hugochavezffaaLa escalonada militarización de la sociedad y el Estado venezolano es uno de los objetivos fundamentales del gobierno del presidente Hugo Chávez. El proceso de ideologización es claro y abierto.

LA ESCALONADA MILITARIZACIÓN de la sociedad y el Estado venezolano es uno de los objetivos fundamentales del gobierno del presidente Hugo Chávez. Las Fuerzas Armadas dejaron de ser apolíticas y de estar al servicio del Estado. Hoy padecen un constante adoctrinamiento ideológico-político, en función del modelo socialista que impone el presidente y su partido.

«Chávez sostiene en sus discursos que las Fuerzas Armadas son hoy, y cada día que pasa más, profundamente revolucionarias, antiimperialistas, socialistas y populares»

Militares en actividad y retirados son parte esencial en el proyecto político de Chávez. Miles ya han copado la administración de la sociedad civil bajo las órdenes del gobierno, con una impronta militarista. Se trata de una nueva forma de pretorianismo, donde se mantienen las formas de la legalidad democrática, pero de alguna manera implica entregar al estamento militar el ejercicio determinante del poder que debería recaer enteramente en las organizaciones políticas y sociales de la sociedad, en los civiles.

ANTIIMPERIALISTAS, REVOLUCIONARIAS Y SOCIALISTAS

El presidente Chávez definió a las Fuerzas Armadas como «antiimperialistas, revolucionarias y socialistas», bajo la consigna «Patria, Socialismo o Muerte» entre sus filas, en el marco de un progresivo y acelerado cambio ideológico. La consigna «Patria Socialismo o Muerte» fue adoptada en mayo de 2007 por los militares venezolanos, como simbólica expresión para todos sus actos oficiales, pero principalmente para saludar a Chávez en su condición de comandante en jefe. Por cierto, «Patria o Muerte» y «Socialismo o Muerte» son consignas que ya había implantado su mentor político, el veterano líder cubano Fidel Castro, para el régimen isleño. La influencia del gobierno comunista cubano es una constante y es bien recibida por Caracas. Buena parte de los nuevos oficiales de las Fuerzas Armadas venezolanas realizan sus cursos en La Habana, en el marco de la estrecha alianza entre ambos gobiernos.

«Según Teodoro Petkoff, Chávez busca controlar la sociedad y blindar su poder personal con una estrategia que va buscando un escalón de conflictos administrables políticamente, hasta llegar a la transformación de las FFAA en un partido político»

El proceso de ideologización es claro y abierto. El presidente no lo ha ocultado en ningún momento. En 2002 dijo en una cadena de radio y televisión: «comenzó realmente la revolución antiimperialista y socialista en Venezuela». Sin embargo, esta ofensiva doctrinal es parte de un proceso coherente y planificado desde 1992 por el hoy máximo jefe militar de ese país.

Según afirman sus biógrafos, en 1983, Chávez –admirador del general nacionalista peruano Velasco Alvarado– tomó contacto con el ex guerrillero Douglas Bravo, que tras el fracaso de la lucha armada alentada por Fidel Castro en Venezuela en los años sesenta, llegó a la conclusión de que el triunfo de una revolución socialista no podía realizarse sin el apoyo de las Fuerzas Armadas.

TRANSFORMACIÓN EN UN PARTIDO POLÍTICO

Chávez sostiene en sus discursos que las Fuerzas Armadas son hoy, y cada día que pasa más, profundamente revolucionarias, antiimperialistas, socialistas y populares. Así las define en total consonancia con su proyecto personal y político, tras continuar en el poder durante varios períodos de gobierno gracias al voto de la mayoría de los venezolanos.

Por el camino, han quedado oficiales que no responden a la línea política del presidente. El que se ha opuesto a la politización de las Fuerzas Armadas y al proyecto revolucionario socialista ha sido apartado de sus filas, de muchas formas.

Según el ex guerrillero venezolano, Teodoro Petkoff, director del diario Tal Cual, Chávez busca controlar la sociedad y blindar su poder personal con una estrategia que va buscando un escalón de conflictos administrables políticamente, hasta llegar al más importante de todos: «La transformación de las Fuerzas Armadas en un partido político».

A LA BÚSQUEDA DE INCONDICIONALES

El presidente Chávez, dio instrucciones en 2001 a la Dirección de Inteligencia Militar de identificar y clasificar a los oficiales de las FAN en «revolucionarios», «institucionalistas» y «disidentes» con el fin de poder decidir quién podía ascender y quién debía ser sometido a procesos de «ideologización». Buscaba incondicionales.

«El régimen dispone también de esta forma un modo eficaz de ejercer el control político sobre un sector importante de la población, en especial de la juventud»

Obviamente, todo este proceso ha desencadenado varias purgas entre los altos mandos y ha enviado a por lo menos un millar de altos oficiales a sus casas, con el argumento de que no han mostrado suficiente lealtad al régimen. La larga y constante estrategia chavista ya ha hecho mella en la unidad corporativa de la institución.

El presidente quiere y necesita transformar y moldear a las Fuerzas Armadas venezolanas en función de sus intereses políticos. Por eso, su proyecto pretoriano tiene otros elementos necesarios para consolidar su hegemónico pensamiento único.

MILICIAS POPULARES

Chávez, quien creó en 2005, tres años después de sufrir un golpe de Estado protagonizado por militares insubordinados, un comando general de reservistas, hoy convertido en milicia popular, tiene en este cuerpo un verdadero aparato armado para su partido, y para controlar y dar una respuesta rápida en la base de la sociedad, ante enemigos internos o externos.

