Repensando las relaciones estratégicas de Washington en América Latina
Fabián Bosoer analiza, a 25 años de la guerra por las islas Malvinas entre Argentina y Gran Bretaña, la forma en que Estados Unidos ha escogido sus contrapartes y amigos en América Latina así como las consecuencias de tales elecciones en el pasado y en la actualidad. Bosoer cree que quienes deciden en Estados Unidos sobre las relaciones con Latinoamérica deberían recordar que no necesariamente aquellos gobiernos que se muestran más afines y solícitos son los mejores aliados. Prueba de ello es el capítulo de las islas Malvinas, en el que el general Leopoldo Galtieri, desafió a Gran Bretaña, poniendo en jaque el sistema de alianzas del conflicto Este-Oeste.
Fabián Bosoer es politólogo y periodista. Es profesor de Ciencia Política y Relaciones Internacionales en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad de Belgrano. Editorialista y editor de opinión del Diario Clarín. Ha publicado «Generales y embajadores. Una historia de las diplomacias paralelas en la Argentina» (Vergara, 2005) y «Malvinas, capítulo final. Guerra y diplomacia en la Argentina» (Capital Intelectual-Claves para todos, 2007).
UNA DE LAS LECCIONES QUE PERMANECEN UN TANTO DESATENDIDAS de la guerra por las islas Malvinas entre Argentina y Gran Bretaña, de la que se cumplen veinticinco años, es el modo en que las elites del poder de Estados Unidos han elegido sus contrapartes, aliados y amigos en América Latina y las consecuencias e implicancias de tales elecciones en el pasado y en la actualidad.
En tal sentido, la guerra de Malvinas representa un acto final que adelanta el fin de la Guerra Fría y –a la vez– un anticipo del tipo de conflictos y relaciones características de la posguerra fría hasta nuestros días.
RONALD REAGAN Y MARGARET THATCHER
En abril de 1982, Ronald Reagan, George Bush padre y un elenco de halcones e ideólogos de la Revolución Conservadora en Estados Unidos –que habían llegado para barrer con los Estados benefactores, privatizar las economías y llevar adelante una ofensiva frontal contra el comunismo internacional–, se encontraron con que la principal dictadura amiga del Cono Sur del continente americano, alentada por las señales de confianza de Washington, decidía patear el tablero geopolítico internacional.
Los militares que gobernaban Argentina, representados por el general Leopoldo Galtieri, habían desafiado nada menos que a la Gran Bretaña de la Dama de hierro Margaret Thatcher, principal aliada occidental, con la ocupación militar de las islas del Atlántico Sur que Argentina reclama como propias desde que fueron convertidas en colonia británica hace más de un siglo y medio. Ponían en jaque, con aquella decisión, el sistema de alianzas del conflicto Este-Oeste, planteando un alegato contra el colonialismo que obligó a Estados Unidos a soslayar la solidaridad hemisférica y permitió a Gran Bretaña llevar adelante la primera expedición punitiva contra un país periférico infractor del derecho internacional.
El politólogo Heriberto Cairo Canou, de la Universidad Complutense de Madrid, recuerda bien que, en tal sentido, la guerra de Malvinas fue un precedente del primer enfrentamiento bélico de la posguerra fría, la primera guerra del Golfo.
UN MALENTENDIDO DE 40 AÑOS
Pero la guerra de Malvinas fue también la historia final de un grosero malentendido de cuarenta años de relaciones y alianzas entre militares nacionalistas y políticos conservadores de Argentina y sectores influyentes del Pentágono y de empresas multinacionales estadounidenses. Estas colusiones de intereses y afinidades, concretadas en negocios, relaciones formales e informales, diplomacias visibles y secretas, están en el trasfondo de la larga secuencia de inestabilidad política, golpes de Estado, conspiraciones permanentes, violencia armada y autoritarismo que tantos estragos causó en los Estados latinoamericanos y ahogó en sangre y frustración los impulsos democratizadores a lo largo de gran parte del siglo veinte. Malvinas es el capítulo final de esa historia.
