Cómo será el capitalismo de la postcrisis
Pistas para comprender el cambio social que viene
La información ha sustituido al capital como generador de riqueza. El verdadero poder estará en la innovación, en la tecnología, en los servicios avanzados y en las altas finanzas.
(Desde Madrid) TRAS CADA CRISIS, hay fuertes cambios sociales proporcionales a su gravedad. Aún no sabemos en qué dirección irán y qué profundidad tendrán esos cambios, pero ya hace tiempo que estamos recorriendo un camino que no sabemos dónde nos lleva. Un camino, no obstante, lleno de pistas que nos pueden orientar para encontrar la dirección correcta. Distinguirlas entre la confusa situación en que vivimos puede ayudarnos a salir indemnes de esta travesía y prever la nueva sociedad hacia la que nos encaminamos. Y es que esta crisis no es sólo una crisis económica: es un cambio de paradigmas sociales.
«Uno de los emblemas de esta sociedad informacional es el acceso fácil y barato a la tecnología, sobre todo la que afecta a la comunicación»
El elemento básico, y que se suele perder de vista, es que ya no vivimos en una sociedad industrial. Como señalan Gaggi y Narduzzi, «en el área OCDE en 2004 –los países más desarrollados del planeta–, el 71,2 por ciento de los empleados trabajaba en el sector terciario, frente a un 3,9 por ciento que lo hacía en la agricultura y un 24,9 por ciento que lo hacía en la industria». En este sentido, en 2007 el vicepresidente chino declaró en el foro de Davos que «el verdadero poder lo da la innovación, las nuevas tecnologías, los servicios avanzados y las altas finanzas», lo que supone un reconocimiento de las limitaciones de la aparentemente ilimitada capacidad china de crear riqueza basándose en la industria.
La sociedad postindustrial que anunciaban Daniel Bell o Alain Touraine a finales de los años sesentas del pasado siglo ya está aquí: la información ha sustituido al capital como generador de riqueza. No vivimos, por tanto, en una sociedad industrial, sino en una sociedad que por analogía morfológica podemos llamar «informacional».
LA CRISIS DE LOS MEDIOS
Uno de los emblemas de esta sociedad informacional es el acceso fácil y barato a la tecnología, sobre todo la que afecta a la comunicación. Al aumentar las posibilidades de comunicación entre los individuos, hasta niveles nunca experimentados por la especie humana y a un coste bajísimo, han aparecido algunos elementos imprescindibles para nuestro análisis. El primero es la posibilidad real de que el individuo sea oído: cualquier persona puede convertirse en un generador de ideas, información o conocimiento compitiendo, incluso, con los medios de comunicación tradicionales que hacían, hasta ahora, la misma función. Aunque principalmente se achaque a la falta de publicidad, este hecho está teniendo un papel muy importante, aún sin estudiar, en la actual crisis de los medios de comunicación.
«La red permite al individuo tener más radio de acción que nunca para organizarse y luchar por intereses concretos»
Otra elemento a considerar es la creciente importancia de la comunidad (entendida como red de individuos). Tanto es así que algunos, como el sociólogo Manuel Castells, han bautizado a esta sociedad como «sociedad red» (frente a la «masa» de la sociedad industrial). El éxito de las redes sociales, inesperado para sus propios gestores, es sólo una consecuencia lógica de una sociedad en la que las herramientas de comunicación son abundantes y casi gratuitas. El ser humano sólo se explica en el seno de un grupo (como ya explicara Carlos Marx) y tiende a generarlo en cualquier contexto en el que coincidan unos cuantos individuos. Aunque parezca paradójico, la comunidad informacional, la red, permite al individuo tener más radio de acción que nunca para organizarse y luchar por intereses concretos lo que provoca que «lo macro», la teoría, pierda importancia frente a «lo micro», la experiencia de los individuos.
TODO POR EL PRESTIGIO
Mientras que el capitalismo pudo proveer de bienes y servicios esenciales a los ciudadanos, el sistema fue útil, pero al tener todas las necesidades cubiertas, fue necesario convertir a los ciudadanos en consumidores superfluos que, en lo que a política se refiere, se limitaban a hacer lo que hace cualquier consumidor cuando un producto no le gusta: no entrar a la tienda a comprar, es decir, no votar. Era «el fin de las ideologías», según algunos, pero, en realidad, no habían muerto «las ideologías», sino «algunas ideologías»: las relacionadas con la era industrial.
«La lucha social va a moverse teniendo en cuenta nuevos factores. El tiempo, y su gestión, será uno de ellos»
En el futuro inmediato, la lucha social va a moverse teniendo en cuenta nuevos factores. El tiempo, y su gestión, será uno de ellos. El individuo, una vez conseguido, como decíamos, lo esencial para vivir es más consciente que nunca de que no quiere invertir más tiempo trabajando para adquirir bienes superficiales (lo que, por cierto, está mucho más cerca de Kropotkin que del pensamiento marxista). En dicho tiempo, el objetivo principal es buscar reconocimiento de la comunidad.
