A 20 años de los graves sucesos de Tiananmen, muchos de los problemas que motivaron la protesta estudiantil en China –parasitismo burocrático, deterioro de la educación, corrupción y privilegios— persisten hoy.
(Desde Beijing) AHORA QUE SE CUMPLE el vigésimo aniversario de los graves sucesos de Tiananmen, es oportuno recordar que el PCCh siempre se ha cuidado de mimar especialmente a los estudiantes.
«¿Que reivindicaban los estudiantes en 1989? La movilización nació como una expresión de tributo a la memoria de Hu Yaobang, principal inspirador de la reforma urbana iniciada en 1984»
El pasado 4 de mayo, el presidente Hu Jintao, al visitar la Universidad de Agricultura de China en Beijing, hizo un nuevo llamamiento a su compromiso con el patriotismo. El Partido Comunista ha establecido un peculiar culto de los estudiantes, a quienes siempre ha ensalzado como una vanguardia progresista de la lucha política. El llamado «espíritu del 4 de mayo» (1919) está en el origen de la revolución de la nueva democracia y de la fundación del propio Partido (1921). En consecuencia, una movilización crítica con sus aduladores constituye siempre algo más que un toque de atención; es una expresión de desaprobación en toda regla.
LA SIGNIFICACIÓN POLÍTICA
En China es muy grande la significación política de la protesta estudiantil. A la tradicional y elevada consideración social de la educación (la relación maestro-alumno solo es superada en importancia por la paterno filial), hay que sumar la trascendencia política de las movilizaciones estudiantiles. Sucesos clave en la historia contemporánea china han venido marcados por alguna revuelta universitaria. Como ya se señaló, así ocurrió el 4 de mayo de 1919, cuando los estudiantes se movilizaron contra la humillación infringida a China por las grandes potencias en la Conferencia de París; o en 1976, cuando millón y medio de personas recordaban en Tiananmen los tres meses del fallecimiento de Zhou Enlai para luego iniciar la definitiva derrota de la Banda de los Cuatro; o en el invierno de 1986-87, precipitando la caída de Hu Yaobang, el primer elegido de Deng Xiaoping.
En 1989, por añadidura, se registró una creciente participación ciudadana y obrera que dio origen al Sindicato Autónomo Unido, agravando así la preocupación de un régimen que fundamenta buena parte de su legitimidad en el apoyo y representatividad de dicho cuerpo social.
«¿Nada se ha movido desde entonces? En apariencia, el gobierno chino se mantiene inflexible en cuanto a la tipificación «contrarrevolucionaria» de aquel movimiento»
Tampoco es fruto de la casualidad que fueran los estudiantes el principal referente de la movilización contra el bombardeo de la embajada china en Belgrado o contra el repunte militarista en Japón, contra el boicot a los JJOO o a favor del boicot a los productos franceses en penalización del apoyo de París a las reclamaciones tibetanas.
EL PARASITISMO BUROCRÁTICO
¿Que reivindicaban los estudiantes en 1989? La movilización nació como una expresión de tributo a la memoria de Hu Yaobang, principal inspirador de la reforma urbana iniciada en 1984 y condenado al ostracismo por el Partido tres años después. Muchos admiraban la integridad de Hu, un hombre pequeño –medía 1,58 cm-«que incluso detentando el más alto cargo del Partido no llegó a crecer un solo centímetro», se decía; algo, ciertamente poco frecuente entre los dirigentes. Mientras Hu vivió siempre en una modesta casa, Li Peng, por ejemplo, residía en el «Pabellón de las Luces Violetas», en Zhonganghai, el Kremlin chino. La protesta estudiantil, al menos inicialmente, iba dirigida contra el parasitismo burocrático, el deterioro de la educación, el mal funcionamiento general del sistema, pero, sobre todo, contra la corrupción, los privilegios y la doble moral. No fue, nadie se engañe, una exhibición de abierta oposición al régimen y de reivindicación de una democracia de corte occidental; más bien se trataba de una demanda pacífica, sentida y contundente de profundización y regeneración democrática.
«Aunque el régimen pueda efectivamente seguir ganando tiempo hoy jugando la carta nacionalista, no podrá eludir su responsabilidad histórica»
Desde el exterior, dos han sido las principales interpretaciones de lo sucedido. Según la más extendida, Zhao Ziyang, líder del grupo liberal reformista y partidario del diálogo con los estudiantes, debió ceder ante la presión de Li Peng y el bloque conservador-militar. La represión obedecería a una estrategia calculada, cuya finalidad no podía ser otra que acabar con la insurrección sin regatear el precio. Según otra, Zhao Ziyang no sería tan santo (como ahora pretende con sus Memorias) y con la inestimable ayuda de su secretario particular, Bao Tong, habría intentado manipular en beneficio propio la protesta estudiantil, con el objetivo de reavivar una carrera política cada vez más opacada por una gestión económica farragosa. La matanza se habría producido como consecuencia del desconcierto, el caos, y la estupefacción de unos dirigentes que nunca habrían imaginado darse de bruces con la resistencia estudiantil. En suma, que el «puñado de conspiradores» se encontraba en las sedes gubernamentales y no entre los huelguistas que ocupaban la Plaza. Pero las principales víctimas de la tragedia fueron los estudiantes.
AJUSTES EN LA CÚSPIDE DEL PODER
Está fuera de dudas, en cualquier caso, que el Partido, al igual que la sociedad, se encontraba profundamente dividido ante la tesitura de cómo resolver la crisis y Deng Xiaoping debió imponer un severo cierre de filas, seguido del inevitable reajuste en la cúspide del poder. Los cambios no comportaron, como al principio se sugería, modificación alguna del rumbo iniciado en 1978. Sorprendentemente, el impacto de las movilizaciones resultó prácticamente nulo en las zonas más desarrolladas del país, los llamados «oasis capitalistas», en los que, en teoría, un mayor nivel de riqueza y de libertad económica debería servir de acicate y fundamento para exigir con empeño la que Wei Jinsheng llamó la quinta modernización (democracia política).