Después de ese estropicio, nunca más los militares volvieron al poder en América latina. Y nunca más Estados Unidos optó por una camarilla de generales, magnates e intelectuales ultraderechistas para reemplazar por la fuerza a un gobierno democrático, como lo habían hecho durante las décadas del cincuenta, sesenta y setenta.
¿PERCEPCIÓN DISTORSIONADA?
Todos aprendieron algo de aquella lección. Curiosamente, los herederos de aquellos que Washington consideraba sus principales enemigos –Ricardo Lagos y Michelle Bachelet en Chile, Lula en Brasil, Tabaré Vázquez en Uruguay– son hoy considerados y valorados como modelos ejemplares.
Pero cabe también preguntarse respecto de aquellos otros líderes de la región que presentan más desafíos a la política exterior de Estados Unidos –Chávez, Evo Morales– si no existe una misma distorsión en las percepciones que exagera un antagonismo retórico y político como efecto inercial de aquellos otros tiempos. Dicho más simple: quienes deciden –y quienes informan y asesoran a los tomadores de decisión– en Estados Unidos sobre las relaciones con América Latina deben recordar que, a veces, y muy por lo general, aquellos gobiernos y sectores que se muestran más afines y solícitos no son necesariamente los mejores socios y aliados de Washington.
Y que sí lo son, tal vez, quienes exponen con mayor consistencia, coherencia y legitimidad sus diferencias, intereses y condiciones para una cooperación y una relación madura, aún en los puntos de confrontación. A la fijación con la imagen de Chávez como amenaza –en quien curiosamente los mismos viejos anticomunistas celebran encontrar al sucesor de Fidel Castro– habría que contraponerle el recuerdo de Galtieri, aquel dictador sudamericano que, paseado por sus amigos del Pentágono como general majestuoso, resolvió morder fiero la mano del amo.
Publicado por:
ANA
fecha: 03 | 04 | 2007
hora: 4:59 pm
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No estoy de acuerdo con este artículo.Ee Uu tiene las formas más inverosímiles de dominar.
Por otra parte ,el problema de MALVINAS hay que dejarlo de lado ,porque es una justa reivindicación argentina.
Inglaterra siempre ha disputado el sur:paso de los dos océanos y poseción del sector antártico(,aparte de con los dos paises del cono sur)con la propia norteamérica.Prueba de ello fué la caìda de Perón por influencia directa sobre nuestra marina de guerra y el hundimiento del Belgrano.
En el primer hecho histórico Perón,siguiendo el ejemplo de Franco pretendió entregar parte del territorio de la patagonia a una base norteamericana(Contrato de la CALIFORNIA).
iNCLUSO EN ESA OPORTUNIDAD EL PROPIO CHURCHILL HACE UNA EXCLAMACION PARECIDA A LOS DICHOS DE LA TACHER CON RESPECTO A PINOCHET CUANDO LO QUERIA EXTRADITAR GARZON.
El hundimiento del Belgrano se produce en zonas fuera de conflicto ante el temor de Tacher de que Ee Uu colocara su banderita de aval
Inglaterra siempre fué celosa de que Estados Unidos entrara en estas zonas estratégicas..
Curiosamente,aunque la gente no lo crea,Estados Unidos en Argentina prefiere al peronismo en el gobierno ya que este a la larga siempre volvería a sus bases de ser un partido militar.
Hay dos elites polìticas que Estados Unidos nunca quiso que prosperaran .Las de Venezuela y Argentina.
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hernán
fecha: 03 | 04 | 2007
hora: 11:00 pm
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Muy buena nota y muy buen llamado de atención. Los militares norteamericanos prometìan grandes negocios a sus amigos de la dictadura argentina. Los herederos de Reagan en Centroamérica son los mismos que recogieron enormes ganancias en Irak, Halliburton, contratistas, mercenarios, etc. Galtieri pensó que las Malvinas eran parte de ese negocio, pero le salió muy mal.
