nomasfarc.jpgSepa por qué la liberación de Ingrid Betancourt junto a 14 compañeros retenidos en la selva, conforman un momento único y propicio para poner fin, en este punto de la historia, al dolor de esa guerra no convencional que azota a Colombia.

(Desde Santiago de Chile) ES INDUDABLE QUE la reciente liberación de Ingrid Betancourt, ampliamente cubierta por la prensa mundial, a uno y otro lado del charco, representa una oportunidad invaluable para dibujar nuevos escenarios para la búsqueda de la paz, en todas las latitudes.

Betancourt, beneficiada por una educación y oportunidades de excelencia, cuyo pasado político la llevó a estadios destacados –fue candidata a la presidencia de Colombia, circunstancia que también la llevó a ser uno más de los rehenes en la selva– ha sido merecedora de una serie de distinciones, con motivo de su liberación. Incluso, desde Chile salió la propuesta de postularla al Premio Nobel de la Paz. «Nos asiste la sensación de que nos hemos olvidado de los que aún siguen atrapados en la selva colombo-ecuatoriana»

Ella representa, en este punto de la historia, el dolor de esa guerra, no convencional, pero guerra al fin y al cabo, que azota a Colombia. Escenarios de conflicto como éste tenemos varios en el planeta, pero el mundo parece seguir insensible su derrotero alrededor del sol.

Sin embargo, en medio de todo esto, que por momentos ha tenido ribetes hollywoodenses, nos asiste la sensación de que nos hemos olvidado de los que aún siguen atrapados en la selva colombo-ecuatoriana. Al igual que parece que el mundo ha olvidado a otros miles de seres humanos cautivos en mazmorras indecentes, por discrepancias ideológicas, en otros tantos puntos del globo.

UN RECONOCIMIENTO A TODOS LOS SECUESTRADOS

Este columnista tiene el sentimiento que si su postulación al galardón de la Fundación Nobel prospera, Son personas desconocidas para todos nosotros, no obstante, tienen nombre, apellidos y familias que les esperan» reconocimiento que se orienta a quienes hayan demostrado esfuerzos distinguidos y continuos en la búsqueda de la paz y que los frutos de este esfuerzo sean de conocimiento universal, dicho reconocimiento debe hacerse extensivo a todos aquellos que aún permanecen privados del derecho básico de la libertad, sufrientes en medio de la húmeda jungla del centro norte de América del Sur.

Son personas desconocidas para todos nosotros, no obstante, tienen nombre, apellidos y familias que les esperan, han experimentado grandes sufrimientos y simbolizan a aquéllos que les toca la peor parte «Es un momento histórico para propiciar acuerdos que den un salto cuántico en la búsqueda de una solución»en un conflicto, incluso peor que la de aquéllos que han muerto, que pudieron haber experimentado menos dolores acumulados.

Incluirlos en el galardón sería darle aún más fuerza a la libertad de Betancourt y a apoyar sustantivamente a los estadistas y órganos supranacionales llamados a representar la sensibilidad y vocación por la paz de las comunidades mundiales y de los ciudadanos de todos los estados, para este propósito han sido elegidos y constituidas tales organizaciones.

PUNTO DE INFLEXIÓN

Esta liberación, brinda una oportunidad que la comunidad internacional no puede dejar escapar. Es un momento histórico que los líderes deben recoger, «El caso es una inyección de esperanza, para reformular los acuerdos respecto de otros puntos de crisis que afectan a miles de personas en todo el orbe»y con ello generar un escenario propicio para lograr acuerdos que den un salto cuántico en la búsqueda de una solución, para este conflicto que mantiene en vilo a estos países y sus habitantes.

Aunque el conflicto tuvo su génesis en circunstancias locales, que con el tiempo han escalado hasta formar parte de agendas multilaterales, con el impacto de la libertad de Ingrid Betancourt éste se encuentra hoy en medio de las preocupaciones de la comunidad internacional. Incluso ha franqueado las puertas del Vaticano y ha entrado en los principales palacios de gobierno mundiales. ¿Puede haberse concebido, en instancias diplomáticas, un mejor entramado para poner el problema de las FARC en la discusión global?

«Ojalá el regreso de Ingrid logre aglutinar las voluntades en torno a una iniciativa internacional que aporte recursos y medidas formales» ¿Podría haber construido alguna agencia de comunicaciones una estrategia siquiera con una fracción de éxito? ¿Acaso la vocación por la paz puede darse el lujo de ser permeada por otros intereses, una vez convertidos los titulares noticiosos en papel para envolver?

Más aún, el caso es una inyección de esperanza, para reformular los acuerdos respecto de otros puntos de crisis que afectan a miles de personas en todo el orbe. Es, también, un punto inflexión que debería poner conjuntamente a los principales líderes dentro de la misma concavidad, es decir, lograr incrementar la homogeneidad de la diversidad existente en los puntos de vista, para atacar frontalmente los focos de desestabilización de la paz mundial.

AGLUTINAR VOLUNTADES

Si el mundo no aprovechó al máximo, para fortalecer la paz mundial, los atentados a las Torres Gemelas y los de Atocha, y antes el rescate desde el Aeropuerto de Entebbe y la masacre de los Juegos Olímpicos de Münich, ojalá ahora el regreso de Ingrid Betancourt logre aglutinar las voluntades, en torno a una iniciativa internacional que, más allá de las intenciones, aporte recursos y medidas formales tendientes a combatir hasta la extinción los proyectos insanos que desestabilizan la convivencia pacífica.

Leyendo el acta testamentaria de Alfred Nobel no nos queda duda, que si el aún viviera, no cejaría en sus esfuerzos para que su premio, más allá del o los galardonados, tuviera una incidencia directa en el esfuerzo de la sociedad humana por plantar semillas fructíferas por la paz mundial.