Lo que la diplomacia de EE.UU. puede aprender de Túnez
Como digo en mi artículo publicado el pasado fin de semana en el Huffington Post, a pesar de la represión y las decenas de fallecidos en los enfrentamientos durante el último mes en Túnez, me alegra el inesperado final de la dictadura de Zine El Abidine Ben Ali, llevado a cabo por los propios ciudadanos.
Nuestra fundación Safe Democracy fue co-organizadora de la Cumbre Internacional sobre Terrorismo, Democracia y Seguridad en marzo de 2005 y organizadora del Atocha Workshop 11-M, en las que se trataban temas relacionados con los países árabes/musulmanes. Además del propio Túnez, también he visitado Siria, Líbano, Marruecos, Egipto y algunos territorios palestinos y he estado en contacto con muchos gobiernos de países musulmanes. La mayoría de estos países tienen jefes de Estado vitalicios, y es bueno ver cómo por primera vez un dictador corrupto que llevaba en el poder desde 1987, se ha visto obligado a abandonar su puesto no por una intervención del ejército estadounidense/europeo sino por una rebelión popular. Y, como este artículo explica, fueron de gran ayuda los documentos de los diplomáticos de EEUU y de Wikileaks, quienes revelaron detalles de lo que muchos ciudadanos tunecinos ya denunciaban: la corrupción y los abusos del Gobierno de Ben Ali. Se nos presenta entonces una clara paradoja. EEUU y EU gastan miles de millones de dólares y sacrifican cientos de miles de vidas humanas en enormes intervenciones militares en Iraq y Afganistán, las cuales tienen muy poco éxito en establecer cambios positivos para la población. Y sin embargo, diplomáticos estadounidenses que narran la historia detallada de la corrupción en el régimen tunecino, un grupo de periodistas de Wikileaks y la colaboración del soldado Bradley Manning, combinados con la furia de un pueblo estafado y activo en redes sociales y teléfonos móviles, resultan ser una mayor aportación a estos cambios que una década de intervención militar en el mundo musulmán. Por supuesto que la situación en Iraq, Afganistán y Túnez no es la misma y que el gran mérito lo tienen los propios ciudadanos tunecinos. Pero aún así, como explica este artículo del New York Times, muchos países árabes/musulmanes miran ahora a Túnez y se preguntan por cuánto tiempo podrán ellos aguantar con su propio “Ben Ali”. Sobretodo el cercano Egipto.
Es interesante cómo la combinación de los ciudadanos tunecinos enfurecidos, Wikileaks, diplomáticos americanos, un soldado disidente y los medios sociales causaron el estallido de la rebelión. Seguramente, si hubiera sido Hillary Clinton quien hubiera demostrado a los tunecinos la corrupción de Ben Ali, la revuelta no hubiera tenido tanto éxito. Lo que el mundo occidental no ve es que el cambio es posible, pero que lo máximo que pueden hacer es encender la chispa, no “construir naciones”. Creo que la diplomacia de EE.UU. y Europa debe aprender mucho sobre Túnez y reconsiderar su idea sobre Wikileaks, las redes telefónicas y sociales y el poder de la pura verdad cuando los dictadores pierden el control del mensaje popular.
Recomiendo leer el cable original de Wikileaks sobre Túnez para entender la ira de la población del país.
Publicado por:
Mariana
fecha: 18 | 01 | 2011
hora: 5:58 pm
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Martín: Efectivamente, a lo largo de la historia se ha observado que las revoluciones se dan (en su mayoría) desde abajo y si, además son rebeliones sociales, más allá de las diversas condiciones que pueden estar presentes para que sean «exitosas», generalmente es requisito sine qua non que sea la base de la pirámide la que promueva el cambio. Es por ello que coincido con vos en que EEUU o Europa no pueden (o no son tan efectivos) en promover el cambio desde afuera. Vietnam, Irak, Afganistán son algunos de los tantos ejemplos donde la «exportación de la Democracia» no ha servido.
En este sentido, entonces, me gusta tu forma de leer a Túnez como un ejemplo de algunas cuestiones que las primeras potencias deberían aprender en materia de politica exterior, cooperación internacional y relaciones internacionales en general.
Saludos,
Mariana
Publicado por:
Tacito
fecha: 19 | 01 | 2011
hora: 5:29 pm
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La crisis político social de Túnez creo que es un simple síntoma del malestar general que corre por todos los pueblos de la tierra. Y eso ocurre cuando se suele confundir la política con los asuntos económicos y las finanzas, y éstos, como un medio para la prevalencia hegemónica de los imperialismos encubiertos, e incluso moteados de democracia. Los verdaderos centros de poder son muy cínicos, y con frecuencia adoptan las formas más inesperadas para confundir en conflictos espontáneos lo que sólo son explosiones políticas manejadas desde la distancia, y dirigida siempre hacia un fin. Los resultados de esos fenómenos polítiocos sociales ya los iremos viendo, y nos sorprenderemos cuando sepamos quienes han sido sus veradaderos inductores, agazapados cómodamentes en sus despachos de observadores, alentando con sus sabios consejos el camino de una libertad que siempre tiene como finalidad la cautividad de los pueblos. A fin de cuentas no es la idea de la libertad quien alienta la idea de ese vijo consejo, sino el de los negocios, una conjunción defícil de conciliar cuando están enfrentados los ideales más nobles con la vulgaridad de una vida solo concebida en términos económicos.De ahí que siempre existan los tiranos, pero no como Democles,siempre temeroso de que le caida enciama de su cabeza la espada que tenía pendiendo de un hilo, encima de su trono poniendo de manifiesto con ello la fragilidad de su reinado.
Publicado por:
Guillermo Etchart
fecha: 16 | 02 | 2011
hora: 2:17 am
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Estimado Martín: Esta vez estoy en un todo de acuedo con vos, visto lo que ha sucedido en otros países árabes en estos días (en particular Egipto). No sé porque el mundo árabe prefiere sistemas casi medievales donde los pueblos viven en gran parte, en la miseria y la ignorancia. Pues sin dejar de lado su fe religiosa, lo cual me parece un aspecto de la condición humana muy valioso, no alcanzan a un standard de vida que les brinde una cierta amplitud a su mirada del Mundo