darfur-posterTeniendo en cuenta que el procesamiento de La Haya contra El Bashir por genocidio va a ir para adelante, pues los cientos de miles de crímenes bajo su mandato y el apoyo gubernamental a los yanyawid se pueden demostrar, cabría esperar un deterioro de la ya maltrecha situación en Darfur y mayores represalias contra los internacionales. Hay también unas elecciones programadas en Sudán para este año, de cuyas condiciones para su celebración ya se duda.

Al Qaeda está revoloteando entorno a Sudán, aunque aun no presente, y hasta EEUU contempla la posibilidad de que se vea tentada por este país, pues su presencia en África se extiende por el Sahel hasta llegar al vecino Chad. Teniendo en cuenta que Sudán fue el campo de entrenamiento inicial de Bin Laden antes de que el gobierno norteamericano forzara al sudanés a echarle, y entonces se desplazó a Afganistán, tras la mejora en Iraq Al Qaeda se está desplazando a los países del Sahel. Desde la frontera sudanesa con Chad están penetrando grupos antisudaneses a librar enfrentamientos con los grupos opositores al Chad impulsados por el ejército sudanés. Este es un conflicto más que añadir a los otros tantos tipos de conflictos que vive Darfur, una guerra no declarada entre los grupos rebeldes impulsados por los ejércitos de ambos países, que se libra en torno a la frontera (teniendo a Darfur como escenario).Ambos bloques logran cruzar la frontera a un lado y otro sin dificultades, incluso los grupos chadianos han llegado hasta Kordofan norte, atravesando la vasta región de Darfur, y hoy Kordofan es otra región sudanesa caliente, vecina a la de Darfur.

Teniendo en cuenta que las fronteras en estos países son tan porosas, territorios de nadie donde prolifera el tráfico rampante de drogas, armas (a pesar del embargo que pesa sobre Sudán), seres humanos, todo tipo de criminalidad; ¿quién no pensaría también en la vecina Al Qaeda?. Podría contar con una frontera fácil de atravesar ante sí, ante la coyuntura que se abre con el procesamiento de El Bashir, con el aliciente ideológico de su cruzada contra los rebeldes cristianos. En estos contextos, cuando la situación empeora, las posiciones contra los occidentales siempre se radicalizan, y Al Qaeda es muy hábil manejando esas coyunturas.

EEUU lleva un tiempo tanteando la posibilidad del revoloteo de Al Qaeda entorno a Sudán. En Kabkabiya se ha detectado alguna presencia de iraquíes y afganos, aunque no es significativa por el momento ni se han registrado actividades organizadas. El reciente nombramiento de Gadafi al frente de la Unión Africana tampoco ayuda mucho a influenciar desde una presión regional.

Aunque guardo la duda de si Al Qaeda querría estar presente en Sudán compitiendo con otros tantos conflictos que lo habitan: la guerra no declarada entre Chad y Sudán a través de los grupos propulsados por sus respectivos ejércitos en la frontera, el conflicto de los 37 grupos rebeldes cristianos y los pro-gubernamentales, la gravísima situación de los refugiados, el conflicto por la explotación de la tierra derivado del cambio climático (que ha obligado a muchas tribus a trashumar sus pastos a otras zonas ya habitadas), la explotación de los recursos energéticos entre el norte y el sur, los atracos y emboscadas se están triplicando en el último año, junto con algunas quemas de instalaciones internacionales.

Sin embargo, Al Qaeda podría encontrar un nuevo escenario ante una frontera fácil, ahora que se está empezando a ver acorralada en Chad debido al apoyo operativo que están prestando los norteamericanos al gobierno chadiano para combatirla. También está por ver si pudieran medirse posiciones internas en la junta militar sudanesa, que si progresando el procesamiento, decidieran desligarse y forzar la salida de El Bashir y un cambio de gobierno.

Los internacionales en Darfur podrían estar en una especie de laboratorio, porque todo es incierto frente a situaciones nuevas. Darfur es un escenario abierto a diversos tipos de riesgos, a la ambivalencia de conflictos de distinta naturaleza, a una multiplicidad de actores beligerantes, pero sobretodo por tratarse del primer caso de procesamiento de La Haya contra un jefe de Estado “en ejercicio” por genocidio. Tampoco la ONU cuenta con suficientes efectivos y recursos para la protección y la seguridad, más teniendo en cuenta que es una misión híbrida con la Unión Africana.

Todos estos datos indican que se está jugando en un escenario con algunos elementos novedosos, y que por tanto las consecuencias podrían ser imprevisibles, precisamente por no haberse experimentado antes. Pero más allá de esto, tras un letargoso olvido, Darfur está empezando, por fin, a ser visible a ojos de la atención mediática, y a figurar con mayor prioridad en las agendas de las potencias occidentales.