Autores como Pekka Himanen han explicado claramente cómo el prestigio obtenido por nuestras acciones se convierte en una recompensa más que suficiente. Las cosas que nos gustan las hacemos por mucho esfuerzo que conlleve y por poco o nada pagada que esté; la motivación intrínseca, es decir, la pasión, es el motor que hace avanzar la sociedad informacional, como lo era la remuneración en la industrial.
NECESIDAD DE GUÍAS
Esto está conllevando ya la aparición de lo que David de Ugarte ha dado en llamar la «oligarquía participativa», una nueva clase social en la que se ingresa por el valor del trabajo intelectual realizado, al estilo de los hackers, y en la que no tiene valor el origen social, la raza, la religión o el sexo. A los miembros de esta oligarquía sólo les mueve el afán de prestigio dentro de su comunidad no la pertenencia a un partido o empresa concreta, valen tanto como lo valgan sus acciones. De alguna manera, se trata de una recuperación del (católico) valor de la obra, frente al capitalismo protestante que enunciaba Max Weber.
«El tiempo y una nueva jerarquía social, pero también el «pleno desempleo» o la ciudadanía frente a la nacionalidad, son, por ejemplo, conceptos que los políticos deben incluir en su discurso y pensamiento con urgencia»
Saber que no podemos basar la economía en la producción, que el individuo tiene más acceso que nunca a los medios de comunicación –lo que le permite un mayor control de los gobiernos y un mayor margen de cooperación–, conocer que el discurso político no puede seguir manejando aparentemente conceptos del siglo XIX para diseñar el XXI, que los objetivos de la lucha social son otros. El tiempo y una nueva jerarquía social, pero también el «pleno desempleo» o la ciudadanía frente a la nacionalidad, son, por ejemplo, conceptos que los políticos deben incluir en su discurso y pensamiento con urgencia si quieren entender y conducir las transformaciones de esta sociedad.
«Ahora son los líderes políticos, como guías a los que la sociedad se encomienda, lo que tienen que ser capaces de conducirnos indemnes a un paisaje social nuevo»
En definitiva, en estos tiempos de cambio, necesitamos buenos guías que sepan encontrar el camino. Algunos hitos ya están ahí, marcándonos el sendero, ahora son los líderes políticos, como guías a los que la sociedad se encomienda, lo que tienen que renunciar a los antiguos mapas de la era industrial y ser capaces de conducirnos indemnes a un paisaje social nuevo que nadie, ni ellos ni nosotros, aún conoce.
- Comunicación y "periodismo ciudadano" en la era de Twitter
por Juan Antonio Sacaluga
Publicado por:
ana
fecha: 11 | 05 | 2009
hora: 3:49 pm
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Totalmente en desacuerdo ,si planean eso es totalmente inconsistente.
La comunicaciòn ES SOLO UN MEDIO NO UN FIN EN SI.
No comemos ,ni satisfacemos nuestros anhelos espirituales de la comunicaciòn.Esta es solo nuestro servidor para trasmitir o recibir lo que deseamos.
De la calidad de lo que se trasmita va a depender el mundo futuro.
También del grado de libertad que tengan los individuos para realizarse.
Mientras las crisis ,como se està viendo, sean provocadas por intereses guiados por una cierta inteligencia malèfica para poder»subrepticiamente»beneficiar a otra inteligencia maléfica SIEMPRE EN ESTE SIGLO SE ENCONTRARAN CON UNA SUPERIOR A ELLAS Y CORRERAN MALA SUERTE.De nada valdràn ,incluso los prestigios ,si no responden a las reales necesidades del ciudadano comùn.
Publicado por:
Francsco García Gabarra
fecha: 12 | 05 | 2009
hora: 4:16 pm
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Interesante artículo. Convendría explicar lo de «pleno desempleo».
Publicado por:
Carlos Fallas
fecha: 12 | 05 | 2009
hora: 7:06 pm
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Buen artículo, entiendo la posibilidad del cambio económico, aunque no me queda claro el efecto político, más allá de las tribus digitales que pueden llegar a tener una presencia importante. Creo que se queda un poco de lado el hecho de que las posibilidades de comunicación que señala el artículo, se limitan principalmente a un sector de la población que tiene acceso a esta, buena parte de la población mundial vive en un etapa premoderna; económica, política y socialmente.
Publicado por:
Dr Vicente G. Santos
fecha: 12 | 05 | 2009
hora: 7:37 pm
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El Capitalismo de la post-crisis tendrá un color similar al posterior de la Crisis de 1929, pero con una gran diferencia: la sociedad de hoy es bien distinta, la economía no puede ser la misma anterior a la II Guerra Mundial, las tecnologías son revolucionarias o muy evolutivas y han cambiado los campos de acción y horizontes. Quiero recordar la síntesis de Bill Gates en el triángulo del bienestar y progreso que estamos viviendo en el Siglo 21, a saber: el Ordenador (PC), Internet y el teléfono móvil. Por otro lado, la formación de los universitarios y profesionales que antes no existían y hoy cubren otros objetivos. Las formas de pensamiento también son muy distintas.
