Putin busca controlar la energía en Kazajstán, Turkmenistán y Uzbekistán
Alberto Priego Moreno considera que la reciente Cumbre Trilateral de la Energía, en la que Rusia ha obtenido una ventajosa posición en el ámbito energético tras establecer acuerdos con Kazakhstán, Turkmenistán y Uzbekistán, no sólo consolida la independencia de Moscú; según Priego Moreno, le concede mayor influencia en política exterior y, sobre todo, le evita acercamientos con Occidente, últimamente incómodos.
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Alberto Priego Moreno es experto en temas del Cáucaso y Asia Central e investigador en el Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Es autor de «La Evolución del conflicto en Chechenia», «The Creation of the Azerbaijani identity and its influence in the foreign policy», «Georgia: ¿Otra Revolución de Terciopelo?», entre otras publicaciones. Ha trabajado como investigador invitado en East-West Institute y en el Center for Euro-Asian Studies.
PARECE QUE EL FINAL DEL MANDATO DE PUTIN va a estar caracterizado por un renacimiento del orientalismo. Desde hace ya algunos meses, la que será la última Administración Putin se está caracterizando por el mantenimiento de un línea anti-Occidental que no agrada ni a Washington ni a Bruselas. Primero fue el anuncio de crear una OPEP del gas con Irán, después las críticas a la OTAN y ahora Vladimir Putin lanza una nueva ofensiva en Asia Central con el fin de controlar la energía.
El Kremlin ha llevado a cabo intensa actividad diplomática (entre el 10 y 12 de mayo) con el fin de controlar de los recursos energéticos Kazajstán, Turkmenistán y Uzbekistán. Más allá de asegurarse el control del gas y del petróleo, el verdadero objetivo del presidente Putin es evitar que Asia Central siga el ejemplo del Cáucaso, donde las empresas Occidentales controlan la energía.
TRES IMPORTANTES ACUERDOS CON KAZAJSTÁN
El presidente Putin visitó Astana el pasado 10 de mayo donde se reunió con su homólogo Nursultán Nazarbayev. Los líderes de Kazajstán y Rusia firmaron tres importantes acuerdos en materia económica.
El primero se centró en el establecimiento de un centro de enriquecimiento de uranio, con fines civiles, en el país centroasiático. El segundo, la promoción de la inversión rusa en Kazajstán. El tercero, el más importante, que no era otro que el compromiso de Nazarbayev de utilizar el oleoducto que conecta los pozos de petróleo kazakos en el Caspio con el puerto ruso de Novorossiisk situado en el Mar Negro.
Este acuerdo supone un toque de atención a Estados Unidos y a la Unión Europea que apoyan la utilización del oleoducto Bakú-Tblisi-Ceyhan como alternativa a la red de transporte energética rusa. Sin embargo, la utilización del puerto de Novorossisk plantea otro problema que es el paso por los estrechos turcos. Para solucionar esta cuestión Moscú plantea la utilización de un oleoducto que uniría el puerto búlgaro de Burgas con el griego de Alexandropoulus. Sin embargo, este tramo está por construir y las previsiones más optimistas hablan del año 2010.
UNA GIRA MUY PROVECHOSA
De Astana, el presidente Putin se fue a la ciudad de Turkmenbashi (Turkmenistán) donde, dos días después, se reunió con el nuevo presidente turmeno Kurbanguly Berdymukhammedov, con el uzbeko Islam Karimov y de nuevo con Nazarbaiyev. Allí, en la denominada Cumbre Trilateral de la Energía, los mandatarios de Asia Central acordaron la construcción de un gaseoducto que unirá las costas de Turkmenistán con las rusas. De este modo, el petróleo de Turkmenistán enlazaría con el oleoducto ruso que acaba en el puerto de Novorossisk.
Con este acuerdo, uno de los pocos diamantes energéticos que todavía quedaban en Asia Central ha quedado bajo el control de Rusia evitando que el nuevo presidente de Turkmenistán firmara un acuerdo con las potencias europeas para la utilización del gaseoducto Bakú-Tblisi-Ceyhán.
El tercero en discordia, Uzbekistán, además de participar en la Cumbre de Turkmenbashi también firmó varios acuerdos previos en una cumbre bilateral que se celebró con anterioridad. El 10 de mayo, el presidente Islam Karimov y el ministro ruso de Industria, Viktor Kristenko, celebraron una reunión en Oskaroy (Uzbekistán) en la que acordaron, entre otras cosas, incrementar la presencia de las empresas energéticas rusas (Lukoil y Gazprom) en Uzbekistán.
Con las visitas previas y con la celebración de la Cumbre Trilateral de la Energía, la Federación Rusa incrementa su presencia en Asia Central, utilizando la principal fuente de riqueza de estos países: la energía. De este modo, Moscú tendrá una mayor capacidad de influencia en sus políticas exteriores y evitará acercamientos incómodos a Occidente.
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