Las elecciones llegaron, prácticamente, a la par con el vigésimo aniversario de la caída de la dictadura sanguinaria del régimen de Nicolae Ceausescu, el 22 de diciembre de 1989. Si realizamos una breve radiografía, observamos los escasos cambios producidos, a pesar de la caída del comunismo, y la llegada del capitalismo, difícilmente reconocible en su salvaje versión rumana.
Si nos remontamos a los acontecimientos de hace 20 años, recordaremos que Rumania fue una excepción en el concierto de los países de la Europa del Este, tanto por la crueldad del régimen que duró 25 años, como por la decisión de los que tomaron el poder, de fusilar al dictador, tras un breve juicio, el 25 de diciembre de 1989. Todas estas peculiaridades fueron ampliamente analizadas, y lo ocurrido en aquel sangriento diciembre, dio la vuelta al mundo.