Publicado por:
Ana
fecha: 04 | 04 | 2007
hora: 5:42 pm
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En este momento entrego a un abogado sobreviviente del general BELGRANO una colecciòn desde el 21 de setiembre de 1968 en adelante,de artículos periodìsticos provenientes de distintas ex agencias noticiosas europeas-debidamente reconocidos los cables por ex directiivos de las mismas-donde se da cuenta que en caso de la recuperaciòn de MALVINAS POR LA ARGENTINA, Gran Bretaña no intervendrìa dada la lejanìa y los problemas econòmicos que la translaciòn de tropas implicaba
Ello combinado con el poco cerebro de nuestras fuerzas armadas y las elites que se han sucedido en argentina-y latinoamerica toda excepto Chile-que incluso pueden llegar a reconocer que los paises latinoamericanos no vale la pena que existan SE SUPONE QUE ES UNA INDUCCION PERFECTA..
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javier del rey morató
fecha: 05 | 04 | 2007
hora: 12:19 pm
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Del comentario de Ana sólo destaco una frase, que -si leí bien-, debería figurar en la primera página de los lamentables libros de «historia nacional», al menos, mientras no se declare ilegal y delictiva la antedicha asignatura:
«… el poco cerebro de nuestras fuerzas armadas y las elites que se han sucedido en argentina -y Latinoamérica toda, excepto Chile-, que incluso pueden llegar a reconocer que los países latinoamericanos no vale la pena que existan SE SUPONE QUE ES UNA INDUCCIÓN PERFECTA».
«Poco cerebro», «no vale la pena que existan… «
Es cierto: algunos países latinoamericanos, no vale la pena que existan. Otros, simplemente, no existen. Tienen presidente, ministros, parlamento, ejército, bandera, himno, embajadas, elecciones, deuda exterior, héroe nacional (?), fiesta nacional (?), soberanía (¡¿?!), historia nacional (?), literatura nacional (?) … Pero no consiguen existir. El viajero lo nota: mantienen una impostura que los nativos habitan sin ser conscientes de ella.
El que quiera entender, que entienda. Aun está a tiempo de comprender que el lenguaje crea inmensos edificios de palabras mágicas, que los incautos toman por realidades. Y que de algún modo, terminan siéndolo. A no ser que uno decida que no: que todo es lenguaje.
El que no quiera, no sepa o no pueda entender, o piensa que el autor de este comentario está loco -hipótesis a no descartar-, no podré ayudarle. Porque habita el lenguaje y sus caprichosas construcciones como quien habita una realidad incuestionable. Y ese es el poder del lenguaje: crea construcciones -psicológicas, culturales, políticas- que son indestructibles.
Heidegger decía que el lenguaje es la casa del ser. Podríamos añadir: en esa casa hay habitaciones, plantas enteras, en las que no vale la pena entrar.
Y en un continente ebrio de retórica, no parece desacertado el consejo de distinguir entre lenguaje y realidad. Y si el problema es que no sabemos muy bien cuál es la realidad, siempre nos queda la libertad de decidir cuál de las realidades posibles merece la pena, cuál es más legítima que otras, cuál preferimos impulsar, en cuál quisiéramos que transcurriera nuestra vida.
Y es cierto que el lenguaje (en la política) no describe realidades (políticas), y acaso Chávez es más aliado de USA que Galtieri. Después de todo, es Bush quien financia la incierta «revolución bolivariana», o el no menos impreciso «socialismo del siglo XXI.»
Pero si saltamos de la política coyuntural a lo que es estructural en ella, si pasamos los líderes episódicos a las realidades subyacentes -institucionales-, veremos que estamos a un paso de Macondo, o diremos que Macondo abandonó la ficción de Gabo, instaló su tienda en sociedades enteras, plantó bandera, y sentó plaza de realidad.
