La maquinaria de censura y represión del Gobierno chino no ha logrado silenciar las protestas de los manifestantes tibetanos contra la ocupación china, dice el autor, aplacadas duramente por las autoridades de Beijing, quienes temen ahora que los disturbios afecten negativamente a su imagen ante la celebración de los Juegos Olímpicos. El Tíbet, parece, ha agotado su lucha no-violenta, y, con ésta, su paciencia… ¿y la de China?
- A qué se enfrenta el Partido Comunista de China
por Xulio Ríos