«La teoría de la guerra de todo el pueblo para la defensa del socialismo del siglo XXI, está presente en la estrategia de Chávez»

El régimen dispone también de esta forma un modo eficaz de ejercer el control político sobre un sector importante de la población, en especial de la juventud, e imponer la disciplina social mediante el trabajo comunitario, el uso del tiempo libre y el adoctrinamiento ideológico sistemático.

La teoría de la guerra de todo el pueblo para la defensa del socialismo del siglo XXI, está presente en la estrategia de Chávez, quien fue educado en los cuarteles antes de intentar llegar al poder a través de un golpe de Estado contra el presidente socialdemócrata Carlos Andrés Pérez.

GUERRA POPULAR PROLONGADA

Esta concepción integral que busca sumar a militares y civiles es, por lo tanto, consecuencia de las teorías militares sobre la «guerra popular prolongada» de Mao Tse Tung, Ho Chi Minh y Vo Nguyen Giap, y «la guerra de todo el pueblo» en Cuba.

«Según altos oficiales del gobierno venezolano, esperan alistar para 2013 a unos 15 millones de venezolanos en todas las estructuras armadas. Allí confluiría una sociedad militarizada por Fuerzas Armadas politizadas y leales al proyecto de Chávez»

Librar una guerra asimétrica daría paso a la guerra de guerrillas, al uso del terrorismo, la contrainsurgencia, la guerra sucia o la desobediencia civil, son algunos de los elementos que consideran los nuevos manuales para los militares y las milicias chavistas.

El alistamiento de los milicianos se hace a través de un programa del gobierno. Esta milicia depende directamente del presidente con la asignación de un presupuesto propio, lo que posibilita que esta organización se constituya como una nueva fuerza, además del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea.

COMPRA DE ARMAS RUSAS

La preparación militar específica, además de otros trabajos sociales que realizan, se concentra en el uso de armas individuales, en la instrucción de morteros, explosivos, operaciones psicológicas, operaciones especiales, comunicaciones, francotiradores, cursos de formación de oficiales y suboficiales, según se verifica en anuncios realizados públicamente. La compra de armas del gobierno venezolano ha sido una constante en estos últimos años, especialmente de procedencia rusa, para esta nueva estructura fiel al régimen.

«El presidente Chávez ha dado muchas muestras que querer un país en armas. Siempre que estén de su lado»

Si lo comparamos con el modelo de defensa cubano, implementado desde hace muchos años por Fidel Castro, encontramos varias semejanzas. En este caso las Milicias de Tropas Territoriales y el Ejército Juvenil de Trabajo forman parte integral de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, las que además cuentan con el apoyo de las Brigadas de Producción y Defensa que complementan el poder militar en caso de guerra y tienen misiones específicas asignadas dentro del planeamiento operacional.

Según altos oficiales del gobierno venezolano, esperan alistar para 2013 a unos 15 millones de venezolanos en todas las estructuras armadas. Allí confluiría una sociedad militarizada por Fuerzas Armadas politizadas y leales al proyecto de Chávez.

EL EJEMPLO CUBANO

El presidente Chávez ha dado muchas muestras que querer un país en armas. Siempre que estén de su lado. El partido de gobierno, como lo ha informado la prensa, arma a grupos civiles organizados para hostigar y romper las manifestaciones pacíficas de la oposición. La inspiración, confesada por Chávez, surgió de los llamados «batallones de la dignidad» del dictador panameño Manuel Noriega, que está hoy en prisión acusado de narcotráfico, entre otras causas.

«Tras la incorporación de las Milicias Bolivarianas, integrado por la Reserva y la Guardia Nacional,  se da un paso más para la concreción del llamado ejército revolucionario, siguiendo con ello el modelo cubano»

Pero la experiencia cubana está sobre la mesa a la hora de tomar decisiones en Caracas. La influencia cubana también llegó a los llamados Círculos Bolivarianos de la mano de los Comités de Defensa de la Revolución, pese a no ser idénticos. En primer lugar, por su tipo o modelo estructural organizativo, son dos modelos diferentes. Pero si tienen algo en común que es una manera de organizar el pueblo, para apoyar el proyecto revolucionario en forma ideologizada al extremo. Ambos son vehículos de procesos revolucionarios, que buscan el control de la oposición o la disidencia.

GOBIERNO DE LEALES Y ADOCTRINADOS FUSILES

Desde la irrupción de Chávez en la política venezolana, muchas son las organizaciones de choque –armadas o no– creadas, reformadas o fusionadas por su gobierno. La danza de nombres ha sido constante. Pero todas las estrategias están destinadas a tener unas Fuerzas Armadas socialistas en el marco de la nueva alianza cívico-militar. Un pilar fundamental para su hegemonía.

«Mientras ese pretoriano modelo cívico-militar se consolide, el presidente Chávez –que puede ser reelegido ininterrumpidamente–, podrá gobernar seguro bajo la sombra de sus leales y adoctrinados fusiles»

Tras la incorporación de las Milicias Bolivarianas, integrado por la Reserva y la Guardia Nacional, a las Fuerzas Armadas de Venezuela, se da un paso más para la concreción del llamado ejército revolucionario, siguiendo con ello el modelo cubano, bajo la consigna defensa nacional popular integral.

La abolición de las clásicas Fuerzas Armadas está en marcha y darían paso a un nuevo ejército surgido de las milicias revolucionarias socialistas, y cuya única lealtad es hacia la nueva clase gobernante. Según dijo Chávez, «el pueblo es al ejército como el agua al pez. Eso es Mao».

Mientras ese pretoriano modelo cívico-militar se consolide, el presidente Chávez –que puede ser reelegido ininterrumpidamente–, podrá gobernar seguro bajo la sombra de sus leales y adoctrinados fusiles.