimiento de la política siciliana durante la década de los noventa. Al mismo tiempo, fueron también significativos y cruciales las iniciativas de los miles de ciudadanos de Palermo que tuvieron el coraje para rechazar la ley del silencio impuesta por la Mafia, para demostrar abiertamente su solidaridad con los jueces y denunciando públicamente la alianza entre la Mafia y los políticos.
ALIANZAS PELIGROSAS
Los sicilianos formaron cadenas humanas rodeando el Palacio de Justicia, utilizaron sábanas para escribir mensajes en contra de la Mafia y realizaron conferencias en escuelas e iglesias. A través de estos esfuerzos valientes, los sicilianos retomaron ellos mismos la esfera pública que había sido ocupada exclusivamente por la Mafia, y exigieron vigorosamente la justicia y la verdad. Esos fueron los años conocidos como la Primavera de Palermo. Desde Vito Ciancimino hasta Leoluca Orlando, la ciudad había logrado un gran camino.
Al igual que en Italia, en Colombia el pacto entre los paramilitares y algunos políticos no era un secreto. Desde hace bastante tiempo, varios informes de Naciones Unidas y de algunos grupos de derechos humanos que el presidente Uribe ha mofado ya habían insinuado la existencia de esta alianza. La relación entre los paramilitares y algunos políticos no era entonces un secreto, sino un secreto público, que se define como algo que todo el mundo conoce pero nadie puede mencionar. Ahora solamente una comunidad vibrante de ciudadanos verdaderamente interesados en el bien común de Colombia podrán transformar esta crisis en una oportunidad para una democracia más madura y más profunda.
Publicado por:
Luis Pacheco
fecha: 21 | 02 | 2007
hora: 5:49 pm
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Verdad, justicia y reparación. Es lo que necesitamos los colombianos de bien, los democratas estructurados para que ayuden a liderar este proceso de judicialización de algunos criminales que se creyeron institucionalizados o legitimados con su proceder y su poder economico y de intimidación. El apoyo a la Corte Suprema de Justicia, es sin duda, el eje central para que por fin el pais, la nación, vea el aparato judicial operar sin interferencia de politicos o poderes economicos o peor, presiones de fuerza. Condenar y exponer a los criminales y lograr su inhabilitacion de por vida para desempeñar funciones publicas, es lo que esperamos como mínimo. Si se les deja el poder económico, politico y paramilitar no se hará nada de fondo para el presente y el futuro de la sociedad colombiana. Hay que sacar y judicializar a todo servidor publico que resulte relacionado con los criminales de cuello blanco, eso dejará el camino despejado para la Administración Publica Profesional y para que el sistema judicial se independice por fin del ejecutivo y del legislativo y funcione como debe ser, con sentido de justicia, equidad y garante de un territorio en Paz.
Publicado por:
edith johanna
fecha: 01 | 03 | 2007
hora: 2:42 am
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mira este correo—–
Publicado por:
juan josé
fecha: 11 | 03 | 2007
hora: 10:51 pm
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Es increíble como Uribe capitalizó un problema que a priori lo desfavorecía (claro, si solo vemos las cosas a través desde prisma mediático del poder). La imputación de miembros del gobierno por vínculos (la palabra mas usada de Colombia: una atribución relacional para un interés esencial) con los denomidos paramilitares es utilizada por Uribe como una demostración del buen funcionamiento de la justicia de la República, de su independencia y efectividad. Todo esto es un nuevo truco de ese embaucador. Sólo un imbécil puede caer en la trampa. Un imbécil o una persona que solo piensa en cuidar su quinta, transformando cualquier pensamiento de los «sicarios de la información» en su pensamiento propio ¿Por qué no se pregunta la gente quiénes son los paramilitares colombianos? Los bombardeos mediáticos los señalan como un grupo independiente, expolicías y exmilitares, narcos y sicarios, que por alguna extraña razón odian y conbaten en virtud de ello cualquier expresión socialista, izquierdista, popular, o lo que fuera que no esté de acuerdo con el gobierno y los terratenientes. Extraña reivindicación de estos revolucionarios contrarrevolucinarios. Muy extraña por cierto. Favorecen en todo a los intereses más perversos del gobierno, de los grandes latifundistas colombianos, de la mano nortamericana en Colombia, y sin embargo, solo mantienen «vínculos» con algunos irresponsables, ovejas negras de un gobierno que es neutral, pacifista y conciliador.
En Colombia no hay palabra, solo hay guerra. No se puede argumentar contra semejante descaro. Sinceramente, no se puede.Solo queda resistir. Y los que no queremos las armas, no se. Realmente siento una gran impotencia.
Publicado por:
Santiago
fecha: 23 | 03 | 2007
hora: 1:14 pm
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Con el escándalo de la «parapolítica» (el «para-gate» en la prensa estadounidense) Uribe Vélez se ve atrapado en una telaraña que cada día se enreda más. Ni una gran operación de ocultamiento, revelando verdades a medias y afectando tan solo a unos pocos podría disipar las enormes dudas que ya despiertan él y su gobierno. En las propias filas del uribismo cunde el desánimo y quienes entre ellos no tienen vínculos ni con la ultraderecha ni con el tráfico de drogas empiezan a encontrar sentido en las acusaciones reiteradas de la oposición que siempre dijo: si bien todos los uribistas no son paramilitares, si es seguro que todos los «paras» son uribistas. Para mayor desconsuelo muchos se preguntan además sobre el papel de los dineros del narcotráfico en las dos campañas consecutivas que han llevado a Uribe a la presidencia. En realidad, este es un asunto menor si se piensa en los crímenes atroces de que se acusa a casi cien destacados uribistas entre parlamentarios, altos funcionarios gubernamentales (el mismísimo jefe de los servicios secretos), alcaldes, gobernadores, empresarios y muchos personajes de alta significación política dentro del proyecto de la «seguridad democrática» del gobierno.
Uribe no encuentra palabras para convencer de su inocencia a millones de sus propios votantes. Más difícil le resulta aclararse frente al resto de la ciudadanía y la oposición que desde siempre acusó al proyecto uribista de vínculos con la extrema derecha (que ahora aparece igualmente comprometida en el tráfico de estupefacientes). Una denuncia que a muchos costó el silencio, el exilio y hasta la vida y que ahora corroboran los hechos.
Publicado por:
sergio gutierrez
fecha: 29 | 03 | 2007
hora: 10:30 pm
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la parapolitica es una cosa q nos afecta a todos deberian ser mas rigidos con los politicos corruptos
Publicado por:
camilo rojas
fecha: 07 | 05 | 2007
hora: 8:20 pm
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que son unos h.p
Publicado por:
lady carolina peña duran
fecha: 10 | 06 | 2007
hora: 2:42 am
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deven espesificar mas sobre la parapolitica ya que es un tema muy importante hoy en dia y nosotros como estudiante nese sitamos empaparnos del tema muy a fondo gracias
Publicado por:
deissy johanna vargas ramirez
fecha: 06 | 08 | 2007
hora: 6:52 pm
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es relalmente preocupantey desanimador,el contar con un pais rerprimido y restringidopor un corral de mentiras donde los que buscan el poder que solo es un espejismo de la codicia de la malaventura de loos hombres en evolucion de desumanizacion.
Publicado por:
Diana Restrepo
fecha: 06 | 02 | 2008
hora: 5:11 am
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Es muy bueno estar empapado sobre el tema, pero alguien me podria aclarar una duda que tengo…
Cómo afecta economicamente la parapolitica a colombia???
Gracias