¿Nada se ha movido desde entonces? En apariencia, el gobierno chino se mantiene inflexible en cuanto a la tipificación «contrarrevolucionaria» de aquel movimiento.
«Admitiendo también que los líderes estudiantiles cometieron graves errores, los dirigentes chinos acabarán admitiendo su incapacidad para gestionar una protesta pacífica y justa»
Cierto que en Zhongnanghai han tirado conclusiones de lo sucedido, pero los problemas de fondo subsisten. En efecto, se crearon cuerpos especiales de policía para no tener que recurrir a los tanques a la hora de reprimir protestas; se mejoró el control macroeconómico de la reforma; se niveló la inflación; se puso fin a la gratuidad plena de la enseñanza universitaria para inducir en los estudiantes un mayor compromiso con el estudio; se incentivó la educación política patriótica, etc. Pero la corrupción es un magma muy difícil de erradicar en un país en el que para todo hace falta un padrino. Algunas propuestas impulsadas para atajarla no han producido los resultados deseados. El 22 de mayo, el Buró Político aprobaba nuevas regulaciones en este sentido, con el claro propósito de reforzar un mensaje a la ciudadanía: el punto al que se llegó entonces no se volverá a repetir.
Admitiendo también que los líderes estudiantiles cometieron graves errores, los dirigentes chinos acabarán admitiendo su incapacidad para gestionar una protesta pacífica y justa así como la inmensa desproporción de los medios utilizados para contenerla primero y acallarla después. Aunque el régimen pueda efectivamente seguir ganando tiempo hoy jugando la carta nacionalista, no podrá eludir su responsabilidad histórica ante tales hechos.
- Beijing ya no quiere ser el taller del mundo
por Xulio Ríos
Publicado por:
Cesar Benavides Cavero
fecha: 04 | 06 | 2009
hora: 5:01 am
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Cuando una naciòn crece y se desarrolla vienen las criticas e infundios que lanzan algunos analistas que opinan sobre lo oyen o escuchan, pero desearìamos saber a ciencia cierta cuanto de verdad hay en lo que afirman. Tengo un conocimiento diferente a lo expresado por el autor de la nota, por pertencer a la Asociaciòn Peruano China y tenemos mucha comunicaciòn con la embajada china en Perù, asi como tenemos amistad con los diplomàticos peruanos en China. Nuestra informaciòn es de primera mano y sin colores e ideologìas politicas, porque el anterior y el actual Embajador de Peru en China los conozco bien y no son diplomaticos de carrera, sino por su formaciòn cultural, social y economica han sido nombrados.Son tusanes peruanos.
Toda naciòn tiene derechoa defender su democracia, cuando hay una insurgencia que pretende desestabilizar su gobierno. Debemos recordar que sòlo nueve chinos gobiernan a màs de mil trescientos millones de chinos y que bien lo vienen haciendo y recien hay un abogado todos anteriormente han sido cientificos e ingenieros. Son los del politburò chino
Cèsar Benavides
Publicado por:
Ronald C. Stern
fecha: 04 | 06 | 2009
hora: 9:34 am
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Muy acertado artículo! – El comunismo chino sigue siendo exactamente el mismo. Lo que ha pasado es, que el capitalismo occidental se ha degenerado y de ello China saca provecho. China es parásito de la degeneración (espero momentánea) por codicia y avaricia de algunos capitalistas occidentales. La deslocalización no hubiese sido necesaria, si aquellos ‘empresarios’ que la practicaron, hubiesen desarrollado un plan a medio y largo plazo. Lo que han hecho es no contar con los trabajadores del conocimiento que tiene Occidente y ‘aprovecharse’ de forma oportunista de los – todavía existentes – proletarios chinos. En vez de realizar una revolución tecnológica verdadera a favor de los colaboradores (trabajadores del conocimiento) y los clientes, el hambre por el beneficio inmediato les ha hecho ir por el atajo del beneficio inmediato, la satisfacción inmediata del deseo visceral. Los dos ‘mundillos’ que más se han aprovechado de ello, son – por un lado – las escuelas de negocio y – por otro – el mundo financiero. Han creado pan para ayer y hambre para hoy. La mitad de los MBA son del mundo financiero. No tienen oficio, ni tienen posibilidad de empleo en el mundo real. Solo en el mundo virtual que ha desaparecido. Y China se ha beneficiado de ello, consiguiendo tecnología y medios de producción casi gratis, por los tontos de la avaricia. El régimen sigue siendo exactamente el mismo que antes, con retoques cosméticos. Un gigante con los pies de barro. No doy un duro por ellos a medio y largo plazo
Publicado por:
Carlos Fallas
fecha: 09 | 06 | 2009
hora: 5:53 am
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Sigo al señor Ríos en sus conclusiones, sin embargo si creo que China ha cambiado y mucho. La capacidad de inventarse estrategias económicas reconocidas como exitosas por el resto del concierto mundial es sin duda señal de esto, sacar a 400 millones de personas de la pobreza lo es, aunque falten 50 millones más. La capacidad de planificar el desarrollo económico es sin duda la principal característica China. Las transformaciones democráticas en los mandos medios y sobre todo locales, han ayudado en parte a combatir la corrupción, por mucho la principal tarea de los chinos. Sin duda en el mediano y el largo plazo veremos a China consolidarse cada vez más como polo económico y político. Sólo falta darse cuenta que la democracia es un sistema político entre otros.