Martin Luther KingAntonio Navalón
21/01/2011

Estados Unidos es un país violento en sus raíces, argumenta el auto, y como prueba recuerda que la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense recoge el derecho a poseer armas. También sirven como prueba los tiroteos como el del Instituto de Columbine en 1999, la masacre de Virginia Tech en el 2007, o la de la Universiad de Texas en 1966. También abundan los personajes públicos asesinados con un tiro en la cabeza y a la vista de todo el mundo: Martin Luther King, Abraham Lincoln, y Gabrielle Griffords, la víctima más reciente de estos sucesos. Todas estas personas no solamente han muerto a manos de las personas que dispararon las armas, sino a manos de una situación desesperada y de un clima de tensión y frustación. La política estadunidense, en la que vada vez se aprecian más extremismos, está poniendo dianas en la cabeza de sus representantes. Hay que dejar el odio de lado, ya que es un peligro para todos.

Antonio Navalón es escritor y periodista, autor del libro «Paren el mundo que me quiero enterar»

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