De la adicción por el rating al crimen
Wallace Souza, periodista y diputado brasileño, enfrenta cargos penales acusado de planear los asesinatos que luego mostraba en exclusiva en su programa de televisión.
Un periodista que manda a matar para tener la exclusiva noticiosa del crimen es una perversión insólita. Es lo que, al parecer, ha ocurrido en Brasil. Allí el periodista y diputado amazónico brasileño Wallace Souza es investigado por su presunta participación en un número indeterminado de muertes. Una lista de cuatro personas asesinadas son desde ya pesquisadas por la policía. Souza, que aún goza del beneficio de la impunidad parlamentaria, también está bajo sospecha de narcotráfico y una serie de otros crímenes.
El prontuario de periodistas que inventan noticias es nutrido. El novelista George Orwell, que combatió en Cataluña junto a los republicanos contra los fascistas, escribió sobre la cobertura del conflicto: “En España leí por primera vez reportajes que no guardaban relación alguna con los hechos…Vi reportajes sobre grandes batallas donde no hubo combates, y completo silencio donde murieron centenares de hombres”.
En Alemania un equipo de televisión entrevistó a una célula de terroristas serbios que preparaban atentados en el país. El asunto, como era de esperar, interesó a los servicios de inteligencia teutones que en poco tiempo detectaron que todo era un montaje. El respetable Washington Post ganó un premio Pulitzer por un reportaje de un niño de ocho años, Jimmy, que se inyectaba heroína. Esta vez fue la policía la que quiso más antecedentes sobre el caso. Pero el Post se negó a cooperar pues la periodista Janet Cooke se amparó en el secreto profesional. La verdad quizás no hubiese salido a la luz si no fuese porque fue detectada una falsedad en el currículo de Cooke . Esto llevó a sus editores a interrogarla con severidad y obtener la confesión de la completa invención. El diario devolvió el premio y publicó la correspondiente disculpa a sus lectores.
El periodista australiano Phillip Kinghtley, autor del brillante libro “La primera víctima”, que no es otra que la verdad apenas estallan las guerras, narra una mentira bizarra en los inicios de su carrera. Sin tener un titular para el día siguiente inventó la historia de un hombre que subía al metro y, con un gancho de alambre, levantaba las faldas de atractivas mujeres mientras fingía leer un diario. La historia descansaba en las declaraciones de una muchacha anónima que prometía no viajar en metro hasta que “dieran con el degenerado”. El titular fue: “Pervertido del gancho ataca otra vez”. Al día siguiente Knightley recibió un llamado de un sargento de la policía que le informó que habían capturado al culpable y, en tono imperativo, agregó: “Pensé que le gustaría escribir sobre ello”. Knightley quedó perplejo. Después de darle vueltas al asunto concluyó que era la forma elegante de la policía de insinuarle que no siguiera con el tema. Eso hizo y se juró no inventar noticias.
Le presión de la competencia periodística, el afán de ganar fama y llegar a las más amplias audiencias posibles son estímulos poderosos. El éxito en periodismo es efímero. Cada noticiero o cada edición de un periódico es un nuevo reto. El rating o la circulación son el termómetro del éxito. Los que lo consiguen ganan el favor de sus jefes. Ello conduce a las promociones y ascensos. En muchos casos la motivación es el ego, el afrodisíaco del reconocimiento público. La fama en el caso de Souza le permitió llegar al Parlamento y gozar de las prebendas que acompañan al cargo que, en el caso de un delincuente, constituyen un gran escudo protector.
El caso del periodista brasileño, de ser comprobado, es un caso sin precedentes. Es, sin embargo, un llamado de atención sobre el fenómeno de los programas que mezclan la realidad y la ficción. Una suerte de farandulización de las noticias. Souza era el primero en llegar al lugar de los crímenes. El zoom de sus cámaras conseguía primeros planos que rivalizaban con series de policías. Los equipos de televisión que acompañan a policías se han convertido en un nuevo género. Una suerte de periodismo de acción. El intento por atraer audiencias puede terminar traicionando el compromiso por mostrar los hechos de la manera más objetiva posible.
Publicado por:
Cesar Benavides Cavero
fecha: 20 | 08 | 2009
hora: 2:25 pm
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Resulta lamentable la actuaciòn de ese politicastro brasileño, que ha demosttrado una «perversidad religioso», expresiòn que aplicara alguna vez un periodista y que en el peresenta caso es de justa aplicaciòn. No se debe ni se puede cometer delitos para ganarse la audiencia de la ciudadania, ese sujeto debe ser castigado con el verdadero peso de la Ley. Como muy bien dice el periodista chileno: «El èxito del periodismo es efìmero», que laya de periodistas estàn saliendo hoy en dìa, podemos sin ningùn rubor decir: «cualquier tiempo pasado fue mejor» parodiando al gran escritor español Jorge Manrique a la muerte de su padre.
El mundo està loco,loco,loco.
Cèsar Benavides Cavero
Instituto Peruano de Criminalistica y Pericias.
http://www.ipcp.com.pe
Publicado por:
shimon edenburg
fecha: 27 | 08 | 2009
hora: 4:58 pm
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Basta ya de bravatas en nombre del socialismo, camarada Chávez!
