netanyahuobama.jpgQuien resulte electo en los comicios de febrero en Israel, tendrá que lidiar con los problemas socio-económicos pero sobre todo, deberá poner fin a la amenaza de los misiles disparados desde Gaza y decidir cómo actuar ante el peligro de Irán. Entienda por qué el israelí medio, una vez ante las urnas, sentirá que su presente y su futuro están en juego, dice la autora.

(Desde Jerusalén) LOS ISRAELÍES IRÁN EL 10 DE FEBRERO del año entrante a las urnas a elegir un nuevo gobierno. El espectro político nacional está abocado a la preparación de las elecciones, pero ello no deja de lado la necesidad de seguir lidiando con varios desafíos en el plano de la seguridad.

Al contrario: lo álgido de los temas que preocupan a todos los israelíes, se destaca aún más y las discusiones sobre paz y seguridad, no hacen menos que agudizarse precisamente por la proximidad de las elecciones.

POLÍTICA INTERNA, POLÍTICA EXTERNA

En los años 70, cuando el entonces Secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger llevaba a cabo su shuttle diplomacy en Oriente Medio, especialmente entre Israel y Egipto, una frase acuñada por él quedó grabada para siempre: En Israel no hay política exterior, sólo política interna. Con ello daba a entender que a su criterio, las decisiones de los distintos gobiernos israelíes eran adoptadas mirando hacia adentro, al tomar en cuenta los líderes cómo sus diferentes actitudes serían interpretadas por la ciudadanía israelí, o sea por su electorado.

«Probablemente Israel sea el país en el que más se analizó si la elección de Obama como presidente de Estados Unidos es buena o no para su seguridad» Claro está que el fenómeno existe en toda democracia en la que a los gobernantes realmente les importa lo que pensarán sus ciudadanos, sabiendo que ello incidirá en su votación. Israel no es en absoluto la excepción. Sin embargo, la realidad en la que vive Israel, buscando aún la fórmula que le permita vivir en paz con sus vecinos, parece imponerle de hecho, una situación inversa a la descripta por Kissinger. En Israel parecería que los temas de política exterior son de hecho los centrales en la agenda interna de cada partido.

Problemas socio-económicos, reivindicaciones de trabajadores, desafíos en el plano que suele llamarse interno, aparecen en los debates preelectorales en Israel. Pero no son ellos los que determinan el resultado. Bien saben los israelíes que lo que determinará en general el desenlace del acto electoral, será la visión de la ciudadanía respecto a lo que cada candidato sugiere en términos de seguridad, del proceso de paz y cómo resolver las contradicciones entre la necesidad de negociar por un lado y de no desprotegerse, por otro.

Probablemente Israel sea el país en el que más se analizó si la elección de Barack Obama como presidente de Estados Unidos es buena o no para su gente y para la seguridad de Israel, si es confiable en cuanto a cómo tratar a Irán que busca poderío atómico y amenaza la existencia de Israel.

AGENDAS Y COALICIONES

«En caso que el preferido sea Kadima y no el Likud, el socio más natural de Livni parecería el partido laborista de Ehud Barak» Al llegar el momento de armar coalición de gobierno, los socios serán tomados más que nada de acuerdo a lo que se supone podrá permitir un trabajo en conjunto en lo relacionado a los temas claves con los que lidia Israel: paz y seguridad.

Es por eso que, por ejemplo, al haberse llevado a cabo las elecciones internas en el partido Likud, que concluyó con una lista de candidatos considerada por los analistas como más hacia la derecha que el propio jefe Benjamin Netanyahu, una de las principales preguntas planteadas en los medios fue si acaso el partido Kadima de la Canciller Tzipi Livni podría trabajar con él.

Dado que Livni está identificada con el esfuerzo por lograr un acuerdo con los palestinos –aunque en forma cautelosa– y que la nueva lista del Likud incluye numerosos nombres de políticos considerados de línea dura, ya se plantea que eso complicaría la posibilidad de que trabajen juntos. Quizás de todos modos sería más que difícil concebirlo, especialmente dado que no pocas de las figuras centrales de Kadima, eran antes miembros del Likud. Sea como sea, en caso que las encuestas estén equivocadas y que el preferido sea Kadima y no el Likud, el socio más natural de Livni parecería el partido laborista encabezado por el hoy ministro de Defensa Ehud Barak.

LOS NÚMEROS

Tras una constante supremacía de Tzipi Livni al frente de Kadima, en todos los sondeos, durante mucho tiempo, el Likud de Netanyahu es ahora el preferido.

Según las nuevas encuestas, el Likud recibiría hoy 36 escaños, Kadima 27 y el laborismo, en continuo deterioro, 11 ó 12.

La ventaja en favor de Netanyahu continúa ampliándose. Y el hecho que el laborismo parece estar por estrellarse, requerirá análisis profundos separados, de confirmarse, ya que es imposible olvidar que el laborismo fue el partido que gobernó Israel durante sus primeros 29 años sin que nadie logre sacarle del poder. Eso parece imposible hoy de recuperar….

Y A PESAR DE TODO…

La cercanía de los comicios generales, influye en el diario lidiar con los problemas de Estado.

«La población ya no sabe si no se actúa ahora en forma decidida contra Hamas porque tampoco lo hicieron antes o porque hay elecciones» En los últimos días ha habido un intercambio de acusaciones –disfrazadas a veces con términos diplomáticos– entre la canciller Livni y el titular de Defensa Barak, a raíz del evidente desmoronamiento de la tahdia y el hecho que en medio de la supuesta tregua, radicales palestinos disparan desde Gaza un promedio de 215 cohetes por mes hacia Sderot y localidades agrícolas aledañas a la Franja palestina.

Hay que actuar, tomar medidas, esto no es una tregua, dijo Livni aclarando que ella actúa en el plano de la diplomacia exterior, con lo cual dio a entender que quienes no hacen su trabajo son otros. Barak respondió que el operativo no se escapa y que hay que actuar con responsabilidad y criterio.

A esta altura, dado que los cohetes comenzaron a caer en Israel en enero de 2001 pero no se detuvieron al salir Israel de Gaza en agosto-septiembre del 2005 sino que desde entonces no hicieron más que incrementarse, la población ya no sabe si no se actúa ahora en forma decidida contra Hamas porque tampoco lo hicieron antes o porque hay elecciones.

FUTURO EN JUEGO

Quien resulte electo en los comicios de febrero, tendrá que lidiar con los problemas socio-económicos pero más que nada, deberá poner fin a la amenaza de los misiles disparados desde Gaza y decidir cómo actuar ante el peligro de Irán. Los intensos debates que tienen lugar estos días sobre las jubilaciones de la ciudadanía y cómo protegerlas, han ocupado amplio espacio en todos los medios locales. Pero en general, cuando el israelí llegue al día de las elecciones y se presente a votar, sentirá que su presente y su futuro están en juego, ante todo, por la problemática de seguridad.

También esta vez, al decidir, pensarán en Netanyahu prometiendo que continuará negociando con los palestinos, en Livni asegurando que ella lo hará mejor, en los cohetes que caen en Sderot, en la respuesta israelí al cerrar todos los pasajes fronterizos con Gaza lo cual complica sobremanera la situación interna en dicha zona, en las amenazas genocidas de Mahmud Ahmadinejad contra Israel y en quién mejor se llevará con Barack Obama, al que cualquier primer ministro israelí querrá tener como fiel aliado.