El que quiera entender, bienvenido a una sociedad de ciudadanos espabilados, a una tribu de reses sin marcar, a una dispersa república de personas que piensan por sí mismas, y que son individualistas hasta en sus equivocaciones: prefieren ser las autoras de sus errores, y no habitar errores o estropicios impuestos por los demás.
El que no, que siga durmiendo a la vera de las construcciones lingüísticas que otros perpetran a sus expensas.
Y que le aproveche.
Publicado por:
Ana
fecha: 05 | 04 | 2007
hora: 7:05 pm
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Perdón si le cayó el sayo ,profesor,pero en este caso no me referìa a Ud sino a quien escribió la nota.
Creo que es mi deber ,ya que el mundo se encuentra en este momento en una entrega descomunal ,hablar en democracia con tèrminos claros y sin rodeos
Si ,aunque sea más afìn con macondo ,CHAVES tiene el apoyo de Ee Uu NO LE QUEPA LA MENOR DUDA.
Cuando jura ,ante la cara de disgusto de su antecesor,
se nota que es una suerte de liquidación de la clase polìtica venezolana y eso a USA LE VIENE DE PERILLAS.
LAS CACEROLAS Y SARTENES LOGRAN SACAR UN PRESIDENTE CIVIL PERO NO A UN MILITAR GOLPISTA.
Ahora bien profesor ,mejor es que le hablen claro a España asì no tiene que morir tanta gente inocente,ese es su deber ahora.
El socialismo del siglo XXi es muy coherente con la influencia de opiniòn pública que está teniendo en este momento el pueblo norteamericano.
Publicado por:
ana
fecha: 05 | 04 | 2007
hora: 9:23 pm
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Perdón profesor,lea el comentario de Hernán,está escueto pero trate de entenderlo que dice mucho de lo que talvez yo espero que Uds hagan ,salvar la democracia.
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juan martin
fecha: 05 | 04 | 2007
hora: 11:32 pm
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Me parece que Ana recae en la vieja cuestión de cómo las viejas y nuevas potencias coloniales han hecho y des-hecho la política de las repúblicas americanas, y razones no le faltan. Pero la nota de Fabián Bosoer recuerda un dato irrebatible: después de Malvinas, nunca más los Estados Unidos apoyaron el derrocamiento de un gobierno democrático y la instalación en el poder de una dictadura militar (quisieron hacerlo en Venezuela en el 2002, pero fracasaron). Así que hoy hay menos excusas para los gobernantes y políticos de estos países: no se puede echar la culpa de todos los males al imperialismo yanqui o las maquinaciones de «la pérfida Albión». Tampoco, de las divisiones y peleas por mezquinos intereses nacionales o competencias por el favor o la simpatía internacional que suelen mostrar los líderes de esta región. También están buenos los comentarios de Javier Rey Morató, pero tampoco exageremos: no se puede condenar a los pueblos por sus patéticos líderes. Y después de todo, América latina está hoy mucho mejor que hace diez, veinte o treinta años. O sea que ni tanto ni tan poco.
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javier del rey morató
fecha: 06 | 04 | 2007
hora: 11:37 am
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El estar estos días un poco ocioso y de vacaciones, le permite a uno leer y escribir más de lo que debiera.
He leído y he entendido el comentario que firma un tal «Hernán». Si ese es el guión de la película -voy a suponer que sí- ya sabemos quienes son los listos, quiénes los tontos, y quienes son los que ganan, a expensas de estos.
Y Juan Martín denuncia eficazmente el recurso del «chivo expiatorio», al que son tan adictos los latinoamericanos: la culpa de todo -invariablemente-, la tiene Estados Unidos.
Las patéticas elites criollas son siempre inocentes: les engañan, las explotan, creen que pueden ganarle una guerra a Gran Bretaña, y están tan instaladas en un interminable siglo XXI que siguen creyendo que son «soberanas».
Soberana es Dakota del Norte, que no ejerce soberanía alguna porque ha inventado un recurso para hacerla real y efectiva: compartir y delegar. No tiene ejército, marina, aviación, embajadas ni ministro de exteriores.
