obamachange.jpgLa campaña electoral entre Barack Obama y Hillary Clinton se ha planteado en términos de Experiencia (Hillary) versus Cambio (Obama). Y lo cierto es que la necesidad de cambio está matando a la experiencia. Pero lo más importante es que, gane quien gane en este apasionante proceso democrático, los dos candidatos demócratas representan, cada uno a su manera, lo que Estados Unidos necesita, dice el autor.

(Desde Nueva York) LO MÁS INTERESANTE DE LAS ELECCIONES en Estados Unidos no son los resultados sino el proceso en sí. La democracia estadounidense ha recobrado un dinamismo y participación no vistos desde los tiempos de John F. Kennedy.

Democracy at its best debería ser la película de esta temporada. Basta con encender la televisión y poner la CNN, FOX News o MSNBC a cualquier hora del día. Verdadero banquete para las cadenas. El electorado quería opciones, y eso es lo que han traído ocho años de un gobierno republicano sumamente criticado y en sus mínimos históricos de aprobación (28 por ciento). Hay hoy un mapa político con muchísima diversidad. Por lo menos, nueve candidatos interesantes y variopintos han aparecido en las pantallas y revistas de todo el país.

DEMOCRATAS Y REPUBLICANOS

“Obama arrancó con una importante victoria en Iowa, Estado conservador y religioso, lo que obligó a la maquinaria de Hillary a reaccionar con un cambio en la estrategia” Del lado partido demócrata se encuentran: la calculadora y experimentada Hillary Clinton, el fenómeno Barack Hussein Obama, el sureño John Edwards y, hasta hace unas pocas semanas, antes de retirarse, el experimentado gobernador de Nueva México, Bill Richardson.

Del lado republicano las opciones son muy variadas con candidatos muy sólidos: el ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, el exitoso empresario y ex gobernador del Estado de Massachussets Mitt Romney, el veterano y siempre sincero congresista John McCain, el carismático pastor y ex gobernador del Estado de Arkansas, Mike Huckabee, y el representante en el Congreso por el Estado de Texas, Ron Paul.

CAMBIO DE ESTRATEGIA PARA HILLARY

Barack Obama, del que se escribirá mucho, arrancó con una importante victoria en las primarias dentro del Partido demócrata en Iowa, Estado de agricultores, conservador y religioso. El resultado fue de 38 por ciento contra el 29 por ciento, lo que obligó a la monumental maquinaria de estrategas y filántropos de Hillary Clinton a reaccionar dando un cambio de timón en la estrategia. «El electorado está cansado de expertos y asesores que terminan declarando guerras costosas y trágicas, y echan mano del presupuesto sin responder a los problemas económicos y sociales”

Reapareció una Hillary más humana, con llantos y sonrisas. La nueva Hillary logró conquistar el cariño femenino y ganó en las primarias de New Hampshire apelando a las mujeres y a los blancos menos educados. Barack Obama ganó entre los estudiantes y blancos con mayor formación. Unos días después volvió a la carga y ganó con el 51 por ciento en Nevada contra un 45 por ciento de Obama.

Asimismo, Obama se desquitó hace pocos días en Carolina del Sur arrasando con un 55 por ciento de los votos. Este Estado estaba descontado para Obama, ya que la población de color lo apoyó abrumadoramente.

LA EXPERIENCIA VERSUS EL CAMBIO

La campaña entre Obama y Hillary se planteó en términos de Experiencia (Hillary) versus Cambio (Obama). Y lo cierto es que el cambio está matando a la experiencia. “Obama podría convertirse en un puente de civilizaciones entre el mundo occidental y la cultura musulmana”El electorado está cansado de los llamados expertos y asesores políticos que terminan declarando guerras costosas y trágicas, y echan mano del presupuesto sin responder a los problemas económicos y sociales (salud pública, seguro social, crisis de la vivienda) de los sectores bajos y medios.

Hillary y Edwards reaccionaron y adoptaron el cambio como una de sus puntas de lanza. Pero tarde. Obama ya se ha apropiado del discurso del cambio. En su discurso en una importante Iglesia sureña en el aniversario de Martín Luther King logró conmover.

Dada su corta edad, Obama (46), rompe con la desgastada generación de la guerra de Vietnam (John McCain, John Kerry, Bush y Gore mismo). Por otro lado, no pertenece a la generación de los baby boomers (Bill, Hillary y todos los mayores de 50 años) por lo que representa la renovación auténtica.

LA RENOVACIÓN DEL SUEÑO AMERICANO

Pero hay más. Obama representa la renovación porque tiene un nombre musulmán, se crió en una escuela de jóvenes en Indonesia, estudió en la Universidad de Harvard, se convirtió a Bautista y no está atado a los intereses del Washington beltway (por lo menos, eso dice). “los Clintons se dieron cuenta de que la única forma de ganarle al ascendente fenómeno Obama es convertir esta campaña en un asunto racial. Peligrosa apuesta”

Podría convertirse en un puente de civilizaciones entre el mundo occidental y la cultura musulmana. Ni él mismo lo sabe pero la respuesta a los problemas de Estados Unidos está en su nombre, su cara y sus facciones, una oportunidad de una en cada 100 años, afirmó el Atlantic Monthly.

Obama se eleva mas allá de los problemas de su clase, no busca apelar a sentimientos de ser negro, minoría o rechazado. Por lo contrario, cree en el sueño americano. Es el primer líder negro que surge fuera de la causa negra. Ni Martin Luther King ni otros lograron esto.

EL POLI BUENO Y EL POLI MALO

No obstante a Obama le falta profundidad en su planteamiento, ya que no tiene mucha experiencia de legislación o de gobierno.

Resulta muy interesante escuchar a Hillary Clinton con sus propuestas sensatas y muy bien articuladas a casi todos los problemas de Estados Unidos: Irak, Oriente Medio, inmigración, salud publica, economía, impuestos, etc. Es muy inteligente (quizás la mas), conoce los círculos del poder, es mujer, y representa al core del partido demócrata.“Bill Clinton ganó con 46 años. Obama tiene 46. Ambos son de origen humilde, apelaron al cambio, no eran de adentro del partido, y, lo más importante, cada uno es el líder más carismático de su generación”

La pareja Clinton es probablemente la más astuta de todas y juegan al viejo poli bueno, poli malo. Bill esta recorriendo el país atacando a Obama con su discurso de historia de hadas. El ex estratega de Bill Clinton de 1992, Dick Morris, afirmó en una entrevista en MSNBC que los Clintons se dieron cuenta de que la única forma de ganarle al ascendente fenómeno Obama es convertir esta campaña en un asunto racial. Peligrosa apuesta. La fórmula consiste en demostrar que Obama gana abrumadoramente con las minorías negras, para lograr que los blancos reaccionen.

Las mujeres ya lo han hecho a favor de Hillary. Obama, que no tiene un pelo de tonto, respondió –después de ganar en South Carolina– que no se trata de una elección basada en lo racial ni en el género sino en los problemas reales de Estados Unidos.

Es apasionante ver al carismático líder Bill Clinton, forjador del Clinton Global Initiative y líder indiscutible del partido demócrata, atacando con golpes bajos a par, cuando él mismo se lanzo a la carrera electoral, 15 años atrás. Clinton ganó con 46 años. Obama tiene hoy 46. Ambos son de origen humilde, ambos apelaron al cambio, ambos no eran de adentro del partido, y lo más importante, cada uno es el líder más carismático de su generación.

Lo importante de esta renovación democrática es que independientemente de quién gane, sea Obama o Hillary, estos dos candidatos demócratas representan lo que este país necesita.