En una palabra, La llamada Edad Contemporánea merece un aditivo para señalar que el Siglo 21 está influenciada por los progresos que en la década de los 70 del siglo pasado, Alvin Toffler señaló en su libro «El Shock del Futuro»: el mundo estaba cambiando y llegaría a mostrar otro horizonte, pero ya con un terreno que exigiría otros procedimientos, otros ejercicios pragmáticos precisamente para incrementar el bienestar y expansión de todos los pueblos, aplicando los Derechos Humanos que fuesen respetados por todas las naciones hacia sus ciudadanos que en definitiva son seres humanos y merecen un trato muy mejorado al que se venía disfrutando.
A mi juicio, la palabra Capitalismo ha quedado modificada por cambios formados por la evolución. La Economía de Libre Mercado no quiere decir que debe ser abierta sin controles y límites. La Crisis Financiera actual muestra defectos y actitudes profesionales que no debieron haberse ejercido. Los famosos fraudes pueden evitarse. Para ello, existen métodos de Control Interno y Auditoría, tanto externa como interna, así como la gestión empresarial para limitar al mínimo las posibilidades de que dineros del Pueblo vayan a parar a otros bolsillos de explotación. A veces «el costo de vida» necesita la ayuda de cierto control gubernamental, relativo a precios en productos de la Cesta diaria, que impactan en el Costo de Vida (IPC). Hay países en que la Economía del Intermediario encarece el costo de vida del pueblo. No olvidemos que no hay empresa que pueda competir con la Nación o País que pueda intentar el bienestar de sus ciudadanos como si fuesen accionistas de la Gran Empresa, en este caso, el Estado. El salario del accionista siempre responde al dividendo de su aporte a la Empresa en que participa con interés.
Yo particularmente creo que el Estado, en nombre del Pueblo, debe velar por sus bienes e intereses humanos. El error craso de los estados totalitarios o pseudo-democráticos radica en aplicar firmemente por conveniencia y dictadura que los fondos (el dinero, money, d’argent, die münze, il danaro, etc) sean controlados por el Estado, cuando deben compartirse en su gestión con el sistema democrático – el más convincente y aceptable – aunque aún presenta aspectos mejorables, ya que el progreso demanda mejores gestiones, interés colectivo y voluntades llenas de interés.
Buena suerte. Saludos,
Vicente G. Santos
Publicado por:
Tora Tora
fecha: 12 | 05 | 2009
hora: 11:45 pm
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Si el artículo es excelente, también muy buenos los comentarios. Se trata del cambio a un nuevo sistema, pero no repetitivo de los patrones de antes, sino apuntando a ese nuevo futuro.
Pero, es particularmente importante ante la crisis de valores, entre ellos espirituales. Las actuales religiones, que son las de siempre, anda inmersas en luchas caducas, en guerras sin sentido que no tienen nada que ver con el conocimiento actual que se tiene del hombre y su entorno. Por lo cual es importante introducir más que nunca el espíritu de la ciudadanía. Toda profesión tiene su código ético, otra cosa es que se cumpla, la economía no. Hemos estado demasiado inmerso en una economía sin ética, todo vale ante un único fin la producción, el consumo, y la cuenta final. Llevándonos a un consumo por el consumo, sin lógica. La producción ha dejado de estar al servicio del ciudadano, de mejorar la calidad de vida. Y si más interesada en el consumo desacerbado con un único fin el aumento del capital.
La especulación y el dinero rápido y fácil nos ha llevado a un sistema económico fantasma, sin bases sólidas. Y ante la crisis poco dispuesto a mojarse. Pero sí exigiendo esfuerzos en las bases sociales. Muchas de ellas grandes logros humanos del siglo pasado.
Poco dadas a arriesgar mucho, y más a aprovechar la situación para mejorar sus ingresos, aunque suponga perder esos logros sociales para ellos innecesarios. Pero sí muy necesarios para los más desprotegidos. Basando sus críticas en los defectos que dichos sistemas padecen, pero no para mejorarlos, sino para acabar con ellos.
Padecemos un sistema económico poco solidario, pero si muy exigente con los más desfavorecidos.
Publicado por:
Mariano Erro
fecha: 13 | 05 | 2009
hora: 1:11 am
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Mucho más rápido.
Las generaciones actuales usan cualquier «gadget» electrónico como quien se quita y o se pone un sombrero…
Publicado por:
Juan
fecha: 03 | 07 | 2009
hora: 3:22 am
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debemos trabajar en serio, no ser parásitos, para superar de verdad las crisis, estamos sentados sobre la complacencia, sin hacer sacrificios, sin sudar, si no cambiamos la mentalidad, nos vamos al hoyo todos, ricos y pobres.
Publicado por:
ana
fecha: 05 | 02 | 2010
hora: 6:56 pm
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JORGE:por un por si acaso ,se corrieron los hilos de la red?.