Como ella, soberanos son Dakota del Sur, California -una de las 9 potencias económicas del mundo- Texas, Florida, etc., etc.
Ninguno de esos Estados necesita mantener en el exterior 150 embajadas cada uno. Al Sur, cada uno cree que tiene que mantener 150 embajadas, que, multiplicadas por 20, da la escalofriante cifra de 3.000 embajadas. Alguna vez he escrito que China sólo debe tener, como mucho, 180.
Nada hay que dé tanta risa como llegar al puerto de Montevideo en el buque bus que sale de Buenos Aires: ve uno unos (presuntos) navíos de guerra amarrados en el muelle… Y no sabe si son de la II Guerra Mundial, de la I Guerra Mundial… Se da cuenta en seguida de que no sirven para nada: están ahí como anunciando algo, por ejemplo, que el viajero llega a un indudable país, que ese país es soberano, que tiene marina de guerra, que es capaz, en consecuencia, de rechazar algún ataque, pues aquello, sin duda, es una buena medida disuasoria…
Y se da cuenta de que todo es mentira. Esos navíos anuncian precisamente lo contrario: allí ni hay marina ni hay nada. Apenas hay allí el anuncio publicitario de un producto ficticio: una fuerza disuasoria inexistente.
Y ese espectáculo se repite en muchas repúblicas. La nada más insustancial se envuelve en himnos y en banderas, para festejar nadie sabe muy bien qué.
En cuanto a lo que dice Juan Martín, que Sudamérica está mejor que hace diez, veinte o treinta años, depende de cómo se mire: es mejor tener democracias -aunque sean inexistentes, meras formalidades-, que dictaduras, pues siempre es mejor el simulacro de democracia que las dictaduras, pues éstas nunca se limitan a ser simulacros: son dictaduras reales.
Pero el extravío persiste. Están fuera de la realidad, y fuera de la historia. Nada de eso importa. El nacionalismo es una despensa de recursos intelectuales, que siempre le exime a uno de la obligación de asumir los propios fracasos: el chivo expiatorio está ahí, y si no existieran los EEUU, habría que inventarlos, para tener a quien adjudicarle la responsabilidad por las propias torpezas.
Europa, que también persiste en ese nacionalismo que tanto daño hace, y que cuesta tanto superar, por lo menos mira hacia sí misma, y sabe que la responsabilidad es sólo suya.
Hay que recordar que el nacionalismo es una invención europea, y que los latinoamericanos, cuando son nacionalistas -lo son, casi siempre-, no hacen sino adoptar una ideología de importación.
En definitiva: hay pueblos que son sujetos de la historia, y hay pueblos que son objetos de la historia. Europa fue lo primero, hasta la II Guerra Mundial. América Latina -como tal, es un sujeto inexistente-, alberga pueblos que son objetos de la historia, porque el estatuto de sujetos de la historia les viene grande.
Acaso son hegelianos, sin saberlo: Hegel decía que los pueblos sujetos de la historia son aquellos que se han organizado en un Estado nacional. Los otros son algo así como pueblos menores de edad.
Bueno, eso no está mal, sin se aplica a los Estados Unidos, acaso la única nación realmente soberana. Pero pensar que Costa Rica, Guatemala, Haítí o El Salvador son «sujetos de la historia» es acuñar un chiste malo.
No nos engañemos: en América Latina falta grandeza de horizontes, planes que ilusionen, o, como diría Ortega y Gasset, un proyecto de futuro en común, capaz de liberar energías psíquicas hoy encapsuladas en ámbitos estrechos, en ideologías raquíticas, en estructuras nacionales, gobiernos, partidos y líderes políticos de zarzuela.
Naturalmente, las generalizaciones son siempre engañosas, y Chile merece hoy capítulo aparte.
Y después de estas líneas, prometo leer menos, incordiar todavía menos, para lo cuala tendré que escribir muchísimo menos aun.
