Luis Enrique Oberto G.
26/01/2011

Desde su creación, la Unión Europea ha defendido los principios y objetivos por los que se formó: mantenimiento de la paz y la libertad entre sus miembros y un desarrollo económico sostenido. No obstante, dice el autor, en los últimos años parece que estos principios han perdido su importancia y se han difuminado sus límites. Oberto asegura que el problema está en que las nuevas generaciones han olvidado cómo su país llegó al estado de libertad en el que se encuentra. El clima de paz es necesario para que la economía progrese, pues si al contrario existe inseguridad, los proyectos se ralentizan y no se amplían nuevas actividades. Es por esto que sorprende la pasividad y la política de la UE ante los nuevos autoritarismos que surgen en el ámbito interno, que pueden afectar a la economía y el progreso de la región.

Luis Enrique Oberto G. escribe semanalmente en la sección de Opinión del periódico venezolano El Universal.

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