nostalgiaderusia.jpgRusia intenta renacer jugando con la fuerza de sus dos instrumentos geoestratégicos: el petróleo y el gas natural.

(Desde Madrid) LOS OJOS NEGROS, подбитые глаз,de Rusia vislumbraron su luz oscura en el mes de agosto. El gigante salió desde la sombra de sus Katiusas a defender su orgullo herido. Frente a los últimos acontecimientos y al ataque de Georgia sobre la región independentista Osetia del Sur, era de esperar la violenta reacción rusa. Una Rusia acorralada, rodeada por la OTAN, situada en la espera desde hace más de una década… Frustrada, arrodillada, se advertía poco su renacimiento.

Tuvo ocasiones para recuperarse y lo hizo, gracias a una estrategia empleada a partir de 2000, pero su última acción de defensa de la identidad a lo que considera su ancestral tierra, la trajo de nuevo en la luz de los focos del gran escenario geopolítico mundial.

NUDOS QUE DESATAR

Tras la independencia de Kosovo, los dramáticos acontecimientos europeos se desplazaron más hacia el Este en la cuenca del Mar Negro. Osetia, Abhazia, Adzaria, Nagorno-Karabaj, Transnistria son nudos geopolíticos fuertes, serias zonas de conflicto que necesitan desatarse, solucionarse.

Pero las perspectivas de seguridad en la región vienen determinadas por varios factores: «La función tradicional de restringir el papel de Rusia en frontera del sur viene cumplida por la línea occidental que incluye el eje Mar Báltico-Mar Negro-Mar Caspio»

1) la naturaleza del diálogo estratégico entre Rusia, Estados Unidos junto a la Unión Europea, los intereses de China, Turquía e Irán;

2) la situación política interna de las regiones mencionadas;

3) los conflictos regionales que empiezan ya a deshelarse, en Kazajstán-Uzbekistán, Uzbekistán-Tayikistán, Afganistán-Tayikistán;

4) la capacidad de los regímenes locales de generar conflictos internos y externos por cuenta propia.

EL POTENCIAL ENERGÉTICO DEL MAR CASPIO

No obstante, el tema clave alrededor del cual se desarrolla la competencia en la región es el control sobre el potencial energético del Mar Caspio y sobre el transporte de energía en la región del Mar Negro que, por extensión, forma parte de la región Balcánica y de un proyecto de futuro, «Rusia desde su posición, tiene la capacidad de evaluar los intentos geopolíticos de Occidente a la hora de influir en las relaciones económicas» Los Balcanes desde Suez hasta Xinjang. En este caso, la función tradicional de restringir el papel de Rusia en las zonas de frontera del sur viene cumplida por la línea occidental que incluye el eje Mar Báltico-Mar Negro-Mar Caspio.

Pero lo que es más importante es que el papel de constreñimiento lo cumple el mundo euro-atlántico en lucha abierta contra el mundo eurasiático. Su principal objetivo hasta la actualidad fue introducir el mayor oleoducto Baku-Tbilisi-Ceyhan, que cruza el Cáucaso obviando a Rusia y transportando el oro negro hacia su mundo. Aunque el petróleo caspio representa un 3-4 por ciento de la reserva global, y el gas natural un 4-6 por ciento, los inversores europeos y estadounidenses se comprometieron en la explotación y la infraestructura de las reservas caspias, especialmente a través del ya recordado conducto que tiene un volumen diario de un millón de barriles. «La estrategia de política exterior de Rusia en cuanto a sus antiguos territorios ofrece respuestas claras»

La red es importante sobre todo por la ampliación del oleoducto Nabucco, cuyo trayecto, todavía negociable, se conocerá mejor en 2010, cuando comenzarán sus obras.

¿Qué es lo que pasa entonces? Rusia desde su posición, tiene la capacidad de evaluar los intentos geopolíticos de Occidente a la hora de influir en las relaciones económicas, y que persiguen cada vez con mayor fuerza la defensa del egoísmo económico de los vecinos y consumidores de sus recursos energéticos, hecho que contraviene a los principios de la economía del mercado.

MOSCÚ NO CEDERÁ

En adelante, Rusia no cederá frente a los que desean dictar parte de las reglas del juego, y está a punto de tomar una serie de medidas económicas que le asegure la soberanía política. «No hay una diáspora rusa que pueda defender a su país, como un socio de su política exterior»Esperemos que lo haga según las reglas del derecho internacional.

En pocas palabras, la estrategia de política exterior de Rusia en cuanto a sus antiguos territorios ofrece respuestas claras. El conflicto desencadenado en la región separatista de Osetia del Sur está lejos de terminarse, y su lógica se extenderá y aumentará si Rusia es capaz de ofrecer una respuesta a las teorías occidentales sobre el control de Rusia.

¿Quién defiende a Rusia? ¿Cabe lugar para su defensa en este vasto tablero mundial donde el juego de intereses se convierte en un puzzle de caballos negros?

ADMIRACIÓN DEL MUNDO ESLAVO ILUSTRADO

No hay una diáspora rusa, un mundo ruso disperso por la tierra que pueda defender a su país, como un socio de su política exterior. Su fuerza quedó allí, en su territorio ancestral. «Nostálgicos de Rusia, desde Europa, con el corazón partido entre su parte vieja y la nueva, la del Este, esperamos una actitud positiva, de puente, por parte de la UE» Los que la defendemos a través de la palabra pero también del juicio, poco participamos en la consolidación del espacio y de la cultura rusa. Somos los nostálgicos de nuestra Rusia, la que nos creamos a través del imaginario, la Rusia simbólica creada estudiando su idioma, leyendo a Tolstoi o a Dostoievski, escuchando a Stravinski o a Tchaikovsky atendiendo cómo no, desde la razón, a todo lo que surgió en el área tras los acontecimientos que hicieron estallar en pedazos la antigua URSS en agosto de 1991, hace ya 17 años…

Desde nuestra admiración al mágico mundo eslavo, a la gran cultura rusa, poco podemos contribuir a la protección del capital cultural de un inmenso territorio que ahora se encuentra fragmentado, pero que intenta renacer jugando con la fuerza de sus dos instrumentos geoestratégicos: el petróleo y el gas natural. Hay problemas sin solucionar y el gigante renace defendiendo sus ideales. Le falta la praxis democrática que se desarrollará a través de una lenta maduración, y del apoyo occidental.

Nostálgicos de Rusia, desde Europa, con el corazón partido entre su parte vieja y la nueva, la del Este, esperamos una actitud positiva, de puente, por parte de la UE. Y que su conocido silencio en las zonas de conflictos latentes de la región del Este, se transforme en acción, por el bien de los pueblos de la zona, obligados por ahora a sobrevivir refugiados. Transformar el conflicto en cooperación, contribuyendo al bienestar de la población y a la edificación de la arquitectura europea del siglo XXI.