Publicado por:
Ana
fecha: 06 | 04 | 2007
hora: 8:26 pm
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No molesta para nada profesor,tiene condiciones literarias fluidas.
Me permite contestarle a Juan Martìn .
DESGRACIADAMENTE BOSOER no tiene razón.
Lo que se es de primera mano pero contarlo fielmente es comprometer terceros.
Me enteré de ello dos meses antes del 11 de setiembre
ycuatro meses antes del motín contra DE LA RUA.
Como se irá a reir Rey Moratò puès despuès de eso parecía NO GABO SINO MICHEL DE NOSTREDAMUS,
decìa que USA IBA A CAMBIAR DE FAZ FINANCIERA A DOMINIO MILITAR DIRECTO.
Lo entendìa solo para AMERICA LATINA y calculaba algùn militar en el gobierno.de usa
Nunca pensé que era una ideologìa para USA.
Juan Martìn,Bosoer lo ha de saber meJor que yo,la financiaciòn que va a tener Usa va a ser semejante a la ideologìa de CHAVEZ.
Publicado por:
juan martin
fecha: 07 | 04 | 2007
hora: 12:17 am
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Ana, perdón pero la verdad es que no entiendo qué es lo que aporta su comentario al tema. Usted cuenta un dato que dice alguien le contó sobre que Estados Unidos habría decidido cambiar su dominio imperial económico por el militar y que estaría buscando financiar militares para que vuelvan a ocupar el poder en países latinoamericanos e inclusive en Washington
¿Qué tiene eso que ver con lo que hoy está ocurriendo en América Latina? ¿Qué tiene eso que ver con lo que pasó en la guerra de las Malvinas?
En cuanto a la respuesta de Javier a mi comentario anterior, que Sudamérica está mejor que hace diez, veinte o treinta años («depende de cómo se mire: es mejor tener democracias -aunque sean inexistentes, meras formalidades-, que dictaduras, pues siempre es mejor el simulacro de democracia que las dictaduras, pues éstas nunca se limitan a ser simulacros: son dictaduras reales»), creo Javier que tus palabras son contundentes y no merecen mas ampliación: viendo lo que ha sido la historia de América Latina de los últimos 20 años, y comparándola con cualquier otra del pasado, claramente está mejor, que más no sea por el hecho de que no hay más desapariciones forzadas, matanzas colectivas, libros quemados, dictadores impunes, etc., etc. Eso no es conformismo sino puro realismo para no echar paladas de nihilismo y auto-flagelación al cinismo y las flagelaciones que ya de por sí se esparcen por la región.
Publicado por:
ana
fecha: 07 | 04 | 2007
hora: 7:03 am
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Tratare de expresarme con claridad.
Es faltar a la verdad decir que cesaron los golpes militares e intervensiones extranjeras en america latina desde Malvinas.
Acá se sucedieron como cinco golpes y a lo que me referìa eran a recomendaciones de militares argentinos y funcionarios extranjeros al gobierno civil que terminaron en MOTIN CON EXITO ROTUNDO.
También al hecho curioso que luego del 11 de setiembre (por el terrorismo)USA no està tan democrà tica y ahora tiene hasta influencias nazis.
El cambio de predominio financiero a poder militar sin disimulo se produjo luego del 11 de setiembre.
Ahora el peligro no es para AMERICA LATINA AHORA ES PARA TODO EL MUNDO.
Publicado por:
juan martin
fecha: 07 | 04 | 2007
hora: 6:00 pm
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Ana cree, evidentemente, que los EE.UU. son los grandes responsables de todos los males que vive la humanidad. Y parece ver que poco a nada ha cambiado para mejor en América Latina desde el regreso definitivo de las democracias, etapa que coincidió con la derrota de la dictadura argentina en las Malvinas, casual o no casualmente. No sé qué edad tiene Ana, pero nadie que haya vivido las dictaduras que soportaron Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay y los países centroamericanos puede decir que no hubo un enorme progreso con las democracias, así de deficitarias y opacas como aparecen en la actualmente. Que sepa Ana y también Javier, un cuidadoso y comprometido académico y analista, que hay también pueblos que sienten que han recuperado su dignidad y su «derecho a tener derechos». Y no va a ser tan fácil que les arrebaten ya ese ejercicio de sus derechos, por más desprolijo y poco republicano que a veces parezca.