Hasta cuando esperará el mundo libre y en especial, los latinoamericanos progresistas verdaderos para desenmascarar al trasvestido líder de la «contrarrevolución fascistoide descestabilizadora del continente» que a golpe de dolar y chequera petrolífera – gasista y no de hoz y martillo como su ícono lo muestra y hasta me atrevo a pensar que ni se entera de las premisas marxistas con las cuales podría hacer las cosas mejor a mi gusto y digo esto por haber sido parte de ese movimiento socialista con mi propio cuerpo habiendo vivido 5 años de mi vida en un proyecto comunitario verdadero.
Como dices en tu artículo: «el bolivarismo se asemeja a un modelo autocrático que intenta acabar con el empresariado incrementando el desempleo», y aquí me permito subrayar que el bolivarismo que no es ni más ni menos que un peronismo con recambio indígena y en el cual permanencen las mismas fobias e intenciones y sin duda conllevará a los mismos resultados y para entenderlo sólo bastaría recordar:
El odio a América del Norte
La música pro-pueblo
El origen militar
El bajo nivel socioeconómico de su lider
El desmantelamiento sistemático de la industria
La creación de empleo encubierto = desempleo latente, por funcionarios que trabajan sólo para mantener al regimen (copiado del Gran Hermano, que tiene a la vista al cabo de 50 años, los éxitos del modelo) y a su lider octogenario.
El abuso de semánticas desfiguradas con el pasar del tiempo es un clásico método maquiavélico donde prevaleve el fin aunque sea perverso y cualquier método es válido aunque sea una falacia, mentira y maldad tiránica encubierta.
El pueblo venezolano no le perdonará esta época de retraso al desarrollo democrático libre y soberano que se merece y sería preferible «una hora antes», de que ese monigote vestido de rojo consiga más fuerza brutal y junto con él arrastre al continente de líderes autoritarios que han llegado al poder con promesas de justicia y bienestar que no cumplirán en el futuro visible, en especial porque no es su verdadera pretensión política,y lleve a América Latina al descalabro total.
Querido amigo, para finalizar decirte que Colombia debe enfrentar a Chávez para parar su política imperialista dentro del continente y si para eso hay que acudir a Obama, me parece una idea adecuada, ya que es un líder de carácter democrático y hasta social democrático.
Basta ya con la nefasta semántica de «El Socialismo Bolivariano Siglo XXI» y acordemos ya que no es más que una bravata militar neo fascista muy conocida en la antigua Europa en algunos ámbitos social-fundamentalistas, antediluvianos y en especial al sur del antiguo continente donde la mentira y el marketing sibilino sustituyen las ideas de aquel socialismo idílico en el cual creíamos todos los jovenes progresistas y que ha desaparecido del planeta por sus disfunciones socio-económicas que durante 150 años no se han podido solventar.
Un saludo
Publicado por:
Alexis Rafael Peña Céspedes
fecha: 27 | 08 | 2009
hora: 7:02 pm
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Como periodista y comunicador dominicano siento una verguenza ante la opinión pública, por el hecho cometido por ese señor que hace llamarse comunicador. Muchos periodistas desean que sus programas, noticias, reportajes, columnas, crónicas y análisis en los medios de comunicación tengan un alto número de seguidores a los mismos. Para tales fines se le han ocurrido cosas como la enterada por ese señor. Hoy día el periodismo de servicio esta crisis en nuestras sociedades, por el hecho de que se ha perdido los valores morales y éticos en nuestras sociedades. Los hechos dicen como esta el comportamiento de los seres humanos en la actualidad. El periodista de hoy no escapa a esa realidad de corrupción en la familia, en el Estado, en los medios de comunicación y en las empresas privadas.
Ni se diga de la llamada sociedad civil, esta se sirve con la cuchara grande y amplia en los países donde sus políticos son adictos a la cosa pública. Pero no para servir si no mas bien para servirse ello/as y los suyos. La corrupción política y empresarial lo esta dañando todo. Esta cualquierizando los valores que con mucho énfasis nos enseñaron nuestros antepasados y algunos familiares en la actualidad.
Volviendo a la comunicación los medios tienen normas éticas en sus planes y programas, que ha pasado. Los gremios de periodismo también tiene un código de ética profesional y regularmente no son aplicados por los responsable, o llamados dirigentes. Tenemos que echar una gran campaña para que la desencia este presente en nuestro ejercicio periodistico. Pienso que tenemos que hacer algo para cambatir esa realidad en el día de hoy. Eso no puede quedarse así. Quien suscribe realiza dos programas radiales en la emisora católica salesiana RADIO JUVENTUS DON BOSCO 1640AM (ADELANTE CON LA COMUNIDAD Y CONSTRUYAMOS LA PAZ) Y, desde ya empieso a decir por este medio mi inconformindad con esa actitud o comportamiento de ese «periodista». En la República Dominicana estamos vigilante para que el periodismo ejercido sea de calidad y que fortalezca la debilitada democracia en la que vivimos.