chavput.jpgEnfrentarse a Estados Unidos y el alto precio del petróleo: éstas son las razones de la heterodoxa alianza entre Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Irán, Siria, Bielorrusia, Rusia, los grupos palestinos y libaneses, la guerrilla colombiana y hasta los separatistas georgianos de Osetia y Abjasia. Un eje que tiene en la primera línea mediática, al presidente Chávez, afirma el autor.

(Desde Montevideo) EL PETRÓLEO SIGUE HACIENDO MARAVILLAS. El presidente venezolano, Hugo Chávez, con su generosa chequera que todo lo puede comprar, está dictando buena parte de la política exterior y de la agenda de América Latina.

El Gobierno de Venezuela ya tiene países satélites, emulando a la desaparecida Unión Soviética. Países que, en gran medida, dependen de Caracas. Unas veces los petrodólares le han servido al mandatario venezolano para socorrer y ayudar a elegir a los gobernantes del vecindario, y otras para mantener funcionando a los gobiernos aliados, «El soldado y ex golpista Chávez intenta revivir una nueva guerra fría polarizando a las sociedades para perpetuarse en el poder» creando instituciones que maneja a su antojo gracias a los buenos precios del crudo, como el Alba, Petrosur, Telesur, entre otras.

Pero la ayuda no es gratis. Tampoco lo era en los tiempos de la Unión Soviética, y Cuba lo sabe.

Ser antiestadounidense es lo que reclama Chávez para entrar al selecto club que él dirige y controla en la región. Siguiendo las enseñanzas de su mentor Fidel Castro, el soldado y ex golpista, Chávez intenta revivir una especie de nueva guerra fría polarizando a las sociedades para perpetuarse en el poder, él y sus aliados, y para exculparse de sus fracasos internos acusando de todos los males al inefable enemigo externo.

HERMANOS Y REVOLUCIONARIOS

Chávez ha logrado unir agua y aceite, en un mundo en donde hay múltiples y particulares intereses. «Chávez recorre el mundo en busca de aliados, especialmente a los enemigos de Washington» El eje antiestadounidense tiene una heterodoxa integración. Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Irán, Siria, Bielorrusia, Rusia, los grupos terroristas palestinos y libaneses, la guerrilla colombiana y hasta los separatistas georgianos de Osetia y Abjasia. Los enemigos de mi enemigo son mis amigos, esa es su filosofía.

Todos se llaman revolucionarios y hermanos en los verborrágicos discursos en donde reiteradamente acusan a Estados Unidos, sin olvidar a Israel.

«El eje tiene de todo. Marxistas, fanáticos, piqueteros, cristianos, campesinos, islamistas, ultraizquierdistas, nacionalistas, terroristas, indígenas, sindicalistas, anticapitalistas…» Chávez recorre el mundo en busca de aliados para su cruzada visitando, especialmente, a los enemigos de Washington.

Habla de confrontación, de estatismo, nacionalizaciones, planes mesiánicos y movilizaciones que hacen acordar a la extinta Unión Soviética o a las concentraciones fascistas de Franco y Mussolini, todo regado por frases de Fidel Castro, Mao Zedong y Simón Bolivar, sin olvidar las bíblicas.

Hace varias décadas, el historiador británico Hugh Thomas describió al régimen de Fidel Castro como izquierda fascista, queriendo significar un régimen con establecidos objetivos izquierdistas totalitarios y sostenido mediante los métodos del fascismo. Chávez se mueve en ese sentido, pero buscar ampliar la base de sus alianzas.

BLOQUES CONFRONTADOS

El eje tiene de todo. «Venezuela ha gastado más de 600 millones de dólares en el último año en armas y se ha decantado como el mayor importador de armas de toda la región» Marxistas, fanáticos religiosos, piqueteros, cristianos, campesinos sin tierra, islamistas, ultraizquierdistas, guerrilleros, nacionalistas, terroristas, indígenas, cooperativistas, sindicalistas, anticapitalistas; la lista es variada y extensa. Todos bajo dos conceptos geopolíticos claves: la conformación de bloques de fracturas de poder internacionales, dirigidos a contrarrestar el poderío global estadounidense utilizando como arma el petróleo; y la adopción de la guerra asimétrica como estrategia militar elaborada ante una hipotética intervención militar de Washington en esos países, algo que parece desear el mandatario venezolano, más allá de las consecuencias que pueda desatar en un mundo cada vez más globalizado.

Venezuela es la nueva potencia militar emergente que ha gastado más de 600 millones de dólares en el último año en la compra de armas y se ha decantado como el mayor importador de armas de toda América Latina, «Discursos revolucionarios y contra Estados Unidos ponen en la misma sintonía a Chávez con Ahmadineyad, Assad, Nasralá, Haniya, Putin, Lukashenko, Ortega, Correa, Morales y Castro» porque gracias al petróleo está recibiendo unos ingresos extras, los que está dedicando durante los últimos seis años, en su mayor parte, a la adquisición de un nuevo sistema de armamento.

El presidente Chávez no deja pasar un solo minuto para lanzar sus críticas de grueso calibre, y por cierto de muy poca educación, contra Washington y sus aliados, buscando una respuesta para justificar su teoría infantil que divide al mundo en blanco y negro, pero con la que concuerda incluso el régimen de los ayatolás.