Ana dice que hubo golpes militares exitosos ¿a cuáles se refiere? Que yo sepa, aún en los casos del autogolpe de Fujimori, o de la intervención extranjera en Haití, con todos los desastres, corrupción y autoritarismo de sus gobernantes, nadie se atrevió a borrar del mapa las elecciones, las constituciones, la vigencia de los derechos humanos más elementales, los parlamentos. Y sobre las «influencias nazis» que encuentra Ana en los EE.UU., es sencillamente ridículo: Bush y su gobierno se merecen todas las críticas, se puede decir que son imperialistas, fundamentalistas cristianos, supremacistas, neoconservadores, ultraderechistas, etc, etc…. pero ¿nazis? ¿y dónde ve Ana la imposición del poder militar norteamericano «sin disimulos» en Sudamérica, concretamente? ¿En Colombia? ¿En Venezuela?¿En la Triple Frontera?¿En San Pablo y Río de Janeiro?¿En el Amazonas? ¿En la Patagonia? No es cuestión, digo, de comentar por comentar, sino de aportar ideas y datos que enriquezcan el foro, no les parece?
Publicado por:
ANA
fecha: 07 | 04 | 2007
hora: 8:18 pm
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Bueno Juan Martín si tu lo dices,así lo ves ,lo importante es que Bosoer,Escudè etcetc no lo digan pués ellos lo saben mejor que Yo.
ARey Morató lo respeto porque,a pesar de que le den lastima las cañoneras creo firmemente que es
democrático..
Profesor Rey Morató estoy divertida leyendo el New York Time con los problemas que tienen ingleses y norteamericanos con la asimilaciòn de las doctrinas de
mahoma en sus propias culturas.Hay una señora de sesenta y ocho años (conversa ella)que se plantea disquisiciones filosòificas porque parece que el profeta mandaba apalear a las mujeres.
Como el mundo es autèntico cambalache al lado de ella aparece una foto de otra señora mexicana(que ha perdido ya su capacidad generativa )con un cartel grandote defendiendo el aborto.
Sabe profesor que el ideal que tenemos con mi marido es comprar un departamento en Montevideo para pasear por la costanera y los fines de semana ir a Piriapolis.Nuestro subdesarrollo es terminal.
Publicado por:
juan martin
fecha: 09 | 04 | 2007
hora: 1:52 am
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Otra ronda de este intercambio curioso. En algo coincidimos con Ana: Montevideo sigue siendo una ciudad maravillosa, digna, civilizada y cosmopolita, con
su sencillez, su resistencia a las lacras de la globalización y su estilo sesentista. Miren, sino, la «modernización» de Mexico, San Pablo, Santiago.
Quedarse en el tiempo no siempre es negativo, aunque hay que saber reconocer los elementos de progreso cultural, de madurez social. La democracia que tenemos es uno de esos elementos y hay que mirarla de abajo hacia arriba, en sus movimientos y procesos sociales, y no solo de arriba hacia abajo, sobrevolando la realidad o quedándonos con las historias de los caudillos y sus séquitos solamente. ¿no te parece Ana? ¿Qué le parece profesor Rey Morató?
Publicado por:
Florencia
fecha: 16 | 04 | 2008
hora: 1:53 am
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Mi comentario es sobre «Las Islas Malvinas».para mi las punatas tendrian que ser mas redondeadas porque son muy rectas.Por favor contestenme a mi correo (florchu_302@hotmail.com).chauuuuuuuuuuuu
P.D:muy buena su pagina me sirve mucho para la escuela muy interesant