La sombra de la guerra civil, cada día más cerca

Por George Emile Irani (para Safe Democracy)

George Emile Irani cree que las responsabilidades por los enfrentamientos actuales en Líbano entre el Ejército y los grupos salafistas (como Fatah al Islam) recaen sobre el propio gobierno libanés de Siniora y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), por permitir el desarrollo de estos grupos cuya existencia se conoce al menos desde 2001. Es el desafío emergente: para las fuerzas de la ONU, para Hezbolá y Hamás, y para toda la región.

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George Emile Irani, de origen libanés, dirige el Programa sobre África y Oriente Medio del Centro Internacional de Toledo por la Paz, con sede en Madrid. Es autor de «El Papado y Oriente Medio: el papel de la Santa Sede en el conflicto árabe-israelí» y de numerosos artículos científicos sobre Oriente Medio.

LOS ACTUALES ACONTECIMIENTOS EN LÍBANO no sorprenden a aquellos que siguen los asuntos del país y de Oriente Medio.

Las tendencias y pronósticos en la región auguran un verano caliente. Las guerras regionales, esto es, el ataque israelí en Líbano, o el ataque estadounidense sobre Irán, no se incluyen dentro del cálido augurio. Son las guerras internas y fratricidas las que forman parte de la agenda de Líbano, Irak y Palestina. El clima internacional ha cambiado.

FRACASO Y POLARIZACIÓN
Hay que reconocer que los regímenes políticos actuales y las ideologías en el Oriente Medio árabe han fracasado totalmente. Tenemos dictadores aferrados al poder por un hilo, y que emplean el miedo de los grupos extremistas salafistas para permanecer en el mando.

Además, el actual cuerpo político palestino está en ruinas. Al Fatah, Hamás, y todo el aparato de la Organización para la Liberalización de Palestina (OLP) están perdiendo su autoridad sobre varias milicias y grupos que vaguean por la Franja de Gaza.

Con respecto a Líbano, es necesario contextualizar los acontecimientos actuales. La situación del país está polarizada, con un gobierno pro-occidental casi paralizado y encabezado por Fuad Siniora. El gobierno está, además, encarando una oposición guiada por Hezbolá, y el político cristiano libanés, el General Michel Aoun, con el apoyo de Siria. No en vano, el régimen de Bashar Assad en Damasco teme la creación de un Tribunal Internacional por parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para investigar el asesinato de Rafik Hariri y de otros libaneses. La decisión de crear este Tribunal, de acuerdo con el capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, será anunciada en breve.

EL AUGE DEL SALAFISMO
Sin embargo, la culpa no es sólo de la oposición. La responsabilidad de los hechos recae sobre los hombros del gobierno libanés y de la Inteligencia, quienes sabían de la presencia de estos grupos en Líbano. En 2001, el Ejército libanés se enfrentó con un oscuro grupo salafista no muy lejos de Trípoli (una ciudad poblada por una mayoría musulmana suní).

La responsabilidad recae asimismo en los hombros de los representantes de la OLP en Líbano, quienes permitieron al grupo islamista Fatah al Islam operar libremente en los campos de refugiados palestinos. Hay aproximadamente unos 400.000 refugiados palestinos en Líbano, entre los cuales los salafistas han podido organizarse con toda la libertad.

ISLAMIZAR LA CAUSA PALESTINA
No es una coincidencia, entonces, que acontezcan los enfrentamientos actuales entre el ejército libanés y el grupo Fatah al Islam.

Este grupo es una creación de la inteligencia siria, inspirado por Al Qaeda y que recibe financiación de saudíes y otras fuentes. Su fundador, el palestino Shakir Al Absi, fue encarcelado en Jordania por su implicación en el asesinato de un diplomático de Estados Unidos. Tras su liberación, Al Absi se fue a Siria, donde colaboró con la Inteligencia. Su principal objetivo es sustituir a Al Zarqawi, cabecilla de Al Qaeda asesinado en Irak, lo que supuso un gran daño al liderazgo de Al Qaeda en el territorio iraquí. Otro de sus objetivos es reconducir la causa palestina al centro de la agenda de los salafistas islamistas radicales e islamizar la misma.

Fatah al Islam no es el único grupo salafista que opera en los campos de refugiados palestinos en Líbano. Tenemos también otros grupos como Jund al Sham, en el campamento de Ain El Hilwe en el sur de Líbano.

PELIGRO DE OTRA GUERRA CIVIL
Los acontecimientos en Líbano, de no concluir a corto plazo, podrían desbordarse y envolver al país en otra guerra civil. Si no se contiene la situación actual, podría tener implicaciones negativas para las tropas españolas y europeas que participan con la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para Líbano (UNIFIL).

Por último, pero no por ello menos importante, más inesperado es el efecto que el auge de Fatah Al Islam y los grupos salafistas tendrá sobre los grupos militantes establecidos militantes como Hezbolá y Hamás. Sólo el tiempo dirá las consecuencias de este desafío emergente salafista.

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