El diario iraní Kayhan lo definió muy bien en su editorial del pasado 11 de mayo: En la guerra por el poder en Oriente Medio sólo hay dos bandos: Irán y Estados Unidos. Y Chávez ya se ha sumado con sus aliados latinoamericanos a uno de los bandos. Discursos cargados de adjetivos revolucionarios y contra Estados Unidos ponen en la misma sintonía a Chávez con Ahmadineyad, Assad, Nasralá, Haniya, Putin, Lukashenko, Ortega, Correa, Morales y Castro.

DOBLE MOVIMIENTO

Tras casi diez años de insultos y amenazas de cortar el petróleo a Estados Unidos, algo que por cierto aún no ha hecho pese a su furibundos discursos, Chávez logró en unas pocas semanas aprovechar la preocupación que despertó la ofensiva rusa en Georgia, que de alguna manera, juega en la nueva geopolítica el papel de Cuba durante los enfrentamientos de la vieja guerra fría y de la sonda crisis de los misiles de la década del 60.«Moscú, cuestiona cada vez más y en forma abierta la hegemonía norteamericana, mientras que Caracas recibe un espaldarazo en su confrontación con Washington y a la política de nacionalización de la energía»

Ahora el presidente venezolano captó la atención mundial al mostrarse como un rival que está dispuesto a ir más allá de su encendida retórica, al invitar a la armada y a la aviación rusa a hacer ejercicios en el Caribe.

Esas maniobras fueron decididas durante la visita a Moscú que realizó en julio el presidente venezolano, y tendrán como consecuencia el aumento de las tensiones en la región.

El anuncio, justo en medio de la crisis del Cáucaso, parece representar un doble movimiento. Moscú, cuestiona cada vez más y en forma abierta la hegemonía norteamericana, mientras que Caracas recibe un espaldarazo en su confrontación con Washington y a la política de nacionalización de la energía, que tienen al presidente venezolano como uno de sus estandartes.

LA ESTRATEGIA RUSA

«Moscú intensificó la cooperación militar con los países de este eje de conveniencia a ambos lados del Atlántico, que por América Latina tiene a Chávez como abanderado» Rusia, irritada también por la instalación prevista del escudo antimisiles norteamericano en Europa central y la posible adhesión de Ucrania y Georgia a la OTAN, redobló la apuesta.

Moscú le dice a los Occidentales, si ustedes quieren meterse en nuestra esfera de influencia, nosotros podemos hacer lo mismo en la suya. Y Chávez supo utilizar el nuevo escenario internacional.

Cuando Polonia, en plena crisis georgiana, anunció en agosto la conclusión del acuerdo sobre el despliegue en su territorio de un escudo anti-misiles estadounidense, al que se opone Rusia, la respuesta de Moscú fue mencionar la posibilidad de volver a estacionar bombarderos rusos en Cuba, como en los viejos tiempos.

«Fidel Castro, advirtió a Washington que estaba jugando con la guerra nuclear» Con esa misma filosofía, Moscú intensificó la cooperación militar con los países de este eje de conveniencia a ambos lados del Atlántico, que por América Latina tiene a Chávez como abanderado. Incluso Siria le ofreció a Rusia facilidades para utilizar su puerto de Tartus, ante el aumento de las tensiones.

Rusia ya le ha vendido armas a Venezuela y ahora desembarca muy cerca del puerto holandés de Curaçao, donde se encuentra un cuartel de la OTAN. Esto le permitirá mover un casillero en la puja ruso-norteamericano ya visible en Asia Central y el Cáucaso, todo gracias a su aliado venezolano.

UN EJE INTERESADO

Desde Latinoamérica al apoyo al Kremlin fue irrestricto por parte del eje. Apoyamos a Rusia, «Este eje sólo se sostiene por intereses coyunturales, pero rememora los fantasmas de la guerra fría» estamos con Rusia y con la acción digna de Rusia, dijo Chávez el pasado 29 de agosto. Quieren rodear a Rusia. Pero ésta ya no es la Rusia de Yeltsin o la Perestroika. Rusia se puso de pie, agregó.

Su aliado, el sandinista Daniel Ortega, ha dado un salto cualitativo que coloca la política exterior de Nicaragua en enorme polémica desde el punto de vista de la comunidad internacional y de Naciones Unidas. Reconoció inmediatamente a las regiones separatistas de Georgia, Osetia del Sur y Abjasia.

Por su parte el cubano Fidel Castro, advirtió a Washington que estaba jugando con la guerra nuclear.

El eje antiestadounidense se movió rápidamente para consolidar la alianza con su socio extra continental. Los enemigos de mi enemigo, son mis amigos, pero esta vez sin un marco teórico ideológico como en la pasada guerra fría. Este eje sólo se sostiene por intereses coyunturales, pero rememora los fantasmas de la guerra fría.

Enfrentarse a Estados Unidos y el alto precio del petróleo, vital para países exportadores como Venezuela, Rusia e Irán, son el sustento de esta heterodoxa alianza pergeñado desde varias metrópolis, pero que tiene en la primera línea mediática, al menos en América Latina, al presidente venezolano.